34.- Senderos y escaladas.

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Así que Leo estacionó el auto y sacamos solo las mochilas con el equipo necesario. Zoe y Cara sufrieron dejando el maquillaje en el auto y finalmente luego de revisar que teníamos todo, empezamos con la caminata.

Una caminata que me devolvió la paz en cuanto me puse los audífonos y el reproductor sonó con "The only exception" de Paramore.

Tarareaba la canción mientras seguía al grupo liderado -como siempre- por Leo.

-Hey -Nate me llamó y me quité un audifono- ¿Puedes sonreír un poco, Chispita? -preguntó codeándome.

-Lo haré cuando Matt deje de cantar.

-No sé qué te pasa, estás tan... Amargada.

-Parece que los papeles se invirtieron, ¿no? -me encogí de hombros y empecé a caminar de nuevo.

Y era cierto, sabía que mi actitud no era la misma de antes y no hacía nada por cambiarla.

Alrededor de tres kilómetros de haber caminado, hicimos la primera parada para descansar.

-Hola, ¿Nate, verdad? -preguntó Cara acercándose a nosotros. Más específicamente a Nate. Que por cierto estaba sentado a mi lado.

-Sí, uhm... ¿Tara?

-Cara -corrigió ella sentándose justo al medio, empujándome un poco.

-¿Te tomarías una foto conmigo?

-¿Para qué? -preguntó confundido.

-Ya sabes. Así puedo presumirle a mis amigas que tengo amigos guapos -rio acomodándose y empujándome un poco más.

-Eh, no gracias. No me gusta tomarme fotos.

-Oh, vamos. "¡Por fiiii!" -entrelazó sus dedos suplicando. Nate me miró con la misma cara que hacía cuando viajábamos -yo bufé y tomé un poco de agua.

-Cara, vattene. Rompicoglioni! -le grité haciéndole pegar un brinco y se fue con Nacho.

-Gracias, creo.

-No hay de qué. Y cuidado que tiene catorce -lo miré y caminé hacia Matt que de movía como un pez en busca se agua- ¿Se puede saber qué haces?

-¡Me pica por dentro del yeso, hermana! -se quejó tomando aire. Yo reí y rodé los ojos.

-Oye, ¡Leo! ¿Me prestas el cooler? -pregunté. Él asintió acercándolo a mí. Yo lo abrí y busqué algo que sirviera. Encontré una bolsa con jamón frío- ¿Qué hace esto aquí?

-Tu madre insistió -respondió mi primo y yo alcé una ceja sonriendo. Tomé la bolsa y la puse sobre el yeso de mi hermano, cerca del codo. Luego cambié el lado frío mientras mis hermano me miraba aliviado.

-Te amo mucho más en este momento, ¿lo sabes?

-Lo sé -sonreí quitando la bolsa de jamón y metiéndola al cooler de nuevo.

-Gracias. No sé cómo es que siempre sabes que hacer, pero gracias.

-Tú también lo sabrías si prestaras atención a las historias de la nonna.

-Nah, mejor quedas encargada -besó mi frente y empezó a caminar- ¡Vamos familia, y Nate!

-No sé por qué te emocionas si no vas a escalar, idiota -dijo Cara desde el otro lado del grupo.

-No le hables así a mi hermano, Cara -la reté con la mirada y ella solo miró a otro lado.

-Alguien la tiene con la prima porque está celosa de su americano -canturreó Nacho y mi hermana puso el pie para que se caiga- ¡Zoe!

True ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora