Capítulo 5

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Narra Austin Bay.


Ya en la puerta, esperando a Lili, recorro con mis dedos el diseño de la puerta, con una sonrisa asomando la comisura de mis labios.

Se abre y me abalanzo sobre lo que creía era Lili. Me recompongo cuando me percato de que es la sirvienta.
- Haré saber a la señorita que está aquí.- dice riéndose por el camino.

Después de unos minutos veo la figura de Lili. Al acercarse puedo ver sus mechones revoltosos, dorados, sus ojos miel relucientes, su sonrisa angelical.


Narra Lilibeth.


Lo veo enmarcado por la puerta, como el retrato de un ángel, de cabellos albinos, ojos azules como el mar y porte masculino, esbelto, alto.
Mis lágrimas se agolpan y mi sonrisa se dispara al verlo sonreír.


Narra Austin Bay.


La veo emocionada, corriendo desde el pasillo. Corro hacia ella y nuestros cuerpos se hacen uno. Le acaricio la espalda, el cabello, su olor floral me funde, su calor me derrite, me hace sentir tan leve como una pluma.


Narra Lilibeth.


Me atrapa con sus brazos como si fuera una joya delicada, pero cálidamente. Le acaricio el pelo, cruzando mis dedos por sus mechones, me engancho a su cuello y le beso el cuello.
Nos abrazamos, nos besamos, nos hacemos uno.
Finalmente nos despegamos.

- Oh, Austin.-

- No digas nada.- me pone el pulgar en el labio inferior y me besa ardientemente. Su respiración empieza a acelerarse y mi corazón late más deprisa. Sus manos bajan hasta mi cintura y luego hasta más abajo. Nos perdemos en el calor y la fogosidad hasta altas horas de la noche.


Narra Austin.


La luz hace que abra los ojos, deslumbrado. Estoy tumbado, con Lili al lado, en su cama, abrazados. Dios, cuánto deseaba este momento, cuánto hemos sufrido por no yacer tranquilos, amantes, corazón con corazón. Siempre he sabido que la amaba, y la he amado siempre, pero ahora no la perderé de vista ni un segundo. Le beso la coronilla y veo como sus pequeños y alegres ojos se mueven rápidamente, hasta dejar ver su iris color caramelo.

- Buenos días.- dice sonriendo y medio despertándose para acabar abrazándome más.
Me echo sobre ella y le acaricio el brazo. Todo esto es tan idílico que parece que estoy soñando.


Narra Lili.


Lo tengo al lado, cuerpo con cuerpo, piel con piel. Está conmigo, y esta vez sé que no se irá. Lo amo tanto, que no se siente real, que es como un sueño.


Narra Austin.


-Lili.- le digo mirándole directamente a los ojos.

- ¿Sí?- la miel de sus iris parece brillar con tanta intensidad que refleja emoción y amor.

- Te amo, y te pido miles de perdones, y nunca será suficiente para pagar lo que te he hecho, el daño que te he causado. No puedo excu-

- Austin, lo sé. Estaba cegada por la ira, por el rencor, pero en tu situación, lo entiendo. Pero ahora todo ello queda atrás.-

Nuestros labios se juntan y el ardor empieza a recorrer nuestros cuerpos. La abrazo muy fuerte.
Después de un par de minutos más en la cama, vestidos, tomamos el desayuno en el salón. En realidad me siento un poco incómodo, después de todo, soy un extraño en esta casa, aunque para Lili sea el mismo de siempre. Hasta la criada me mira con sonrisas en la comisura.
- No te sientas raro, estás en tu casa.- me dice sonriente, poniendo su mano encima de la mía. Le sonrío y me quedo mirándola, con ese mechón rizado revuelto, el mismo que se me viene con los recuerdos de Londres y la universidad. 

Sigue tu instinto [ Parte II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora