Capítulo 24

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Cuando meto el auto al garage, veo a Luzbel sentado en los peldaños de la casa, junto a él está Rafael, y a su lado está la que creo que es una mujer. Por lo menos eso me indica su cabello largo.

Bajo del auto lentamente y me pongo la chamarra mientras los tres se voltean a mirarme.

—Hola... — les saludo caminando hacia ellos mientras saco mi cabello de debajo de la chaqueta.

—Pensé que no saldrías — contesta Luzbel poniéndose de pie.

—Fui a casa de mi abuela... salió el plan de último momento.

—Bien, no importa.

—¿Qué pasa? — pregunto reuniéndome con él.

Luzbel se limita a sonreírme mientras me acomoda cabello detrás de la oreja.

—¿Eso significa...? — inquiero al no recibir repuesta, pero sigo sin obtener información.

—Vamos, Luzbel — pide Rafael parándose junto a él.

—Sí — acepta éste, me da un beso en la frente y camina junto a su hermano.

—Hey — inquiero —, ¿qué está pasando?

—Vamos, Lía — la chica me habla mientras me toma con suavidad del brazo.

Me volteo a mirarla algo brusca, pero cuando veo su rostro me quedo un momento pensativa.

Es la misma chica que me llevó hasta Luzbel cuando estábamos en el seol, la chica de la cual no recuerdo el nombre.

—¿Gustas explicarme qué pasa? — pregunto más tranquila.

—Algo — contesta mientras vamos para adentro de la casa.

—Algo... — repito intentando no enojarme —, ¿algo de qué? Sabes, tú y Luzbel creen que diciendo ese tipo de cosas uno ya sabe a lo que se refieren, por favor, sólo díganlo y ya, respondan lo que uno les está preguntando.

—Lía, es una sorpresa.

—¿Qué clase de sorpresa?

—No voy a decírtelo, ahora sube, apúrate, te esperaré aquí abajo.

—¿Subir a qué? — pregunto completamente confundida.

—Sube — ordena, pero tiene une sonrisa y su voz no deja de ser cordial.

—Bien — acepto sin más remedio y me voy directo a las escaleras.

Subo con calma aunque un poco nerviosa por si me encuentro algo que no quiero arriba.

Entro lentamente a mi habitación y la observo atentamente, hasta que algo sobre mi cama llama mi atención.

Entro por completo y cierro la puerta tras de mí, me acerco a la cama y miro con atención.

Un... ¿vestido? Creo que es un vestido. Junto a él hay un par de cosas más. Unas zapatillas muy extrañas y algo parecido a un collar... con varias cadenas doradas y piedras que nunca en mi vida había visto.

¿Qué se supone que hago? ¿Me pongo las cosas y bajo de nuevo?

Por lo que entendí, ella iba a esperarme abajo, así que supongo que sí, tengo que ponerme esto e ir de vuelta con ella.

Algo confundida comienzo a quitarme la ropa que tengo puesta, la echo al suelo y la amontono toda junta.

Tomo el vestido de la cama y lo observo atentamente.

Es bonito... demasiado extraño, algo que nunca en la vida podría encontrar aquí, en nuestro mundo. La tela es suave, su textura es rara, es color blanco y por lo que veo no es demasiado largo. Es una sola pieza, no tiene más tela debajo ni nada que lo haga lucir frondoso.

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