Sorpresa

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Tres semanas después...

Ya tres semanas habían pasado del fallecimiento de Kaede, un golpe muy duro para todos, principalmente para Rin, ya que consideraba a Kaede como una abuela que cuido de ella y la aconsejó cuando ella más lo necesitó. Sumida en su dolor le pidió a Sesshomaru que usara a colmillo sagrado para traerla nuevamente, pero Kaede solo quería descansar en paz junto con su querida hermana Kikyo. Hacia apenas unos días, la morena probó bocado y salió de su habitación. El albino la visitaba cuando podía en su estancia y hablaba con ella, también lo hacían Daiki, Katsumi, Michi y Jaken. En estos momentos ella se encontraba recorriendo el palacio en compañía de todos ellos, por órdenes de Sesshomaru, no podían dejarla sola hasta que se sintiera mejor por completo.

- Y bien Rin, que quieres hacer hoy?(Preguntó Jaken)

- Mmm...no lo sé, que les parece preparar un almuerzo en el jardín?

- Me parece buena idea.(Apoyó Daiki).

- Creen que mi niño almorzará con nosotros? Digo, saben cómo es el.(Dijo Katsumi).

- Yo creo que sí, si Rin se lo pide personalmente, puede que él acceda a acompañarlos.(Agregó Michi).

- Acompañarnos, a todos nosotros, tú también estarás Michi.(Dijo Rin).

- Pero yo no puedo, mi lugar es en la cocina con los demás.

- No digas eso, eres mi amiga y quiero que estés con nosotros.

- Pero...

- Pero nada...no se habla más.

Michi decidió dejar el tema de lado, en el tiempo que Rin estuvo mal. Se hicieron muy amigas.
Las horas pasaron y Rin ayudó en la cocina a preparar todo para el almuerzo. Sesshomaru accedió a almorzar con ellos después de las insistencias de Rin y no tuvo problemas con que Michi estuviera con ellos, si eso la hacia feliz, no tendría inconvenientes. Pero también le dejo claro que no podía tener a todos los empleados en el comedor principal solo porque ella se hiciera amigos de ellos.

Ya en el almuerzo...

- Bien Rin, que te parece si después del almuerzo me demuestras tus habilidades.(Dijo Daiki)

- Hablas de entrenar?(Preguntó la chica)

- Claro, ya ha pasado mucho tiempo, es momento de que comencemos con el entrenamiento.

- Si tienes razón, está bien, luego del almuerzo entrenaremos. Pero no seas blando conmigo, porque yo no lo seré contigo jaja.

- Jaja, de acuerdo, trataré de no lastimarte mucho, de lo contrario, Sessho me matará.

Sesshomaru se encontraba bajo un árbol de Sakura un poco apartado de ellos. No acostumbraba estar almorzando al aire libre, por lo general él era el primero en terminar de comer y se retiraba, pero a pedido de su pequeña, decidió quedarse ahí pero algo apartado.

- Cállate Daiki, no fastidies.(Dijo el albino).

Todos rieron ante el comentario de Sesshomaru, ya se había echo costumbre que Daiki molestara al demonio todos los días.

Y así pasaron las horas, después del entrenamiento en el que por supuesto Daiki ganó, Rin fue a tomar un baño y descansar hasta la hora de la cena, se sentía cansada y adolorida de los golpes. Ya acostada en su cama se puso a pensar en su entrenamiento y en los golpes y cortes que le hizo a su amigo Daiki, una sonrisa se formó en sus labios, quedó conforme con eso, si bien Daiki estaría bien al otro día, demostró no ser tan débil como ellos pensaban. Así quedó pensando, hasta que se quedó dormida.

Luego de que Michi y Katsumi pasaron un buen rato tratando de que Rin se levantara y advirtiéndole de que el amo se molestaría si llegaba tarde, por fin lo consiguieron.
Después de cenar, Sesshomaru se llevó a Rin a los jardines del palacio, necesitaba un tiempo a solas con ella.

- Como te sientes?(Preguntó el albino abrazado a Rin).

- Bien, solo son unos golpes, nada de qué preocuparse señor.

- Rin, (Separándose un poco de ella) - no quiero que me digas así, de ahora en más, me llamaras por mi nombre.

- No sé si deba hace eso amo.

- Rin, eres mi pareja ahora, lo harás quieras o no.

Sesshomaru tomó el rostro de la joven y unió sus labios con los de ella, en un beso que poco a poco fue subiendo de tono, el albino quería controlarse pero era casi imposible, deseaba hacerla suya ahí mismo, pero no podía, lo que menos quería era hacerle daño.
Él se aferraba a sus caderas con sus garras y la atraía contra su cuerpo mientras ella enredaba sus dedos en la plateada y sedosa cabellera de su demonio.
De pronto Sesshomaru se apartó de ella bruscamente y se alejó unos cuantos pasos.

- No te acerques.(Le dijo él al oír sus pasos)

- Sesshomaru, que sucede?

Sesshomaru no dijo nada, solo se limitó a mirarla por sobre su hombro, entonces Rin lo comprendió. Los ojos del peli plata se habían vuelto de un rojo carmín y su respiración algo agitada.

- Tranquilo,(Dijo la morena acercándose) - No dejes que Yako supere el autocontrol que tienes.

Sesshomaru se concentró en la voz de Rin, cerró sus ojos y poco a poco comenzó a recuperar el color dorado de sus ojos y empujó a Yako al fondo de su conciencia.

- Lo lamento, te hice daño?(Preguntó él revisando a Rin).

- No, pero por suerte no traías tus espadas y tú armadura, de lo contrario no estaría tan bien.(Bromeó ella).

- No juegues con eso Rin, pude haberte lastimado.

- Vamos Sesshomaru, estoy bien no te preocupes, sé cómo funciona esto, es tu naturaleza, no es tu culpa.

- Amo Sesshomaru,(Interrumpió un guardia) - Una visita lo espera en su despacho.

- "Una visita? Tan tarde?(Pensó él) - Bien, enseguida iré, retirate.

El guardia hizo una reverencia y se marchó. A pedido de Sesshomaru, Rin Lo acompañó a su despacho. Al entrar allí, frente a ellos, de espaldas, se encontraba una youkai de la misma altura de Rin, con cabello plateado como su amo.

- Por fin nos volvemos a encontrar Sesshomaru.

La youkai volteo de frente a ellos, tenía sus ojos cerrados pero en su boca se veía una bonita sonrisa como la de una niña pequeña.

- Cuánto tiempo sin verte, hermano.(Dijo mientras abría sus ojos y miraba al demonio frente a ella).

Continuará...

Sesshomaru y Rin: Diamante De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora