Los días pasaron y Elián continuaba con sus inasistencias a clases, tenía el celular apagado y no vi conveniente ir a su casa, podía sentirse presionado y era lo que menos quería causar en él, estaba buscando una solución a la situación hasta que una llamada entrante me sacó de mis pensamientos.
-Hola?
-Hola Ayzel, soy Mateo- Mateo es el mejor amigo de Elián, habían estudiado juntos desde preescolar
-Maty! Qué tal?
-Bien en lo que cabe, Elián está contigo?
-Elián? No... No lo he visto en varios días, pasa algo?
-Ahh... na...nada, como no respondía su celular creí que podía estar contigo
-Mateo, hace varios días Elián está muy distante, si sabes algo te pido por nuestra amistad que por favor me digas
-Uff... Ayzel si en verdad quieres a Elián da con él y hablen, es muy importante que hables con él, entenderás que no puedo decirte más. - Al oír el nerviosismo en
las palabras de Mateo mi corazón retumbaba, sentía temor de lo que pudiera estar pasando con Elián, no era para nada normal su comportamiento aislado, al menos conmigo; por momentos creía que había dejado de importarle lo que yo podía sentir.-Gracias Maty, yo hablaré con él
-Está bien
-Cuidate, adiós.
-Ayzel!!
-Sí?
-Hazlo lo antes posible. -Y cortó, por segunda vez me sentía con esa desesperación incómoda en el pecho, no iba a esperar más así que tomé mi abrigo y salí con dirección a su casa, porque si algo estaba pasando le exigiría a Elián que me diga el qué.
Toqué el timbre de la casa y oí pasos presurosos acercarse
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TÚ
Rastgele-Si en algún momento me llego a enamorar de alguien, desearía que esa persona se vaya lejos, muy lejos de mi! Porque yo no me enamoro!- En ese instante no sabía la gravedad de mis palabras o mejor dicho "de mi auto-sentencia".