Un... Milagro??

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Seiji sonrió ante la petición de Miroku, se zafó del agarre de éste para tomar ella las manos del monje...

- Uy este monje mujeriego me las pagará.(Dijo Sango molesta, con intenciones de ir hasta él).

- Tranquila Sango,(La detuvo Inuyasha) - solo observa...

- Es muy amable esa petición de su parte excelencia, pero...

En un rápido movimiento, la demonio se posicionó detrás de Miroku y llevó las manos de este a su espalda, sosteniendolas un tanto fuertes, pero sin lastimar al monje. Se acercó a su oído, pero no susurró nada, al contrario, lo dijo en voz alta para que la escucharan.

- Si vuelve a pedirme un hijo a mi, o me entero que se lo pide a cualquier otra mujer que no sea su esposa... Le arrancaré la lengua... excelencia.

Dicho esto, Seiji soltó a Miroku y le sonrió amablemente.

- No...se preocupe señorita Seiji. No lo volveré hacer.(Dijo el monje, escondido detrás de Sango).

- Eso le pasa por mujeriego excelencia.(Dijo Sango) - No me opondré si ella decide sacarle la lengua. Es más, tal vez la ayudaría.

- "Con una esposa así, quién necesita enemigos"(Pensó Koga).

El resto del día pasó amenamente, Rin llevo flores a la tumba de Kaede junto con Seiji y ambas se pusieron a contarle un montón de cosas, tenían la esperanza que a pesar de todo, la anciana las estuviera escuchando desde el más allá.

Ya era de tarde y todos se encontraban haciendo alguna tarea, Kagome y Rin trabajaban en el cultivo de plantas medicinales, Shippo ayudaba a Inuyasha a cortar leños, mientras que Miroku y Sango hacían las tareas de su casa.
Sesshomaru estaba sentado bajo un árbol, con su típica postura y Jaken dormía junto con Ah-Un. Koga y Ayame se habían marchado porque no podían dejar la tribu por mucho tiempo.

Las gemelas hijas de Sango y Miroku, se divertían poniéndole flores en el pelo a Seiji y también a Rin, que a pesar de estar ayudando a Kagome, nada le impedía jugar con las niñas.

- Satori, dónde estás?(Gritaba una aldeana).

- Ya voy mamá.(Contestó el niño).

La demonio albina levantó su vista al escuchar los gritos y pudo ver a un niño pequeño con lo que parecía ser un bastón y los ojos vendados. Con sumo cuidado el pequeño iba caminando hacia donde había escuchado la voz de su madre, mientras que con el bastón, tanteaba el suelo para asegurarse de no tropezar con nada.

- Hey señora!!!(Gritó Seiji) - espere un momento.

La albina comenzó a caminar hacia la aldeana que la había escuchado y se había quedado en su lugar para saber que deseaba la joven.

- Que le sucedió a su hijo?(Preguntó curiosa). Porque tiene sus ojos vendados?

- Verá señorita, Satori nació ciego, tuve una complicación en mi embarazo y eso le afecto a él.

- Claro, entiendo... Hola pequeño, tu te llamas Satori verdad?

El niño que recien llegaba dónde estaba su madre, solo asintió con la cabeza para contestar la pregunta de la demonio.

- Oye Satori, dime cómo haces para conocer a las personas?(Preguntó Seiji, agachándose a la altura del niño).

- Les toco el rostro a las personas y así me imagino como sería.

- Excelente, podrías mostrarme como lo haces?

El pequeño niño asintió y llevó sus manos al rostro de la demonio, comenzando a tocarlo, su frente, sus mejillas, su nariz, luego sus ojos y sus labios.

- Eres muy bonita. Cómo te llamas?.(Preguntó el pequeño con una sonrisa).

- Mi nombre es Seiji.(Sonriendo). - Ahora es mi turno si? Pero deberás sacarte esa venda de los ojos porque no podré tocar tu lindo rostro.

- Pero si tú puedes verme. Verdad?

- Si pequeño, pero es simple curiosidad.

Satori le pidió a su mamá que le retirara la venda de los ojos, la madre no muy convencida le retiró la venda pero le dijo a su hijo que no abriera sus ojos, por obvias razones.

Sesshomaru que observaba todo desde bajo del árbol, se acercó a su hermana, tenía la ligera sensación de que algo pasaría, al igual que los demás se acercaron, por simple curiosidad.

La demonio comenzó a tocar el rostro del niño de la misma manera que el lo hizo. Solo que ella tocó por último sus ojos, pasando sus pulgares delicadamente sobre ellos.

- Bien Satori,(Habló por lo bajo Seiji). - A la cuenta de tres, abrirás los ojos si?

- Pero mi mamá dice que no debo hacerlo.(Contestó el de igual manera).

- Confía en mí, sé que no me conoces, pero verás qué es por algo bueno.

"Humm, que es lo que tramas hermana?"(Pensó Sesshomaru).

El niño asintió y esperó a que Seiji le indicara que abriera sus ojos.

- Uno...dos...tres...abrelos.

Satori abrió sus ojos y comenzó a llorar en el instante sin control. Frente a él, Seiji dejaba escapar varias lágrimas también.

- Satori cariño, que sucede porque lloras?(Preguntó su madre preocupada).

- Ma...mamá,(Dijo entre llantos), pue...puedo ver mamá!!! Puedo ver!!!(Gritó Satori lleno de alegría y abrazando a la demonio). - Muchas gracias, señorita.

- "Tonta, ahora todos se darán cuenta de lo que eres..."(Pensó el albino).

- Satori, no juegues con eso, sabes que no me gusta.(Dijo su madre al borde de las lágrimas).

- No es broma mamá, puedo ver, y todo es tan hermoso, y tu mami eres aún mas hermosa de lo que creí.(abrazandola).

Todos miraban incrédulos a Seiji, sería por obra de ella, pero eso era imposible, no sintieron ninguna energía extraña que emanara de ella, pero el niño comenzó a ver después de que ella acariciara su rostro. Que rayos estaba pasando? Ninguno daba crédito de lo que veía.

- "Quién es ésta demonio. Es imposible que esto sea obra de ella, pero si no fuera así...entonces porque está llorando también?"(Pensó Shippo).

Seiji no era la única que lloraba, Rin, Kagome he incluso Sango, dejaban escapar sus lágrimas ante la felicidad del niño. Sin dudas era un milagro echo por Kami, porque no había otra explicación...o si?

Continuará...

Y hasta aquí el capi, espero que sea de su agrado, gracias por comentar, votar y leer, nos leemos pronto besos!!! 😘😘😘

Sesshomaru y Rin: Diamante De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora