Un pase al corazón (PAUSADA)

Capitulo VIII - Escapate Conmigo

"Me mantuve callada todo el camino, iba perdida en el mundo de mi celular, buscaba alguna idea en como poder escapar de nuevo en donde quiera que me encontrase; haberme ido con un artista era la locura mas estúpida de mi vida.

-¡Dame eso!-exclamó quitándome el celular de las manos, se lo puso entre las piernas.-

-¡Oye! ¡Es mío!-exclamé yo enojada.-

-Dime hacia donde ir.-murmuró relajando la voz.-

-Enciende las luces y maso menos a un kilómetro hiendo en esta misma dirección encontrarás la bienvenida de la ciudad. -dije señalando las minúsculas luces a lo lejos.- ¿Cuál es el plan?

-El plan es que, saques de la maleta una sudadera con gorra y lentes oscuros, necesito cubrirme o de plano estaremos corriendo por toda la ciudad. Nos vamos a registrar en el hotel mas sencillo y, avisaré a mi equipo técnico que cancelen la presentación y abran una nueva fecha.

-¿Así de simple? ¡¿Qué vamos a decir cuando la prensa...

-¡Deja de meter a la prensa en todas las conversaciones ____________! ¡No me frustres!-gritó acelerando.-

Me asomé a la ventana y vi el enorme letrero de bienvenida de la ciudad, la gente paseaba tranquilamente mientras que el tráfico era tan fluido, ya estaba casi amaneciendo podía escuchar los transportes públicos haciendo sus recorridos, gente iba y venía de sus trabajos; los estudiantes ya se veía en montones en las paradas de bus.

-Iremos a ese hotel.-murmuró girando hacia la izquierda, entró al estacionamiento subterráneo y descendimos del coche, tomé la maleta; Juan me ayudó después con ella, tomó mi mano y entrelazó sus dedos.- Por favor, coopera conmigo, no es tan malo después de todo pasar todo el día conmigo ¿o si?

-No hables, por favor.

Llegamos a la recepción como cualquier pareja normal.

-Buenos días, ¿en qué puedo ayudarles?-murmuró la chica con una sonrisa.-

-Una habitación para dos, lo más sencilla posible, solo queremos descansar.-dije yo

-Claro. Tengo una en el piso diez, aquí tiene su llave ¿efectivo o tarjeta?

-Efectivo.-murmuró Juan sacando su cartera en donde un gran fajo de billetes me hizo abrir los ojos de par en par.- Tome. ¿Tiene servicio a la habitación?

-Si. -guardó el dinero y nos dio de nuevo la llave.

Caminamos los dos hacia el ascensor con tanta normalidad que creí que no iba ninguna celebridad a mi lado, si no un chico normal, con el cual, me había escapado.

En el trayecto de ida hacia la habitación, Juan se mostraba serio y por primera vez odiaba que fuera así, quería que me dijera cosas incoherentes, quería que bromeara conmigo que me dijera lo cool que se sentía estar teniendo esta aventura los dos.

-Llegamos.-dijo insertando la llave.-

Al entrar me tumbé a la cama, quería dormir todo el día si fuese preciso.

-¿Tienes hambre?-preguntó quitándose la chaqueta negra dejando ver su playera, los músculos se le contraían de una manera tan deliciosa que quería morderlo por todas partes. Se quitó la playera mientras que yo solo me limitaba a mirar hacia la ventana queriendo ignorar lo rico que se veía así.- Deja de fingir.-murmuró con una sensual voz acercándose a mi.- Deja de fingir que te soy indiferente, no estas en condiciones de rechazarme y lo sabes.

-¿Pero tu quien te crees? ¿Mi dueño? -repliqué levantándome de la cama con seguridad.-

-En este momento tu eres mi novia y yo soy tu novio.-se acercó a mi tan peligrosamente, tenía su aliento a unos cuantiosos centímetros del mío; estaba conteniéndose y yo también.-