Una mano se apoyaba del barandal de las escaleras para bajar del avión, una mano delicada con manicura francesa recién hecha llegaba a Hillwood después de estar ausente más de 5 años, pero esa mano tenía un acompañante especial, un enorme y solitario diamante que anunciaba un compromiso.
La hermosa dueña de esa mano tenía mil ideas en la cabeza pero sobretodo el gran ajetreo que le esperaba, planear una boda no era nada sencillo, de pronto un hombre con acento español tomó su mano y la besó, juntos bajaron el avión enamorados sin saber lo que pronto saldrían de esa perfecta burbuja europea y enfrentarían a un enamorado que esperaba ansioso a la mujer de su vida, Helga.
Años atrás:
-Arnold, necesito tomar esta beca, estar frente a frente con los grandes artistas, me falta esa inspiración para poder llegar a ser un poco como ellos, es un gran recorrido pero de verdad necesito hacerlo, es importante para mí y en este momento ellos ven potencial en mi!
-Helga, si te dieras cuenta de la gran artista que eres no tendrías ninguna duda y seguirías tu propio camino- decía el rubio con extrema tristeza y pensaba amargamente "o pídeme que vaya contigo", esas palabras no pudieron salir de su boca y se quedaron trabadas en su garganta, no quería forzarla a llevarlo con ella y por mucho que le doliera no podría evitar que siguiera sus sueños pero ¿Qué pasaría con todo ese amor?
-sabes qué tengo que ir.- decía la rubia deseando que él se ofreciera a seguirla, pero no podría alejarlo de su familia, tampoco podía obligarlo a esperarla, pero, si se quedaba por él, podría causar problemas por no cumplir sus sueños profesionales, debía tomar el riesgo y tomar esa beca.
-lo sé- dijo el rubio con una gran opresión en el pecho, 7 años de relación y ella se marcharía a conquistar Europa.
Se dieron un fuerte abrazo y aprovecharon a disfrutar el tiempo que les quedaba juntos.
Decidieron terminar, Helga no quería que detuviera su vida por ella, no podía hacerle eso a la persona que más amaba en el mundo, pero Helga se determinó antes de irse, iba a entregarle su cuerpo y su alma entera, pasara lo que pasara, ese momento, esa intimidad, su primera vez... sólo le pertenecería a Arnold, su estúpido cabeza de balón.
Ideó un plan para estar juntos toda una semana, viajaron a Vermont, alquilaron una cabaña y disfrutaron de sus últimos momentos juntos.
-Gracias por este momento amor- decía Arnold lleno de emoción antes de abrir la puerta de la cabaña, pero al momento de abrirla se sorprendió de la decoración que había en esta y se sonrojó un poco, entró lentamente en la cabaña y se dió cuenta de que había velas por todos lados que creaban un ambiente romántico- erótico, además de fondo se escuchaban canciones que en el transcurso de su noviazgo le había dedicado a Helga.
-Arnold, pensé en venir aquí, porque no quiero que nos preocupemos por nada ni nadie, que sólo seamos tú y yo... este tiempo quiero solo una cosa, quiero ... entregarme enteramente a ti...
El semblante de Arnold cambió de un momento a otro, habían tenido momentos íntimos antes pero nunca habían llegado más allá de las caricias, ahora, Helga estaba lista y él también. Dejó su maleta a un lado en el piso y caminó despacio hasta ella, la tomó de su cintura y comenzó a besarla con pasión, en cada aliento le daba un pedazo de su alma, en cada caricia poco a poco le entregaba todo su ser. El beso comenzaba a tornarse cada vez más intenso mientras poco a poco iba quitando su ropa y ella desabrochaba uno a uno los botones de su camisa, Helga comenzaba a respirar entrecortadamente, perdiéndose en ese excitante momento, se dieron cuenta que estaban completamente desnudos, el tomo su mano y la guió hacia la cama donde con un ligero y dulce empujón la arrojó sobre esta, bajó lentamente su boca hacia sus caderas y comenzó a lamer su sexo, succionando dulcemente su clítoris hasta hacerla llegar al orgasmo, seguido de esto ella lo jaló y lo coloco sobre sí misma, lo besó estando aún más excitada, comenzó a maniobrar su pene dejándolo durísimo, era tiempo de que entrara en ella, era momento de ser totalmente suya, poco a poco Arnold se introdujo en ella, ambos impresionados con esta nueva experiencia, comenzaron un delicioso vaivén de caderas al ritmo de Thinking Out Loud de Ed Sheeran, él la amaba, la había amado desde niños, no se dió cuenta de ello hasta que gracias a ella pudo recuperar a sus padres, él había descubierto todo lo que ella había hecho por él, por verlo feliz, por tal vez, algún día fuera de ella de quien él se enamorase, y ahí estaban, haciendo el amor, después de tanto tiempo juntos por fin pasaba, se entregaban el uno al otro, se amaban como nunca podrían amar a nadie más.
Presente
-Felipe creo que tengo que llamar a mis padres para avisar que aterrizamos antes, tomemos un taxi hacia allá- dijo Helga a su prometido.
-De acuerdo Donatella- le respondió él tomando su mano y dirigiéndola a tomar sus maletas para después salir del aeropuerto. Le decía así gracias a su gran talento como artista, su estilo tenía un aire renacentista y había dejado gran impresión en su carrera de arte, con grandes esculturas y pinturas que habían sido reconocidas a nivel mundial.
Caminaban de la mano sin darse cuenta que alguien los observaba, un atractivo chico de barba que justo salía en el siguiente vuelo a Nueva York, él la reconoció de inmediato, conocía su caminar, su esbelto cuerpo, el color de su cabello, sus intensos ojos azules y ese rostro tan bello que hacía girar todas las miradas hacía ella, era Helga, ahí, justo frente a él, estaba el amor de su vida, de la mano de alguien más.
Tenía que abordar el avión para dar una conferencia acerca del sistema penal y las injusticias existentes hacia los inmigrantes, pero de pronto no quiso irse, necesitaba que Helga lo viera, pero decidió subir al avión para aclarar sus ideas, ahora que había visto a Helga llegar a Hillwood, tenía que ¿recuperarla?
No pensó que solo verla le afectaría tanto, sabía que la volvería a ver algún día, sabía que la enfrentaría, necesitaba saber qué había pasado, como de ser todo el llego a ser nada, como ella llegaba con alguien más a la ciudad, como no se daba cuenta que él estaba ahí viéndola a lo lejos de la mano de alguien más, mientras su corazón sentía una gran opresión en el pecho, se acercó sin que ella lo notara y vislumbró un gran solitario en su mano izquierda, ¡por Dios, estaba comprometida!
Se alejó agitado a la zona de embarque de su avión, en eso, sonó su teléfono, era Gerard.
-amigo! Alcancé a llamarte antes de que subieras al avión- alcanzó a escuchar la respiración agitada de su amigo. – Arnold, estás bien viejo?-
-está aquí Gerard- dijo Arnold a punto de llorar
El moreno sabía a quién se refería, no tenía duda de los sentimientos de su amigo, era confuso como todo había acabado entre ellos, pero algo que si sabía, era que su amigo necesitaba de su apoyo
-vino con él y ellos están...- se quedó mudo
-¿están que?- preguntó el moreno
-comprometidos- hubo un silencio incómodo
-Toma el vuelo viejo, tomaré el siguiente a Nueva York y nos daremos unos días solos tú y yo, ok?
-ok, ya voy a abordar Gerard, te veo pronto- simplemente colgó y se dejo llevar por sus pensamientos.
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Reconquistandote
FanfictionArnold y Helga se habían separado para que ella siguiera su sueño de ser una gran artista. Ella, malinterpreto cierta escena, dio media vuelta y salió de su vida... ¿para siempre?