XVI

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Ya ha pasado bastante, bailando, riendo, cantando.

Gracias a los cielos Dylan desapareció de mi vista.

Ahora que las chicas están muy a gusto hablando con un par de chicos, me aparto solo un momento para ir por algo de beber, me estoy muriendo de sed.

Hay barra libre, por lo que me decido por algo ligero y sin alcohol, una bebida.

—¡Una Pepsi, por favor! –le grito al barman quien asiente, si tan solo escucharan el volumen de esta música, no entiendo como no se han reventado los vidrio de la casa.

En seguida se devuelve con una botella de dicha bebida, la destapa y me la entrega, a lo que amablemente agradezco.

Me siento en uno de los banquillos frente a la barra, quiero descansar un poco antes de volver, por lo que me giro y veo a toda esa gente bailando y disfrutando.

Voy a dar mi primer trago.

—Hola, llamita. –por lo que apenas escucho su voz a mi lado, me trapico con la bebida.

Toso como si fuera ahogarme, pero así lo siento. ¡Joder!

—¡Dylan! –grito su nombre en reproche cuando me giro a verlo a mi lado.

Esta con un vaso en su mano, mientras sus codos se apoyan en la barra y ve al frente donde todos siguen bailando y disfrutando. Su sonrisa crece sin dejarme ver sus blancos dientes, ¿Qué estuviera a nada de ahogarme le parece gracioso?

—Así me llaman… –sus ojos avellanas se juntan con los míos que no están para nada felices.

—¿Quién demonios te pidió que vinieras? –pregunto como si su sola presencia me molestara.

—Tu subconsciente –da un trago a su bebida —¿no la escuchas gritar mi nombre?

Giro mis ojos, ¿Cómo puede ser tan arrogante y confiado de sí mismo?

—Ja –rio sin gracia —mi subconsciente tiene mejores cosas que hacer que pensar en ti.

—Sam… –junta sus ojos otra vez con los míos, pero ahora con un semblante serio y frío —tenemos que hablar.

Niego con mi cabeza divertida, mojo mis labios —olvídalo.

—Sé que no me comporte de la mejor manera, lo acepto –levanta sus manos en rendición —pero tienes que escucharme. Al menos dame el favor de la duda.

—Muy bien, favor concedido. –Me levanto de mi puesto con la intención de irme —mis amigas me llaman, que tenga una muy bonita velada señor.

—Tranquila... –suspira —ve hablarles de ese increíble e irresistible chico guapo que quieres devorar, después vuelves y miénteme sobre que charlaban de series y cosas de “chicas”. –levanta una de sus cejas con autoridad volviendo a beber.

—Eres insoportable. –me giro y felizmente vuelvo con mi grupo de amigas, donde me siento mucho más segura y menos vulnerable.

Estamos hablando sobre como pasaremos las vacaciones de verano este año, Miguel se irá a Colombia por unas cuantas semanas a visitar a todo el resto de su familia, Cath dice que le gustaría mucho comenzar a trabajar y ahorrar un poco para la universidad y Aira se las iba a pasar con sus abuelos, en su hotel en Miami.

Y por otro lado Lidia dice ir a Alemania a visitar a todo el resto de amigos que se quedaron allá… eso significa que si Lidia va… ¿Dylan también se ira?

¡Ahg, y eso a ti que te importa Samantha!

Para luego de seguir bailando, gozando y se disfrutando la fiesta, nunca más pude ver al idiota de ojos avellanas, pero si estamos en un gran circulo Miguel, Aurora, Thomas, Aira y un amigo de Miguel.

INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora