7. Reviviendo el adiós parte 2

181 13 1
                                    

La mirada de Helga expresaba asombro para después pasar al enojo, ¿Cómo era posible que un tipo que acababa de conocer ya estuviera sobre ella? Maldito simio, trató de sobrellevar la cena de la mejor manera tratando de no voltear hacia el chico español y hablando con los colegas que tenía cerca.

Al acabar la cena se fueron haciendo pequeños grupos y Helga notó que cada vez Felipe se acercaba más a ella, no podía dejar aflorar su Yo gruñona tan pronto así que se le ocurrió sacar a colación a su amado cabeza de balón y ver que el tipo se desanimara de seguir tras ella.

Helga decidió preguntar a Grettel por su novio y le guiñó el ojo para que siguiera la corriente
-Y a todo esto, ¿Que va a estudiar tu novio?
-Hank ya es administrador de empresas, es mayor que yo así que hace ya muchos años salió de la facu
-Wow, ¿Cuántos años te lleva?- pregunté con verdadera curiosidad
-8, tiene 26 y es encantador
-Wow Grettel, si que se llevan mucho, entonces te será fácil verlo todo este tiempo, ojalá Arnold y yo tuviéramos esa oportunidad, eres muy afortunada.
-¿Arnold?- preguntó curioso Felipe ya a un lado de mi
-Si, mi novio- le dije pero me veía un aire de incredulidad- está en Estados Unidos, estudiará derecho en Yale- dije dirigiéndome a Grettel nuevamente.
-Yale? Entonces si no te hubiera buscado el programa que estarías haciendo? - preguntó Grettel con curiosidad real.
-Negocios, en Columbia- dije tranquila
-Así que los dos estarían bastante cerca, no se molesto de qué decidieras tomar este rumbo?, pero espera- dice Grettel como si le hubiera caído información de golpe- ¿cómo cambias tan fácil de negocios a arte? Es algo totalmente diferente
-Lo sé- dije riendo- Es que mi padre es dueño de una importante cadena de teléfonos móviles, quiere que mi hermana y yo seamos las encargadas del negocio, pero llegó la carta y les pedí oportunidad de dejarme hacer esto, si llego a fallar, ahora si entraré a negocios- dije de manera desanimada

Aún que mencioné a Arnold, Felipe seguía atento a mi platica y poco a poco empezó a ganar terreno en esta, me empezaba a molestar la forma en que me veía, era de verdad incómodo, tanto que estuve a punto de presentar a la vieja Betsy pero me contuve.

-Entonces rubia, ¿Cuándo vendrá a verte tu novio?- me dolió el pecho, realmente Arnold ya no era mi novio y me dolía mucho que no lo fuera, mis ojos mostraron tristeza y se tornaron algo rojos.
-No lo sé- dije tristemente
Él se dio cuenta de mi expresión y se disculpó
-Creo que estoy entrando en terrenos algo personales, siento mucho mi intromisión.
Me sorprendí de su actitud tan comprensiva y le sonreí amistosamente, a lo que mencionó
-Pero si yo hubiera sido él, no te hubiera dejado ir tan fácil muñeca, pero bueno, tenemos que pasar cuatro años juntos, cualquier cosa puede pasar y más con una chica tan guapa y sexy como vos. - se alejó con una sonrisa petulante hacia otro grupo de personas mientras yo, sorprendida, lo observaba mientras se alejaba.
Grettel me saco de mi asombro diciendo
-Si que es guapo, y se ve que le atraes mucho- dijo risueña
- Es un idiota, por tipos como este pienso que Arnold es único- dije pensativa
-Por Dios Helga, está buenísimo, si no tuviera a Hank me le echaría encima, piénsalo, realmente ya no tienes novio, eres una mujer soltera empezando una nueva etapa, todo puede pasar, incluso él, tu mencionaste que se va a Connecticut pronto, todo puede pasar.- dijo de forma realista
Sus palabras me dejaron en shock y me provocaron un enorme nudo en la garganta, el pensar que deje ir al amor de mi vida, un amor tan perfecto; Grettel tenía razón, cualquier cosa podía pasar y yo no podría hacer nada porque yo lo dejé, mis lágrimas amenazaron con salir y decidí irme de ahí antes de armar una escena, necesitaba hablar con él.
-Grettel, lo siento, creo que será mejor irme a dormir- dije dirigiéndome al departamento
-Lo siento Helga, no quería hacerte sentir mal- dijo apenada
-No lo lamentes, creo que tienes razón, sólo que no lo había pensado en la posibilidad, nos vemos mañana, buenas noches.- dije apresurándome a llegar a mi alcoba y escribir un enorme e-mail a Arnold.

Para: Arnold P. Shortman
De: Helga G. Pataki
Asunto: buenas noches

Hola cabezón, ya está acabando el día por Madrid, me parece que allá apenas es la tarde y antes de irme a dormir lo único que se me ocurrió fue escribirte y decirte lo mucho que me haces falta, espero que nunca dejemos de hablar porque además de toda nuestra historia no puedo dejar de pensar que eres mi mejor amigo, si Phoebe también es, pero ella es mujer.
También quiero contarte lo qué pasó en la cena, conocí a mis otros compañeros, lo más impresionante es que todos son de diferentes nacionalidades, no se repite ningún país, hubo un petulante que se me fue encima, pero lo detuve, la verdad es que pensé en darle una paliza pero, disculpa por esto, le mencioné que tenía un novio en casa, espero no te moleste.
Arnold, de verdad siento que voy a extrañarte mucho, Justo ya lo estoy haciendo, perdón por ser tan franca pero es que no puedo dejar de pensar en ti y recordarte lo mucho que aún te amo.

A los 10 minutos recibí respuesta

Para: Helga G. Pataki
De: Arnold P. Shortman
Asunto: Re: buenas noches

Nunca me molestará el que digas que eres mi novia, en especial si un idiota quiere acercarse a ti, siendo sincero tengo miedo Helga, miedo que te olvides de mi, pero tus palabras me reconfortan de cierta manera, no tanto como cuando beso tus tiernos labios sabor cereza, pero el que me ames me llena de emoción, siempre estaré esperando con ansias noticias de ti y nunca olvides lo mucho que te amo, el amor que tenemos es algo único, tan sublime como tu piel. Soñemos juntos, te amo mil veces.

Para: Arnold P. Shortman
De: Helga G. Pataki
Asunto: Re: Re: buenas noches

Te amo mil veces.

Helga cerró su ordenador y se limitó a sonreír, unas palabras de él y se encontraba en el cielo, se puso su pijama y se dirigió a dormir, mañana sería otro día lleno de nuevas aventuras.

ReconquistandoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora