Reconquistandote

6. Reviviendo el adiós parte 1

5 AÑOS ATRÁS

Había llegado una carta al buzón de Helga, una carta que no esperaba pero que la dejo en shock y eufórica al mismo tiempo

Helga G. Pataki
Presente

Señorita Pataki, usted ha sido seleccionada junto con otros 19 jóvenes con talentos artísticos a tomar la beca Rafaell, está beca consiste en estudiar en diferentes países distintas técnicas de pintura, muralismo y escultura, así como reconocer la historia del arte en cada país seleccionado, en caso de aceptar usted podrá conocer gran cantidad de países donde se observará a los grandes exponentes de cada uno, las estancias serán por cuatro meses en un total de 4 años por lo que se vivirá en 12 países que son:
España, Francia, Grecia, Italia, Alemania, Inglaterra, Rusia, México, Argentina, Japón, Brasil y República Checa.
Al aceptar esta beca se te proveerá de asilo y el costo de los viajes que se realicen. Esperamos que tu talento forme parte de nuestra comunidad.

Debo aclarar que a este programa se entra sólo por invitación y es generacional, no podrá aplicar ninguna solicitud en otra ocasión en caso de rechazar esta oferta.

Serafino Bertolli
Universidad de las artes
Florencia, Italia.

Helga no podía creer la oportunidad que tenía ante sus ojos, ella no había aplicado a dicho centro de estudios, la habían buscado particularmente por el gran potencial que había demostrado, tomó la carta y corrió a enseñarla a sus padres

-De que se trata esto Helga? Habíamos quedado que la pintura sólo iba a ser un hobbie y estudiarías negocios igual que Olga- dijo Bob molesto
-lo sé Bob, pero yo no lo solicité, ellos están buscándome, dame la oportunidad de demostrarte lo que puedo llegar a lograr y si no lo logro te prometo entrar inmediatamente a la escuela de negocios- suplicó Helga.
-oh Bob, querido, deja a la niña intentarlo, creo que después de todo se lo debemos- mencionó Miriam referente al abandono que había sufrido Helga en su infancia por parte de ellos.
Helga se dirigió emocionada a abrazar a su madre mientras Bob refunfuñaba molesto
-bien Helga, pero recuerda que si no lo logras entrarás a la escuela de negocios.
-Gracias papá- dijo ella emocionada
-cariño ¿Ya le informaste a Arnold?- preguntó Miriam curiosa
-Oh por Dios, aún no mamá, iré a verlo ahora mismo.- Helga tomó la carta y salió del lugar dirigiéndose a Sunset arms.

Al tocar la puerta le abrió Stella extrañada de verla tan temprano
-Hola Helga, ¿todo en orden cariño?- preguntó
-Claro que si Stella, solo tengo que contarle algo importante a Arnold, ¿Ya despertó?
-No Helga, pero puedes pasar querida- dijo Stella guiñándole el ojo
Helga avanzaba por el pasillo y de pronto Pookie salió emocionada a verla
-Helena de Troya, el comandante aún yace en sus aposentos- Helga le sonrió de forma divertida y le lanzó un saludo militar -Gracias General- y siguió su camino hasta la habitación de su novio.

Tocó la puerta pero no hubo respuesta, la abrió y entró a la recámara, ahí se encontraba él profundamente dormido, ella sólo se dedicó a observarlo por unos minutos para después acercarse y darle un tierno beso en los labios, Arnold se movió en su cama sin despertarse y murmuró entre sueños "Helga", la rubia se emocionó al notar que soñaba con ella, se dirigió a su sofá mientras lo observaba de lejos, realmente amaba a ese cabeza de balón. De pronto toda la alegría que le provocaba la beca se disipó cuando notó que tendría que estar lejos de Él por mucho tiempo y de pronto flaqueó.

Ella seguía absorta en sus pensamientos cuando de pronto sintió unas cálidas manos en sus mejillas
-¿Qué te tiene tan pensativa amor?- Se sobresaltó de pronto ya que no había notado que el rubio ya había despertado y había notado su presencia en la habitación.
-No sé Arnold, te traía noticias, pero... creo que mejor lo olvido- se levantó ella del sofá para salir de la habitación. Arnold la detuvo y la jaló hacia él.
-Cuéntame de que se trata- le dijo preocupado.
Helga sacó de su bolso la carta y se la dió a leer.
Arnold sonreía a medias y sólo atinó a decir
-Te dije que eras muy talentosa Helga- y continuó en el silencio incómodo en el que se encontraba ella.
Antes de que llegara la carta estaban convencidos de que estarían solo a una hora de distancia en la universidad, ahora, Arnold sabía que ella tenía que lograr sus sueños pero no era fácil para él dejarla ir.