POV ARNOLD
Desperté algo desorientado, pero al segundo mis sentidos se pusieron alerta y llenos de felicidad, estaba dormido abrazando a Helga, después de tantos años volvíamos a despertar juntos, después de tantos años habíamos vuelto a hacer el amor. Ella seguía dormida y un pequeño silbido salía de su nariz, volvía a tener esa extraña sensación de eternidad que me embargaba siempre a su lado, no dejé de abrazarla, sólo me dediqué a oler su cabello tan rubio como siempre, fresas, tal como recuerdo, me sentía tan sobrecogido, otra vez estar con ella, tocando su piel, era perfecta.
Al levantar un poco la sábana, noté que seguíamos desnudos, Justo en medio de su enorme estudio, eso alteró un poco lo bajo de mi cintura y sin darme cuenta estaba acariciando sus senos, que al sentirme comenzaron a elevarse, toque su plano abdomen llegando a su lampiño monte de Venus, comencé a dar pequeños besos en su cuello apretándome más a su cuerpo, de pronto su cuerpo reaccionó y sólo pude escuchar un gemido entrecortado "Arnold" que salió suavemente de sus labios, como una oración, esto me emocionó de manera inexplicable, tomé su cuerpo y la besé violentamente, como si tuviera que saciar una sed de años, ella respondía mis besos y tocaba mi cuerpo, no estaba en un error, ella aún me amaba, yo nunca la había dejado de amar, sus enormes ojos azules penetraban mi alma mientras yo trataba de transmitir con mi mirada cuanto la amaba, de pronto no pude más y me hundí en ella, nuestro vaivén de caderas lo decía todo, éramos el uno para el otro, nuestros cuerpos no mentían, nuestra piel se reconocía, nos pertenecíamos.
POV HELGA
Estaba abrazada de Arnold, la verdad es que me sentía bien y cómoda en sus brazos, ya había olvidado lo bien que se sentía estar a su lado, tenía el presentimiento de haber regresado a mi hogar, no decíamos ni una palabra, parecía que ninguno de los dos quería hacerlo, ya que el hablar nos llevaría a una sola cosa, separarnos. Me giré a ver sus ojos esmeralda que tanto amaba y él me veía fijamente, con intensidad, de pronto sólo se acercó a mi y me besó, respondí su beso, lo había echado tanto de menos.
Me levanté al baño de mi estudio y al lavarme las manos noté mi anillo de compromiso y de pronto me sentí la peor persona de mundo, había engañado a Felipe, de pronto las lágrimas quisieron brotar de mi, pero no salieron, ni siquiera se asomaron, como si yo no tuviera ningún sentimiento por mi prometido, me senté en el piso del baño observando el enorme solitario, me recordaron todo lo que luchó Felipe para que yo aceptara a darle una cita, mucho más el ser novios, entró en mi el sentimiento de culpa pero no sentía el arrepentimiento por ningún lado, tenía que ser clara con Arnold, pero la verdad es que no quería.
Comencé a recordar cómo es que Arnold y yo nos separamos, la verdad es que fue un poco confuso, pero a la vez también fue doloroso y recordarlo aún me dolía, comencé a sentir algo de furia y tristeza, pero seguía sin aparecer el arrepentimiento, demonios, sabía que no era buena idea volver a Hillwood, todo era perfecto en Génova.
De pronto la puerta del baño se abrió y Arnold me veía con duda en el rostro, notó el anillo que tenía entre los dedos y suspiró
-Se acabó esta pequeña burbuja que nos creamos anoche cierto?- preguntó preocupado
-Eso creo, no fue correcto, pero para ser sincera, no me arrepiento- dije sin siquiera meditar mis palabras
-Ni yo, no quiero que esto acabe Helga- dijo firmemente
-Sabes que esto ya se acabó Arnold- dije viendo el anillo
-No, la verdad es que ni siquiera sé qué pasó entre nosotros, en que momento me dejaste de querer cerca de ti- dijo sin rodeos, lo que me molestó bastante, ya que él no sólo estaba con Lila, si no que también me había mandado ese e-mail tan hiriente dejando el claro que ya no quería saber de mi, eso si que hizo brotar mis lágrimas.
-¿Cómo te atreves maldito engreído? Tu fuiste el que prácticamente quiso olvidarse de mi, te vi en nuestro lugar con Lila, además dime que podía hacer yo si claramente me dijiste que habías encontrado a alguien y que yo había sido una egoísta por buscar realizar mi sueño, por Dios Arnold, yo te amaba maldito imbécil- dije sin ningún tapujo, pero él ni siquiera se inmutó
-Yo aún te amo Helga y Ni siquiera te acercas a la verdad de como terminamos alejándonos, no tienes idea de lo que he pasado para entender qué pasó entre nosotros y la verdad es que me falta atar muchos cabos sueltos, pero los voy a unir, no para que veas lo equivocada que estás, si no para que veas que somos una mala broma del destino y vuelvas conmigo- dijo mirándome fijamente a los ojos. Ok, sacó boleto.
-Qué te pasa maldito cabezón, ya no podríamos estar juntos, voy a casarme y por Dios acabo de serle infiel a Felipe contigo, lo nuestro se acabó hace mucho tiempo ya- dije molesta
-Claro que volveremos a estar juntos Helga, dime, ¿Quien encuentra al amor de su vida en preescolar? Yo sé que tarde en darme cuenta de mis sentimientos hacia ti, pero siempre te amé, sin darme cuenta lo hice y lo sigo haciendo, me afectas a tal modo que aunque estuvieras del otro lado del mundo no pude estar con nadie por estar obsesionado pensando en ti, no te vas a casar con Él, vas a recapacitar y vas a casarte conmigo porque yo te amo y tú me amas a mi Helga Geraldine Pataki y voy a recupérate- dijo acercándose a mi
-Debes irte Arnold, yo ya no te amo, voy a casarme y regresaré a Europa- dije seriamente
-Claro que aún me amas, no puedes negar que anoche y hace un momento lo demostraste- se acercó peligrosamente a mi y me besó, quise salir corriendo pero mis piernas no se movían y me quedé ahí, respondiendo a su beso.
Volví a reaccionar y le dije firmemente sin mirarlo a los ojos
-Ya vete Arnold, Felipe no se merece esto, toma lo qué pasó como una despedida pero por favor ya vete de aquí- dije en tono de súplica
-Me voy, pero comprende que no voy a rendirme, juro que vas a volver a mi Helga y cuando lo hagas recuperaré todo ese tiempo perdido- dió media vuelta y salió de ahí, me quedé en el estudio sentada frente a mi escultura, la observaba mientras veía reflejado mi dolor aún latente la noche anterior, pero ahora extrañamente nada me dolía, me sentía feliz pero al mismo tiempo me invadía la culpa, había cometido un gran error y no sabía cómo diablos iba a explicárselo a Felipe, para empezar, tenía que admitir que esto había sido un error, pero el arrepentimiento se negaba a aparecer.Mi teléfono comenzó a soñar y sin siquiera notar la pantalla conteste
-Pataki- dije
-Hola mi bella Donatella, perdóname por actuar así ayer, sólo iba a avisarte que ya estaba en Ámsterdam, dejaré que sigas con tu nuevo proyecto amor- dijo apresurado
-Felipe, perdón por enojarme pero estaba algo inspirada en ese momento, de hecho pase la noche en el estudio, ahora mismo saldré de aquí para ir a tomar una ducha y ayudarle un poco a Olga y Miriam en casa- dije informando mentiras a mi futuro esposo
-No te disculpes amor, sólo sentí algo de celos, pero regresare en un par de meses a tu lado, por mientras llámame si ocupas cualquier cosa, tengo que ir directo a la galería, te amo bella- dijo de manera más animada
-También te amo Felipe- colguéMe dirigí a la salida y noté que arnold había dejado su chaqueta, la tomé y salí de ahí, pensé que no sería mala idea ir a la casa de huéspedes a dejarla, subí a mi auto y me dirigí a sunset arms. Al llegar a la pensión toque la puerta y al abrirse salió de ahí la típica jauría-manada extraña de animales encabezada por el viejo abner, algo que me hizo reír un poco, después y con una enorme sonrisa me esperaba Stella
-Helga, querida- me abrazó fuertemente
-Hola Stella- dije regresándole el gesto, ella siempre había sido muy especial para mí y de verdad me daba gusto verla después de tantos años
-Qué gusto me da verte, ve lo bella que estás, por favor pasa a tomar un té, se de algunas personas que se animarán mucho al verte- decía Stella guiándome hacia la sala
-Sólo pasaba por aquí a dejar la chaqueta de Arnold, la olvidó hoy en la mañana-dije tratando de escapar de ahí lo más pronto posible
-Cariño, Arnold ya no vive aquí, tiene un departamento en el centro, aquí solo viene de visita- dijo amablemente mientras buscaba una llave- toma, la dirección es esta- me dijo mientras extendía una hoja con una dirección y la llave- me ayudaría mucho que se la dejaras en su casa, pero antes hay unas personas que quieren verte- dijo al momento que entraban Pookie y Phill en la habitación.
-Eleonor!- gritó Pookie- mi pequeña Eleonor por fin vino a visitarme, el comandante no se encuentra en El Fuerte- dijo mientras tomaba mi rostro para verme de cerca y luego me abrazó, devolví su abrazo.
-Pero miren a quien tenemos aquí- sonó la voz de Phil, lo que hizo que me girara para saludarlo, sin más me abrazó y me dirigió a tomar asiento, en eso Miles apareció por la puerta y me ofrecía el té que me había prometido Stella.
Pase un agradable rato en compañía de los padres y abuelos de Arnold pero tenía que ir a mi casa, antes pasaría al departamento de Arnold a dejar su chaqueta.Caminé por las calles del centro hasta encontrar el edificio donde vivía Arnold, a lo que me había dicho Stella él estaría trabajando y no se encontraría en el lugar, así que sin temor abrí la puerta y entre. Mi corazón se aceleró al notar una enorme fotografía mía adornando la sala, otro conjunto de fotografías pequeñas de Arnold y mías cuando salíamos, la fotografía de nosotros como reyes del baile, otras más de su familia y amigos. Me sentí tan extraña y algo emocionada por cómo parecía que realmente él aún me amaba pero entonces porque estaba con Lila y porque terminó nuestra relación?, qué, bueno, yo le había dicho que termináramos, pero no había parecido así hasta que el envío ese mensaje. Me sentí mareada, mi cabeza comenzó a dar vueltas, mejor me acerqué a tomar un vaso de agua del grifo y me senté un momento en la sala, en eso escuché una voz que venía de la recámara
-Mamá? Estás ahí- me petrifiqué en un segundo, era la voz de Arnold, tenía que salir corriendo de ahí, coloqué la chaqueta en una silla y me dirigí a la entrada sigilosamente, pero no lo logré.
-Helga? Qué haces aquí? Como conseguiste entrar a mi departamento?- dijo aguantando una sonrisa.
-No es lo que piensas cabeza de balón, tú madre no podía traer la chaqueta que pase a dejar a la casa de huéspedes y me pidió que pasara por aquí a dejarla, ya me iba, siento haberlo hecho, se suponía que estarías trabajando- dije acercándome más a la puerta
-Amor, tú puedes venir aquí siempre que quieras, está es tu casa y no fui a trabajar porque casi no dormí anoche- dijo acercándose a mi de manera seductora
-Debo irme, fue un gusto verte cabezón, te veo en la próxima fiesta de Rhonda- dije alejándome de él, pero algo volvió a mi mente, mi fotografía- pero espera un segundo Arnoldo, ¿Que hace mi fotografía aquí?- pedí una explicación
-Es una buena fotografía verdad?- dijo sin preocuparse- la verdad es que estoy enamorado de esa linda chica.- eso me hizo sonrojar.
-Debo irme- dije nerviosa
-De acuerdo, te veo el viernes con Rhonda- en ese momento se acercó a mi y besó mis labios despacio, pero esta vez mis pies si reaccionaron y salí corriendo de ahí.
-Adiós cabeza de balón-.
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Reconquistandote
FanficArnold y Helga se habían separado para que ella siguiera su sueño de ser una gran artista. Ella, malinterpreto cierta escena, dio media vuelta y salió de su vida... ¿para siempre?