Pasado

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[Advertencias: Temas fuertes, tales como bulimia, depresión, problemas familiares y suicidio.

Estás avisado.]

🐥


Yoongi desvió su mirada, incómodo.

─ No. Lo siento.

Su madre lo miró con pena. ─ Yoongi, por favor...

─ Madre. ─ Ella negó con la cabeza, sus lágrimas acumulándose en sus ojos. El menor sintió su corazón apretujarse. Se acercó a ella, intentando tomar sus manos; falló, estaba muy alterada y no quería creerlo. Yoongi se mordió el labio inferior. ─ Lo siento.

─ ¡Sólo es comida, Yoongi! ¡No te hará nada! ─ Gritó, arrepintiéndose al instante. Intentó tocar el hombro de su hijo, quien ya derramaba lágrimas, totalmente ofendido y triste.

─ No lo entiendes. ─ Se levantó, yendo hacia la puerta ─. Me voy.

─ ¿A-A dónde?

─ Fuera de acá. Iré con Yookeon.

Su madre negó con la cabeza, casi horrorizada ─. Ese delincuente-

─ Me ha entendido mejor que ustedes. ─ Dijo, dolor casi palpable en su voz.

─ Yoongi... por favor. ─ El mencionado negó con la cabeza de nuevo, agarrando su mochila.

─ Te veo en unos días. Adiós.


🐥


Min yoongi tenía 16 años y no sabía cómo y cuándo todo se había ido a la mierda. Estaba viviendo en casa de su primo lejano Yookeon, ya que su casa se había vuelto un infierno y él... sólo no podía con tanto. Ya no más. A su padre le habían diagnosticado cáncer; su madre le gritaba todos los días sin razón alguna. Y él se estaba matando. Lo sabía, pero cosas tan pequeñas como comer o dormir lo suficiente se habían vuelto tan difíciles de cumplir que sentía que los demás estuviesen mejor sin él.

Miró al techo de la sala. Su primo estaba trabajando. Era profesor de matemáticas en un colegio, trabajaba con niños de siete años y era una de las mejores y más pacientes personas que conocía.

En las últimas tres semanas lloraba, se obligada a comer, vomitaba y pensaba en cómo había llegado a ese punto. Incluso, abandonó el colegio. Pero... ya no podía más. De todas formas, nadie de ahí lo extrañaba. Nunca hizo amigos de verdad en ese lugar.

Quizás había empezado cuando pensó, por primera vez, que su cuerpo era feo. Él era feo.

Intentó, a sus tempranos 10 años, decirle esto a su madre. Ella sólo dijo que no hablase de cosas que no entendía, en ese tonito de "no preguntes acerca de cosas de grandes". Él se avergonzó y jamás volvió a sacar ese tema.

Luego, a sus trece, cuando empezó a tener problemas de autoestima debido a los programas y la sociedad tonta, que le decía que se tenía que ver de cierta manera o actuar como un hombrecito. Él no era así, y las peleas con su persona eran diarias. ¿Acaso se veía muy gay? Oh por dios, ¿y si él era gay? ¿Estaba actuando de manera gay? 

Nunca había podido evitar torcer el rostro cuando pensaba en lo imbécil que se había comportado en esa época.

Corriendo hasta sus quince. Estaba tan ansioso todo el tiempo que le daban ataques de pánico por una simple exposición. Sus manos y piernas temblaban, se tartamudeaba muchísimo y, si no fuera porque rompió en llanto, le hubiese dado un paro cardíaco. O así se sentía. No podía pensar racionalmente, le daba miedo todo y sabia que los demás querían hablarle pero parecía tan frágil y nervioso como una chinchilla en un terremoto.

white 🌙 yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora