capítulo uno

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POV ALBA
-Venga Alba despierta ya o llegaremos tarde a la comida de despedida con la familia!- ya estaba mi madre taladrándome la cabeza desde el salón.
-Ya voy mamá! - grité y seguidamente me levanté medio tambaleándome -vaya resaca tengo-, pensé ya que la noche pasada salí de fiesta con Bea, Claudia, Eric, Marcos, Paula y Sara para despedirme de ellxs. Eran mis amigos desde los tres años, menos Marcos, que le conocimos cuando empezamos la ESO y ahora somos un grupo inseparable.
Por fin me voy a Barcelona a estudiar lo que realmente me gusta, bellas artes. Tengo muchísimas ganas de conocer nuevas personas y nuevos lugares, aunque echaré mucho de menos Elche y a mi gente pero bueno, ya es hora de cambiar un poco de aires.
Me duché y me arreglé, me puse lo primero que vi en el armario, una camiseta básica y unas medias negras bajo un peto negro.

Por fin llegamos de casa de mis tíos, mi tío es insportable, lo único que hace cuando estamos todos juntos es hablar de política o de que si debería existir un día del orgullo hetero, me tiene harta, menos mal que me voy esta misma tarde y seguramente no le vuelva a ver hasta que vuelva a Elche por Navidad.

Me pasé casi todo el verano intentando encontrar piso en una buena zona de Barcelona y cuando ya estaba desesperada porque no encontraba nada, tuve la suerte de encontrar una habitación en el barrio de Sant Antoni, vi en twitter un anuncio de una tal Julia que buscaba unx compañerx y cumplía todos los 'requisitos' que puso: que no le importe convivir con dos gatos, que sea LGTBfriendly y sobretodo que le gusten las croquetas (esto no entendía por qué lo decía pero me hizo bastante gracia), en cuanto vi el anuncio lo primero que hice fue enviarle un mensaje y en menos de una semana ya teníamos todo listo, la verdad es que la chica era bastante agradable y estuve stalkeándola un buen rato y pude saber un poco más de ella, como que toca la guitarra y que es fan de OT, también vi fotos de sus amigos, parecían majxs y tarde o temprano acabaría conociéndoles. Ah, y también entendí lo de las croquetas, no paraba de colgar recetas de croquetas de todo tipo que le había enseñado su abuela. Empecé a seguirla y a partir de ese día no dejábamos de hablar y nos contábamos cosas sobre nuestras vidas y sobretodo hablábamos de OT y gustos musicales, las dos teníamos esas mismas pasiones.

Ya eran las 18:45, menos mal que vivía cerca del aeropuerto y el vuelo salía a las 20:00, me cambié de ropa, me puse algo más cómodo, me despedí de Queen, mi gata, aunque no tardaría mucho en volver a Elche para verla. Dejé la maleta en el maletero y me subí al coche de mi padre, Miguel Ángel, junto a mi hermana, Marina, que me miraba con una mirada orgullosa y delante, de copiloto, iba mi madre, la Rafi, mis amigxs la adoran, ellxs siempre dicen que ojalá estuviesen saliendo conmigo porque es la suegra perfecta.

Llegamos al aeropuerto y mi madre estaba en modo dramática diciéndome que tenga mucho cuidado, que no hable con desconocidos, que estudie, que no salga mucho de fiesta, vamos, lo típico de las madres.
Empecé abrazando muy fuerte a mi madre que me volvió a repetir en el oído todo lo que no quiere que haga, me dijo muchas veces te quiero y me dio muchos besos en la mejilla. Fui para mi hermana que estaba llorando desde que pisamos el aeropuerto
-Disfruta mucho Mickey, que tienes una oportunidad súper bonita- me dijo mirándome fijamente a los ojos para después abrazarme y darme un beso en la frente. Me dirigí a mi padre, que me abrazó muy cariñosamente
-Aprovecha el tiempo que vas a estar allí y a ver si vuelves a tu Elche con alguna parejita- me dijo riéndose
-Papá! Que voy para estudiar, no para buscar pareja!- le dije sonrojada pero riéndome, mis padres siempre estaban igual, siempre quieren conocer a mis parejas y si no es uno es el otro, pero alguno de los dos me tiene que dar la tabarra con el temita, menos mal que no conocieron a Carla hace un año y medio... Si supieran lo que pasó.

Me despedí de mis padres con la mano y lanzándoles besos para después darme la vuelta y dirigirme a coger el avión que me llevaría a mi próximo destino.
Me subí al avión y me tocó la ventana, al lado de un hombre de mediana edad y trajeado, gracias a dios porque odio que me toque entre medio de dos personas o en la parte del pasillo, aunque esta última tiene sus ventajas porque puedes ir al baño sin tener que pasar por encima de otras personas.

Me esperaba una hora de viaje así que se me pasaría rápido mirando el paisaje y escuchando mi lista de reproducción favorita 'macarrones con tomatico', que descubrí en spotify, me hizo mucha gracia el nombre pero cuando vi las canciones me enamoré totalmente, la persona que creó esa playlist tenía un gusto musical muy parecido al mío y además añadía una canción por semana.

Me despertó la voz del piloto informando que quedaban diez minutos para empezar a aterrizar y también dijo que nos pusiéramos el cinturón de seguridad, hice caso y me recordé a mi misma que en cuando tocásemos tierra, tenía que avisar a Julia de que ya había llegado. A mis padres ya les avisaré cuando llegue a casa.

Cogí mi maleta y salí a la calle en busca de Julia, me dijo que su coche es un ford fiesta rojo y que ella me esperaría fuera de éste. Estuve dos minutos buscándola hasta que la vi, me acerqué nerviosa a ella, nos miramos y enseguida vino a abrazarme, me sorprendí de su efusividad, nos dimos dos besos y nos subimos al coche en el que estaba sonando una canción de Marta Soto, que por cierto, me encantaba.

Tardamos veinte minutos en llegar a lo que sería mi nuevo piso, veinte minutos que los pasamos hablando de muchas cosas y pude escuchar su risa varias veces que me hacía mucha gracia. Me bajé del coche, cogí mi maleta y nos quedamos frente al portal porque Julia se quedó parada de golpe
-Ahora cuando entremos verás a dos gatos estirados en el sofá, te recomiendo que los primeros días no te acerques mucho a ellos porque son un poco cabrones con la gente que no conocen- me dijo con una mirada preocupada. La verdad es que me asustó un poco porque por su tono de voz parecía ir en serio. Pero seguidamente recordé que me contó que estudia arte dramático y alomejor estaba sacando sus dotes de actriz.
-Ah, y te he hecho croquetas de setas y sin lactosa porque sé que eres vegetariana e intolerante a la lactosa, he estado stalkeándote en twitter- me dijo con media sonrisa y esto último con un poco de vergüenza en la mirada
-No te preocupes que yo también lo he hecho y se hasta qué desayunaste ayer- dije riéndome sutilmente. Me miró y abrió el portal para comenzar a subir, ayudándome con la maleta, esos cuatro pisos sin ascensor.

Por fin llegamos a la puerta del que sería mi hogar durante un largo tiempo. Julia abrió la puerta y me señaló unas llaves que serían las mías y seguidamente me enseñó el pequeño piso, empezando por el salón en el que pude ver a uno de los gatos que anteriormente me nombró Julia, que me echó una mirada confundida porque no sabía donde podría estar el otro pequeño.

Acabó el tour en mi habitación que en cuanto empujó la puerta, lo primero que vi fue el otro gato que nos faltaba, enroscado encima de lo que era mi cama a partir de hoy.
-Puti! Que te tengo dicho?  Que no entres a las habitaciones si no te damos permiso! Perdona Alba, es que es un puñetero cuando quiere- me dijo cogiendo al gato y llevándolo de vuelta al sofá y el gato no contento con la decisión de su dueña, se puso a pegar maullidos contra mí, entonces pensé que Julia iba totalmente en serio cuando me dijo aquello de que eran un poco cabrones.
-Bueno Alba, a partir de ahora esta es tu casa, cualquier cosa, mi habitación es aquella de allí, acomódate y te espero en la cocina con las croquetas para cenar, estoy segura de que te van a encantar- me dijo señalándo la habitación y sonriéndome.
Le devolví la sonrisa y abrí la maleta y solo cogí el pijama para dejarlo encima de la cama, mañana por la mañana ya colocaré toda la ropa en el armario. Avisé a mis padres y hermana por el grupo familiar de que ya había llegado y les prometí que mañana les llamaría para contarles cómo había pasado la noche en mi nueva casa. Dejé el móvil cargando y me dirigí a la cocina.
-Por cierto Alba, te apetece que mañana por la tarde vengan mis amigos y hagamos una fiesta de bienvenida como es debido? Ellos tienen bastante ganas de conocerte- me dijo mientras se limpiaba la boca con una servilleta.
-Vale, espero caerles bien...- dije con inseguridad en la mirada, la verdad es que estaba nerviosa por conocérles aunque ya me sabía de memoria sus caras de tanto verles en el instagram de Julia.
-Claro que les caerás bien, mujer!

Acabamos de cenar, recogimos todo y le agradecí por las croquetas y por venirme a buscar al aeropuerto. Nos fuimos cada una a su habitación y me encontre a Puti en los pies de mi cama, -la próxima vez tengo que cerrar la puerta- me recordé a mi misma pero no le saqué de la habitación. Cogí mi neceser y mi pijama y fui al baño para cambiarme y lavarme los dientes. Cuando volví, Puti seguía en la misma posición y decidí que era mejor no molestarle, me metí bajo las sábanas pensando en qué me deparará el día de mañana y en que por fin tendría una oportunidad estudiando lo que realmente me gusta. Buenas noches.

Intentaré actualizar con bastante frecuencia.
Gracias por leer 💖
-C

Ser arte [albalia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora