Dicen que las almas fragmentadas buscan algo que las complete, ya sea su alma gemela o un espíritu que no ha logrado cruzar para descansar en paz. Los espíritus buscan almas rotas para poder unirse a ellas por toda la eternidad usando al humano vivo...
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1998
Kim NamJoon era el portero de un edificio de prestigio en Seúl, él siempre estaba en el elevador pues era donde siempre podía ayudar a la gente. Ayudaba a las señoras mayores a cargar sus bolsas, sabía a qué piso iban todos por lo que no necesitaba preguntarles esa información, haciendo que todos den buenos comentarios sobre él.
Su vida era hermosa, tenía una esposa bella y dos hermosos hijos, uno de 4 años y otro de 1 año, a los cuales amaba con todo su corazón, ellos eran la razón por la que se despertaba con una sonrisa e iba a su trabajo con el mejor humor haciendo que su jornada de trabajo sea muy amena siempre.
El rubio se encontraba ese día en su puesto de trabajo, en el elevador esperando bajar con la señora Lee para poder ir a revisar que todo estuviera bien con las cámaras de seguridad y todo eso. La señora Lee ese día se encontraba sumamente callada, tenía su pómulo hinchado de color morado y su labio partido, NamJoon sabía que su esposo la había golpeado, pero no podía inmiscuirse en los problemas maritales de la pareja Lee, por eso decidió hacer de la vista gorda e ignorar ese asunto, lo cual fue su primer grave error.
El segundo grave error fue cuando olvidó revisar las cámaras de seguridad de la parte trasera del edificio además de la del elevador. Todo iba espectacular, el día estaba soleado y despejado, todo estaba yendo de maravilla pues su esposa había llamado a NamJoon diciéndole que iban a poder comprar el auto que tanto habían querido, también sus hijos platicaron con él un rato platicando las maravillosas hazañas que habían hecho durante el día, aunque el pequeño bebé no hablaba muy bien del todo hacía su máximo esfuerzo para comunicarse con su rubio padre.
— Señora Lee, buenas tardes. —NamJoon saludó cordialmente a la señora que ahora se veía un poco ansiosa. — ¿Puedo ayudarle con algo?
— NamJoon, necesito que me ayudes a bajar unas maletas, no puedo con todas ellas.
NamJoon no entendía muy bien para qué quería unas maletas la señora, tal vez se iba de viaje. Sin embargo NamJoon asintió dándole a la señora castaña una sonrisa con hoyuelos.
— Claro que sí, señora Lee.
El rubio cenizo caminó hasta el elevador siendo seguido de cerca por la señora Lee. NamJoon presionó el penúltimo piso, el 10, que era donde la señora Lee vivía. La maquinaria del elevador comenzó a funcionar con una canción en volumen bajo haciendo más cálido el viaje. La gruesa cadena de metal con engranajes que sostenía el elevador comenzó a ir más lento, NamJoon lo notó, por lo que agradeció que ya estuvieran llegando al piso 10 pero, para la mala suerte del rubio la cadena que sostenía el elevador se soltó. La caída fue brusca, las dos personas dentro de la caja metálica volaron por los aires hasta encontrarse con el techo blanco del elevador, el golpe en la cabeza del rubio fue tan intenso y duro que lo mató enseguida haciendo correr sangre desde su cabeza hasta llegar a su mejilla.
La señora Lee seguí viva y despierta, a pesar de los golpes, cuando el elevador cayó despedazándose y matando a la señora al instante. Los guardias del edificio corrieron dentro para tratar de ayudar en algo, pero fueron detenidos por el señor Lee.
— Ya no tiene que caso intentar ayudar, está muerta.
— NamJoon también estaba allí. — BaekHyun, uno de los guardias, miró con horror al lugar donde había caído el elevador hecho trizas.
— Oh Dios...
El señor Lee intentó no sentirse mal por llevarse la vida inocente de NamJoon al tratar de terminar con sus problemas maritales. BaekHyun llamó a la policía y a la ambulancia, aunque era obvio que ya era demasiado tarde. El teléfono del edificio sonó, el guardia ChanYeol tomó la llamada quedándose en blanco cuando escuchó a YoonJi, la esposa de NamJoon.
— Hola, ¿Se encuentra NamJoon?
— Señora Kim, creo que debería venir inmediatamente.
