El casi adios de Miroku

419 40 29
                                    

La tarde había caído, Sesshomaru y los demás se encontraban con Ah-Un, listos para regresar al palacio. Seiji decidió no dar explicaciones de lo que había pasado con Satori y se hizo la sorprendida al igual que todos. Inuyasha y sus amigos estaban despidiéndose de todos, obviamente el semi-demonio no le hacía mucho caso a su hermano, jamás se toleraban, aunque ahora hablaban un poco más que antes, eso para Rin y Kagome, era un gran avance, tal vez, en un tiempo más adelante, podrían ser la familia que ellas siempre soñaron.

- "No creo que la señorita Seiji cumpla su palabra y con intentarlo no pierdo nada. Recuerda Miroku, quién no arriesga, no podrá ganar..."(Pensó Miroku).

- Bien ya nos vamos, espero volver a verlos pronto. Me encantó conocerlos, y me dió mucho gusto volver a verte Inuyasha.(Dijo Seiji sonriendo).

- Si sí, a mí igual. Visítanos más seguido.

- Claro dalo por echo.

De repente un TIC cruzó por todo el cuerpo de Seiji paralizandola. A su lado Miroku miraba hacia adelante y con su mano izquierda acariciaba los encantos de la demonio.
A unos cuantos metros de ellos, Sesshomaru observaba todo con la clara molestia dibujada en su rostro.

- Uyyy monje pervertido!!(Dijo la albina levantando su brazo y estampando la mano contra la cara del monje).

Molesta, Seiji fue y se sentó en el lomo de Ah-Un junto con Jaken, al cabo de unos minutos, Rin apareció para despedirse, quiso saludar a las gemelas y su hermano que dormían en la cabaña de Sango.

- Bien chicos, es hora de irme, pero espero que nos reunamos pronto.

- Claro Rin, puedes venir cuando quieras.(Dijo Kagome).

- Está siempre será tu casa.(Comentó Sango).

- Si lo sé y gracias, todos estuvieron para mí cuando los necesite.(Sonriendo).

- Y lo estaremos siempre,(Apoyó Inuyasha) - Hey tú idiota, cuidala bien.

- Eso no es asunto tuyo, mitad bestia.(Dijo serio el albino).

- Bueno ya me voy muchachos, nos vemos.(Despidiéndose con una mano y una sonrisa).

- Espere señorita Rin,(Dijo Miroku alcanzandola) - necesito un favor de usted.

- Claro Miroku, que sucede?(Preguntó extrañada).

- Señorita Rin, le gustaría tener un hijo mío?(Tomando sus manos).

Claramente esa fue la gota que derramó el vaso.

- Ese monje ya me arto!!!(Grito Sesshomaru, llendo hasta él con intenciones de lo peor).

- Espera Sesshomaru!!!(Gritó Seiji desde arriba del dragón).

Llegando donde el monje, el albino apartó a Rin y tomó a Miroku del cuello levantandolo, deseaba matar a ese monje lividinoso, primero su hermana y ahora su Rin, Eso jamás se lo iba a permitir.

- Suéltalo Sesshomaru.(Dijo Inuyasha desenfundando a Tessaiga).

- Suéltalo Sesshomaru, sabes cómo es Miroku, no le prestes atención.(Decía Rin tratando de calmarlo).

- TÚ eres MÍA Rin, él no tiene privilegios sobre mí solo por ser el amigo del estúpido de Inuyasha.

Inuyasha no podía atacar a Sesshomaru porque lastimaría a Miroku, Rin hacia lo posible por calmarlo, pero era inútil, sus ojos dorados estaban centrados en el monje y se veía furioso.

Sesshomaru y Rin: Diamante De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora