Only you™ [Rhaast x Kayn]

CAPITULO XII

Kayn~ [POV]  

Un disparo tras otro causaba un gran alboroto en la orden de las sombras.

Salí sin pensármelo dos veces, para ver quien causaba tal desastre.

—¡Uno! ¡Dos! —una voz que erizó mi piel se escuchaba mientras contaba —¡Tres!

Todos estaban intentando atacar al hombre que se encontraba al frente del gran portón de la orden.

Ninguno sin éxito.

Miré a... por un momento olvidé su nombre.

—¡Jhin! ¡Ese maldito! —La voz del maestro Zed se escuchaba a mis espaldas, sonaba enojado.

—Pero que tenemos aquí — Jhin dirigió su mirada hacia nosotros —La familia está reunida para presenciar mi majestuosa obra maestra.

Una serie de explosiones empezaron a escucharse por todo el lugar.

Maldito loco.

—¡Kayn! ¡Vengo por ti! —Jhin me apuntó con su arma mientras me miraba con penetrante mirada.

—Kayn ¿qué relación tienes con este sujeto? —el maestro Zed me miró esperando una respuesta inmediata.

—Ninguna, simplemente conoce mi nombre porque es un maldito psicópata —dije entre dientes.

Ahora que lo pienso fue por culpa de Jhin que ahora Rhaast tenga un cuerpo y que estén pasando cosas tan raras.

—¡Ahh! Se siente tan bien saber que estás de vuelta —lo miré confundido —pensé que no te volvería a ver después de que esa criatura horrible poseyera tu hermoso cuerpo.

El maestro Zed que hasta ahora no lo había notado quizás por la situación. Se percató que ya no tenía a Rhaast en mis manos ni una parte Darkin cubriéndome gran parte de mi cuerpo.

—Luego hablaremos de esto Kayn —el maestro Zed se dispuso a pelear con Jhin.

—Como dije antes, solo vine por Kayn, pelear contigo Zed no es de mi menor interés —dijo este mientras apuntaba ahora al maestro con su arma.

—¿Qué quieres de Kayn?

—Solo quiero mostrarle unas cuantas cosas —su voz sonó más escalofriante de lo normal.

El maestro Zed empezó a reírse con ironía.

—Sobre mi cadáver.

En cuanto el maestro Zed había perdido la paciencia, creó unos cuantos clones de sombra alrededor de Jhin.

—Espera Zed.

El maestro Zed y yo volteamos al escuchar esa voz tan tranquila y profunda.

—No debes pelear ahora mismo, ocasionarás más daño de lo que creerías —Abrí mis ojos como platos al saber quién era la persona que estaba parada a unos cuantos metros de nosotros.

—Shen —dije en un susurro, pues sabía que el maestro Zed y Shen no se llevaban.

—¿Y tú qué mierda haces aquí? —su paciencia está en su límite.

—No pierdas la cordura tan fácil y mira a tu alrededor —Shen tenía los ojos cerrados y una postura que al verlo transmitía seguridad y calma —Hay muchas personas inocentes que podrían morir por una simple tontería.

Los alumnos estaban todos a la defensiva esperando órdenes del maestro, pero estaba claro que si se hacía una batalla en este lugar muchos saldrían heridos.