14.- Planificación.

1M 76.2K 43.1K
                                    

—¿Disculpas? No Kyle, no me debe nada. No se preocupe.

—Claro que sí. Yo no sabía que Nate había estado... Fumando —giró a verlo y Nate bajó la mirada— ¿Tú lo enviaste a que arregle las cosas conmigo, verdad?

Yo lo miré y asentí levemente.

—¿Lo ves? ¡Lo mereces! —estiró las manos dándole más énfasis a lo que decía— Lo siento, Abby. Yo pensé mal de ti y era todo lo contrario. Te pido que ignores todo lo que yo había dicho. Y yo voy a financiar su viaje, no te preocupes.

—No —hablamos Nate y yo al unísono.

—¿No?

—No. Nosotros mismos pagaremos. La idea de este viaje es conseguir un sueño, tenemos que trabajar en ello —hablé seriamente y él asintió.

—Pero, ¿me disculpas?

—No tiene porqué disculparse, Kyle. Todo está bien.

Encogí los hombros y él solo asintió. Entonces me fui siendo seguida por Nate. Un Nate con una sonrisa.

—¿Eso significa que si viajaremos?

—Eso significa que te callas. Tenemos mucho que planear.

—¿Eso es un sí?

—Has tus maletas Collins —sonreí caminando con las manos en el bolsillo.

                                 -×××-

—Estados unidos.

—No.

—¿Por qué?

—Ya fui varias veces, Nate.

Me quejé, estábamos sentados en el sofá con ambas computadoras sobre nuestras piernas tratando de forma un plan de viaje. Adivinen quién no tenía nada hasta ahora.

—Pero yo quiero ir —mencionó como un pequeño niño mirándome.

—Bien, pero iremos memos tiempo. ¿Contento? —él asintió y lo escribimos en la lista. Por fin teníamos el primer destino— Canadá.

—¿Para qué?

—No he ido a Canadá —encogí los hombros mirándole.

—Mejor vamos al sur.

—¿México?

—Sí, también. Pero quiero ir a... Uhm, no sé. —tecleó algo y luego sonrió— ¿Qué tal Chile? O, no sé. ¿Venezuela? Colombia. Perú, Argentina.

—Hey, tranquilo pequeño saltamontes. Podemos hacer un recorrido, nunca he visitado Sudamérica. Y me gusta la idea.

—¿Entonces qué?

—Comenzamos por México, luego Venezuela, luego Colombia —señalé con mi dedo en el mapa— Bajamos hacia Perú, luego a Chile, seguido de Argentina y de aquí hacia Brasil.

—Y de Brasil cruzamos hasta Londres, luego a España, Francia y Alemania.

—Y listo, son muchos países ya, ¿no crees

—Cierto, espera, solo uno más. Terminamos en Italia.

—¿Qué? —alargué abriendo los ojos.

—Eh sí, Italia. Pizza, mamma mia, Ciao, Buongiorno! —alzó la mano haciendo una mala imitación de Italiano, que si mi padre le hubiera visto, ya estaría bastante avergonzado de haber siquiera hablado.

—No, Nate. No hagas eso —reí bajando su mano.

—¿Por qué no? Podemos ir a Roma, a Venecia, Verona...

True ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora