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章 21

Después de aquella fatigosa tarde, el cielo oscuro y estrellado de nuevo se hizo presente.
Un leve viento fresco despeinaba con sutileza los cabellos de Jungkook y Taehyung, quienes en ese momento se encontraban tumbados en el césped, con las manos puestas tras sus cabezas.
Habían decidido ir a ver el manto nocturno, y la colina les pareció una buena opción para observarlo mejor.

—Es increíble que después de la tormenta de hoy todas estas estrellas estén ahí brillando como si nada.–dijo Taehyung, embelesado con los centellantes astros.

—Sí, es como si hoy no hubiese habido ningún chaparrón. El ambiente está muy relajado, parece que hoy hubiera sido un día soleado.

El mayor sonrió, aún mirando hacia arriba.

Estaba oscuro, pero la iluminación natural y la poca luz que llegaba desde el campamento eran suficientes para crear un aura bonita y calmada a su alrededor.
Se podía oír a algunos búhos ulular a lo lejos, mientras que como siempre, los grillos les acompañaban con su reiterativa melodía.

—Quiero ver una estrella fugaz.

Jungkook volteó la vista hacia él.

—¿Una estrella fugaz?

El otro asintió.

—Sí, solía ir a verlas con mi padre cuando era niño... –su tono de voz fue decreciendo.

El menor le miró con cariño.

—¿Qué deseos pedías?

Otra sonrisa volvió a aparecer en el rostro del castaño.

—Que mi familia estuviera bien siempre.–pausó un momento, lamió sus labios y continuó—Nunca cambié ese deseo. Lo pedía hasta en mis cumpleaños.

—¿Siempre fue el mismo?

Asintió de nuevo.

—Bueno, hubo una vez...

Jungkook se incorporó, puso su mano en su mejilla y apoyó el codo en el césped, viendo fijamente a  su hyung.

—... Una vez, en una noche de invierno, salí al balcón, eran alrededor de las once, pero la claridad de la luna y las estrellas hacian que el color del cielo esté levemente más vivo. Estaba en el campo, en casa de mis abuelos, y, como bien se sabe, no hay mejor lugar para contemplar el ocaso que el campo o los descampados, lejos de la ciudad, donde la luz eléctrica no se carga la magia de la naturaleza. Miré el cielo bastante tiempo, no sé exactamente cuanto, pero al parecer no fue poco porque mi abuela se llegó a extrañar por mi tardía. De pronto, la ví pasar.

El menor escuchaba atento al castaño, manteniendo una expresión de concentración.

—La estrella fugaz. La ví. –Taehyung alzó sus cejas momentáneamente.—No sé qué me impulsó a hacerlo, pero mi deseo en ese instante fue...

«¿Fue...?»

—Fue enamorarme, casarme, formar una familia y vivir feliz.

El sonido de la risa aguantada del menor irrumpió la anécdota de Taehyung, quien lo miró sorprendido.

—¿Qué?

El otro reía y hasta se echó en el suelo a revolverse mientras agarraba su estómago. Taehyung se preguntó qué era tan gracioso.

Cuando Jungkook segundos después se calmó un poco, limpió una falsa lágrima de su cara y le sonrió.

—Eres tan adorable, hyung.

Sus mejillas se enrojecieron al oír a su menor elogiarlo de esa forma.

—N-no lo soy...

Kook mordió su labio inferior, aún aguantando la risa.