Izuku despertó con un sonido extraño, tras su ventana el día apenas estaba comenzando. Cree haberlo escuchado antes en la televisión, cuando su madre se centra en esas series de policías y hospitales ajetreados. Y eso logró alarmarlo un poco, ya que aquella tonada parecía estar muy cerca de su casa. Se descubrió de las sábanas amarillas rápidamente, poniendo un pie fuera de la cama, luego el otro. Aún tenía la ropa que utilizaba para dormir, llena de estampados y caricaturas, pero no lo importó demasiado. Corrió hacia la sala y después revisó en la cocina, entrando en pánico al notar que su progenitora no estaba allí, mientras que la tabla de picar estaba abandonada y llena de zanahorias despedazadas.
Sin embargo, la televisión estaba encendida en una canal de noticias locales. «Los profesionales ya han acudido a la situación», decía el hombre de traje tras la pantalla, «pero hasta ahora no hemos visto ningún sobreviviente». Vio la casa de paredes blancas captada por la cámara, envuelta en fuego y con cientos de personas que no reconocía a su alrededor. Izuku se horrorizó, imaginando las peores escenas. Y ni siquiera lo pensó mucho al correr hacia el refrigerador, en donde guardaba una botella de agua fría siempre. La tomó, se colocó un par de zapatos torpemente y, aún en pijamas, salió de la casa.
Encontró a su madre en el patio delantero, con expresión preocupada. Decidió que debía darse prisa al ver el humo negro que emanaba hacia el cielo a solo unas calles lejanas. Pero su madre le sostuvo de los hombros antes de cruzar la cerca y le observó alarmada. Izuku también lo hizo, intentando soltarse desesperadamente.
—¡Déjame, déjame! —exclamó, al borde del llanto—. ¡Suéltame, mamá!
La mayor, con los ojos amenazando con llorar de igual manera, lo atrapó contra ella y lo abrazó con fuerza, sin permitir que se separe de él. Izuku forcejeó, gritando y sollozando, pero la mujer no lo soltó. Se sentía tan impotente. Cayó rendido entre las extremidades de su madre, soltando un amargado llanto en su hombro. Ella lo consoló con unas caricias durante largos minutos. Se encontraba molesto con su madre, pero no podía odiarla. ¿Y si Shouto lo necesitaba? ¿Y si hubiera podido hacer algo al respecto? Ni siquiera había sido capaz de evitar que su propia familia lo dañe, ¿qué podría hacer entonces contra un incendio?
Cuando el llanto cesó y se convirtió en un cascarón vacío y triste, su madre lo dejó libre. Ella acarició su rostro húmedo con dedos suaves y delicados—. Debe estar mejor ahora. Vamos.
Izuku asintió una sola vez, limpiándose los ojos con el dorso de su mano mientras respiraba de manera entrecortada. Tomó la mano de su madre y permitió que ella lo guiase hacia el vecindario de Shouto. Apenas podían caminar a través del espeso montón de gente interesada en lo que estaba sucediendo. Vio a la casa de paredes blancas en cenizas, el hermoso jardín destrozado y a los especialistas trabajar en extinguir hasta la última llama. El hombre de traje que había visto en la televisión se encontraba allí parado, frente a una mujer sosteniendo una cámara enorme.
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Strawberry kiss » TodoDeku.
FanfictionIzuku debe convertirse en la luz del niño de ojos tristes en el otro vecindario. • Omegaverse. • Mucho fluff. Drama. • No existen las especialidades. • Historia larga.