8.- ¿Qué?

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—¿Quién es ese chico y por qué se parece tanto al niño que me odió el otro día? —preguntó bromeando mi francés amigo provocando una risilla de parte mía.

—Etienne, te presento al hermano mayor de Theo y Alai —le seguí la corriente— Mark y Ty son sus primos. Chicos, él es mi amigo Etienne.

—¡Claro que lo conozco! —gritó Mark corriendo a abrazar a Etienne— Después de Zooey Deschanel, es mi crush por siempre —habló el chico mientras abrazaba exageradamente al francés.

—Zoe... —Pensé en voz alta, captando la atención de los chicos.

—¿Sabes algo de ella? —preguntó Etienne mirando al piso.

—Yo... Uhm, no. —mentí.

—¿Quién es Zoe? —preguntó Mark, ganando un golpe de parte de su hermano.

—Nadie —me puse seria negando con la cabeza— Chicos, creo que es hora de irnos. Dejemos la salida para otro día. ¿Te veo en casa? —le pregunté a Nate, él negó con la cabeza.

—Voy contigo.

Dicho esto, me despedí. Sabía que estaba huyendo, pero era mejor que Etienne no supiera nada. Y muchos menos saber que mi hermana estaba libre y su estúpido novio había vuelto a la ciudad.

—¿Quién es ella? —preguntó Nate mientras caminábamos hacia el auto, que tristemente, estaba aparcado solo en el estacionamiento del campo de basketball —digo... Si no te incomoda hablar de...

—Es mi hermana. Una de ellas. —aclaré ladeando el labio. Tomé aire por un segundo— su nombre es Zoe. Somos gemelas, es menor que yo por cinco minutos. Etienne fue su novio, por eso lo conocía —dejando eso claro, subí al auto al igual que él.

—Eh, bueno, yo n-no sabía. —balbuceó Nate mientras miraba la ventana del auto.

—Por supuesto que no bobo, nunca te lo había dicho. No suelo mencionarla, así que te agradecería no hablar de ella o de su entorno. —él me miró y segundos después sonrió.

Por supuesto que no, Abby.

Nathaniel Collins es la persona más testaruda del mundo, pero no más que tú.

El chico se la pasó todo el camino haciendo preguntas, y no miento.

Tiene la palabra "TERCO" pegada en la frente.

—¡Ya dejame tranquila Collins! —Bufé poniendo las bolas de billar en el soporte triangular. Para luego hacer el saque, pero no sucedió puesto que Nate me distrajo.

—¡Vamos! Estoy aburrido y tú empezaste a hablar. No sé nada de ti. Es la primera vez que hablas sin querer golpearme. —se sentó en la mesa de billar, tapando el paso. Entonces gruñí y le di un pequeño golpe con el taco en la cabeza.

—¡LARGO DE AQUÍ CEREBRO OBTUSO! —le grité mientras el reía y se alejaba de mí y mi arma, el taco.

—¿Cerebro obtuso? —hablaba sin poder parar de reír. Rodé los ojos y me dispuse a sacar de nuevo— ¿estás ignorándome? Oh vamos... ¡eso no es nada maduro! —Se quejó tomando la bola blanca, evitando que el triangulo perfecto se deshiciera.

—Solo quiero jugar billar. ¿Es tan difícil, Nate? —le pregunté perdiendo ya la paciencia.

—Es difícil lidiar contigo, jugar billar no lo es. Vamos Abs, cuéntame de ti.

—Ya te dije lo que quieres saber. ¿Qué más quieres? Mi vida no es importante. —hablé mientras estiraba la mano, esperando la bola blanca.

—Pero, no lo sé. ¿Por qué no quisiste hablar de tu hermana al franchuto de tu amigo? —reí al oír amargura en su despectiva palabra para luego apuntar con el taco.

True ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora