IV | Cotton eyelashes.

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Cuando Izuku visualizó el lugar, sintió una extraña adrenalina bullir al percatarse de que esta vez no se encontraba en completa soledad en medio del vecindario

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Cuando Izuku visualizó el lugar, sintió una extraña adrenalina bullir al percatarse de que esta vez no se encontraba en completa soledad en medio del vecindario. En el patio de la casa de Shouto, una mujer excavaba en la tierra con guantes en las manos y un sombrero sobre su cabeza. Los cabellos albinos caían en su espalda y se movían al compás de la suave brisa. Él se acercó mucho más para observar con detenimiento su expresión cansada y consternada sobre los tulipanes que plantaba. Inmediatamente pensó que se parecía demasiado al niño y a su hermana mayor, pero más adulta. Supuso que se trataría de su progenitora.

Pensó que era lo ideal. Quizá si hablaba con ella lo resolvería, podría hacerla reaccionar sobre su comportamiento con su hijo, o al menos podía intentarlo. Izuku no lo comprendía del todo. Solo sabía que Shouto no era tratado bien y eso estaba mal, y que realmente quería remediarlo. Por eso, caminó hacia la mujer sentada en el césped del jardín. Ella lucía cada vez más triste a medida que se acercaba aún más, tal vez no había sido un buen día. Agradeció internamente que el hombre de la ocasión anterior no estuviera allí, ya que en secreto le temía.

—Ummn... Hola, disculpe —Izuku balbuceó tímidamente.

El cuerpo de la mujer saltó en su lugar y ella volteó a verlo, su expresión indecisa y temerosa mientras lo analizaba. No pensó que podría darle miedo. Después de todo, ¿cuánto temor podía causar una estatura más baja que el promedio a su edad, pecas y rizos? Pensó que quizá simplemente la había sorprendido y solo atinó a disculparse en un murmullo.

—¿Quién eres? —dijo, su voz sonando ronca y rota.

—Mi nombre es Izuku —respondió, tanteando la punta de la cerca blanca alrededor de la casa, a causa del nerviosismo—. ¿Usted cómo se llama?

—Vete —dijo ella con frialdad, su mirada regresando a los tulipanes.

Izuku hizo un mohín, sin intenciones de rendirse tan pronto—. ¿Usted es la mamá de Shouto?

De pronto, la mujer detuvo todos sus movimientos, pero no respondió. Y ante eso, el niño vio luz verde para seguir intentando.

—¿Puedo saber qué le sucedió? Estoy preocupado por él —Tampoco recibió respuesta—. Si él está castigado, debe saber que no fue su culpa en lo absoluto. Yo insistí en que viniera a mi casa porque quería jugar con él, ¡no se moleste con Shouto por eso!

Cuando al fin calló, en espera por alguna palabra por parte de la contraria. Vio al cuerpo de la mujer destensarse en un largo suspiro, como si estuviese expulsando parte de su alma. Luego, ella volteó a verlo con los ojos entrecerrados, como si fuese a llorar. Y contrario a todo lo que pensó que pasaría a partir de ese momento, ella le permitió pasar a su jardín y le indicó que tomase asiento junto a ella en el verde césped. Izuku obedeció, aún extrañado, y soportó el silencio durante unos segundos más. Poco después la mayor le extendió un par de guantes verdes de goma, que lucían considerablemente más pequeños que los suyos, pero no lo suficiente para que encajen en sus manos a la perfección.

Strawberry kiss » TodoDeku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora