Capitulo XVII - Vorágine I

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"Le pedí a Zack que me dejara en mi casa, no quería mas problemas, no mas cámaras ni reporteros; accedió dejándome a quinientos metros atrás de la finca, bajé de su moto y le sonreí en signo de un "gracias", él tomó su casco y se fue de prisa. Caminé hasta llegar a una puerta de metal que tres personas de seguridad vigilaban, cuestionaron el por qué de mi entrada desde ese lado del terreno, solo mencioné, que no dijeran nada y que todo estará bien, cuando entré, Ramón estaba limpiando la alberca, sus ojos se desviaron hacia mi con sorpresa; dijo, que Juan estaba intentando localizarme pero que mi celular se encontraba apagado, no tenía batería.

Seguí el pequeño camino empedrado con rumbo a la finca, Florinda; me esperaba, con las mismas noticias que Ramón. Él me estaba buscando desesperadamente.

Dejé mi mochila en el recibidor que de inmediato Florinda se llevó a mi habitación, fui a la cocina por mis medicamentos y un poco de jugo, al terminar, fui hacia la recamara; estaba cansada y quería recostarme un poco. Empecé a quitarme la ropa para cuando me giré, la presencia de Juan dentro de la habitación hizo sobresaltarme.
-¡Dios!-exclamé soltando un pequeño grito, tomé una almohada de la cama y me cubrí.- ¿Acaso no sabes tocar? ¿A que hora llegaste?
-Una pregunta a la vez, hermosa. -contestó cruzándose de brazos para después recargarse en la puerta.-

Me miraba. Me miraba intentando descifrar que es lo que inútilmente intentaba yo cubrir con la almohada; estaba desnuda, ¿qué mas podía hacer?
Se le marcaban los brazos a través de esa playera blanca, su perfume me llegaba desde donde estaba y, me provocaba una parálisis razonal.
-¿Te vas a quedar ahí parado?-pregunté tomando una sabana de la cama, me cubrí y solté la almohada.-
-¿Te vas a quedar ahí tu cubierta con solo una sábana? -sonrió pícaramente.-
-No has contestado mi pregunta.
-Tu, tampoco has contestado la mía. -respondió enderezándose.- A decir verdad, si pienso quedarme aquí todo el día. Jamás me cansaría de observarte. -caminaba hacia mi, se me acaba el camino retrocediendo.- Eres tremendamente hermosa. -choqué con la lampara del buró.-
-Juan, por favor. Hay gente en la casa.
-¿Ese es el problema? Les diré que se vayan y me dejen solo contigo.
-Comportate,-le miré a los ojos.-
-Eso debería decirtelo yo a ti.

Me tomó de la espalda a la fuerza para plantar un beso sobre mi, tiró la lámpara al suelo al ver que le estorbaba para después caer conmigo a la cama en un breve lapsus pasional.
-¿Crees que no lo se?-preguntó con el timbre de voz mas bajo y oscuro.

-¿De que...?-volvió a besarme.-

-¿Aun no lo entiendes verdad?

Arrancó de mi cuerpo la sabana que me cubría torpemente, me enderecé con la intención de escapar y cuando estuve a punto de tocar la perilla, su brazo me rodeó por el abdomen, tomó mi pelo y me pegó a él duramente.

-Sea lo que sea que tengas con Zack, se terminó. -murmuró a mi oído.

Me arrastró de nuevo a la cama se arrancó la camisa y con sus rodillas, separó mis piernas.

-¡Espera, espera, espera!

-¿Esperar? Ya esperé mucho por ti

-Juan... Juan por favor.
-¡Te necesito!-exclamó.- ¡Ahora!

Observé su rostro, estaba conteniéndose cruelmente, tenía celos, ira, frustración y sobre todo, lujuria. Se apartó de mi, me cubrí de nuevo; Juan se recargó en la puerta colocando su frente en ella; hizo un gesto bufón, se giró a verme.
-¿Qué cosa estas haciéndome?-preguntó pasandose las manos por su cara.- No hay un solo día en que no piense en ti y quiera estar a tu lado. Todo el tiempo estás en mi mente; ¡me consumes! Tengo celos de Zack por que sé que te ha besado; ¡le correspondiste! Me consume la idea de que te estés enamorando de él ¡Mira lo que te hizo! -hizo silencio, se aproximó hacia mi con lentitud analizando mis acciones.- No te puedo sacar de mi. -se sentó en el borde de la cama, pasó sus dedos por mi pie.- Eres... como un fuego intenso que se metió debajo de mi piel. -los subió hasta mi tobillo donde me haló de éste hacia él.-
-Yo...
-Estas volviéndome loco y no puedo hacer nada.

Un pase al corazón (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora