46.- Hijo... perdón.

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—¡La mochila! —grité entrando de nuevo al departamento para luego volver al taxi.

El asunto es que, luego de dejar a los niños a las seis de la mañana en su casa, volví para llevar todas las cosas que me faltaban a Leeds.

—No puedo creer que vendí mi moto —me quejé guardando el dinero en mi mochila.

—Luego podrás comprar otra, deja de pensar en eso, Chispita.

—Ya, yo sé. Pero esa moto me acompañó por varios años —suspiré recostándome en su hombro.

—Seré tu moto —sonrió rodeando mi hombro y pegándome más a él, entonces oí un pequeño "ohhh" de parte del taxista.

Okay, eso fue extraño.

—Tienes que ir rápido —hablé abrazada a si cintura, intentando no soltarlo en medio del aeropuerto.

—Iré en dos días, lo prometo —sonrió abrazándome.

Y esa horrible pantalla indicó que debía subir a mi avión. Esta vez fui fuerte y no lloré.

No mucho.

Tal vez un poquito.

—Dos días —lo miré caminando y solté su mano.

—Sí, dos días —asintió esperando a que desparezca completamente de su pantalla visual.

Así que estaba ahí, en un avión en el que hacia un calor espantoso ya que aún no cerraban las puertas. Había un niño pateando mi asiento desde atrás y la aeromosa tenía la falda hasta el ombligo y agradecía que Nate no estuviera ahí en ese momento.

Por otro lado, Nate no estaba conmigo y eso no me hacía feliz.

Nate's POV.

Se fue.

Esta chica sacaba mi lado sensible, aquél que no sabía que existía. Incluso con June no había sido así.

Era todo tan extraño, pero me gustaba.

—¿Al mismo lugar de donde lo traje? —preguntó el taxista mientras entraba de nuevo al auto. Yo asentí y lo miré.

—Sí, ahí vamos.

—Joven, no sé si está mal que me meta, pero su novia lo quiere —sonrio asintiendo.

—Lo sé, y yo a ella —sonreí de lado.

—¿Entonces por qué la deja ir?

—Iré en dos días para vivir allá con ella, no la estoy dejando —hablé explicándole al taxista. ¿Por qué le estoy contando esto al taxista?

—Entonces está bien joven, me alegro mucho. Yo hace años tuve una novia, era muy linda —yo lo miré, él continuó hablando.

Este sería un largo viaje a casa.

Luego de unos treinta minutos de drama en su historia, llegamos al departamento.

Subí las escaleras y decidí detenerme en casa de mis primos, ya que no tenía mucho que hacer en mi solitario departamento.

—Hola primo —habló Ty mientras me dejaba entrar.

—¿Saldras hoy con Liz? —pregunté casualmente sentándome en el sofá.

—Saldrá con su linda noviecita y dejará a su bello, musculoso e igual hermano —esta vez habló Mark dramatizando en el sillón.

—Yo me quedo contigo, pelirrojo.

True ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora