Capitulo XIV - Ajena

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"Vi sus ojos llenarse de ira, de dolor, decepción y de odio, nos miraba de una forma, que por un momento, creí que iba a matarnos a los dos.
-¡Mentirosa!-exclamó dirigiéndose a mi pero Juan le detuvo antes de que me tocara un solo pelo.-
-¿Cómo entraste?-le preguntó empujándolo a la pared.-
-No tengo por que responder.-soltó un golpe en el rostro de Juan haciéndolo caer al suelo.-

Me levanté de la cama huyendo hacia el baño, me puse una bata y salí cuando los dos; Zack y Juan, se molían a golpes en el pasillo, ambos, rodaron por la escalera, Juan; incontrolable, golpeaba a Zack de una manera increíble y monstruosa, por una parte Zack, esquivaba uno que otro golpe que a su cara iba dirigido embistiendo a Juan con sus propias acciones.
-¡Basta!-exclamé metiéndome entre los dos cuando sentí un golpe en mi pecho haciéndome salir disparada hacia la mesa de la sala.-
-¡_________!-exclamó Juan acercándose a mi intentando levantarme del suelo.-
-¿Estás bien?-preguntó Zack tocando mi pelo.-
-No me toques.-murmuré con dolor en mi labio, también me lo habían roto.- ¡Vete Zack!
-Me mentiste.-murmuró dolido escupiendo sangre de su boca.- Mentirosa.-murmuró con seguridad y con esa misma seguridad, le abofeteé.-
-¡Vete de aquí!-exclamó Juan empujándolo hacia la puerta.-
-¡Déjame en paz!-exclamé dándole un portazo en la cara.-

Juan me llevó a la habitación, ahora era él quien iba al baño buscando un kit de curación, me dolía el pecho y no podía respirar bien, me sangraba el labio o quizá era mi dentadura la que sangraba.
-No debiste meterte entre los dos.-murmuró él con la voz quebrada.- Fue muy estúpido de tu parte.-hizo abrir mi boca buscando la fuente de donde sangraba.- Tu diente esta un poco movido, tenemos que ir al dentista, traeré agua para que lo enjuagues.-fue al baño de nuevo, trajo una tina pequeña y un vaso con agua.- Escupe.
-Me duele el pecho.-me quejé
-Abre tu bata.-me miró y obedecí.- Tienes los senos...
-¡Concéntrate!-exclamé.-
-Me concentro.-
-¡No, ahí no! En sea lo que sea que me duela, concéntrate ahí

Hizo signo de que algo estaba mal.
-¡Ese hijo de perra!-exclamó enfurecido.
-¿Qué pasa?-pregunté confundida.-
-Haré lo que pueda.
-Llévame a la finca, no quiero estar aquí.
-Bien. Llama a Elisa, le daré un cheque por los daños que hicimos en su casa, toma mi carro, esta a cien metros detrás de la casa, yo tomaré el otro que esta cerca de la malla.

Busqué rápidamente cualquier atuendo, le marqué a Elisa y expliqué con pelos y señales lo que había sucedido, bajé a la sala buscando las llaves, caminé hacia detrás de su casa apreté el botón de abierto y el coche, se encendió.

¡Juan y sus coches vistosos!

Era un Mercedes-Benz E400 Cabriolet color azul electrico, ¿cómo es que la prensa no se daba cuenta de estos lujosos coches circulando sospechosamente? No lo sabía, corrí hacia el auto; la lluvia no paraba, una vez dentro, busqué donde insertar la llave, pero me di cuenta, que tenía solo un botón de encendido, ¿No tenía llave?
Lo presioné y el carro encendió al igual que Karen, la computadora.

<< Buen día, Sr. Juan, como le puedo ayudar? >>

No respondí, solo me limité a como salir del terreno, había demasiado lodo, tierra y lluvia. Google Maps, me dio el recorrido por donde no hubiera alguna restricción de como llegar a la finca a las afueras del pueblo.


Encendí la calefacción, conduje lento, no quería morir dentro de un coche muy caro, vi los camiones cargados de fruta y verdura tener dificultad para pasar, vi los trailers cargados de plástico para reciclaje. Faltaba maso menos un kilómetro para llegar, vi un coche negro entrar también; ¿Juan?, no lo sabía. El portón se abrió, la seguridad verificó las placas del carro y me dejaron avanzar, aparqué dentro de la cochera; descendí de inmediato, el dolor del pecho, me dolía como a nada.
-¡Buen día señorita!-exclamó Florida trayendo una manta en sus brazos.- ¿Tiene frío? -preguntó cobijandome.- El Sr. Juan ya ha llegado, la espera en la biblioteca, ¿quiere que le prepare algo en especial?
-Haz un par de galletas y chocolate caliente. Gracias.
-Enseguida.

Un pase al corazón (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora