°Seven°

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Corría de un lado la otro por la habitación buscando mi teléfono.

—¿Donde estás?— pregunté algo frustrado, me tiré al suelo y comencé a hacer rabietas, pataleando y chillando, ya había pasado un mes y medio que no vía a mis Hyungs y hoy iba al cumple años de HoSeokie Hyung y no encontraba mi móvil.

JungKook, deja el berriche— escuché la voz de mi Daddy con un tono burlesco, me miraba desde el umbral de la puerta, lo miré y como creía, tenía una burlesca sonrisa plasmada en su rostro.

Daaaaddyyyy, no encuentro mi móvil— hice un puchero cerrando mi ojos mientras inflaba mis mejillas y me cruzaba de brazos.

—¿Pero que dices?, está en tu cama— dijo Daddy señalando a mi cama donde estaba mi móvil.

Abrí los ojos como platos y un notorio sonrojo se formó en mis mejillas de la vergüenza, la risa de mi Daddy me hizo enfadar un poco.

Aww que lindo te ves enojado— vi como se acercó a mí, miré para otra parte tratando de ignorarlo, él sonrió más y me comenzó a hacer cosquillas a lo cual respondía obviamente riéndome y moviéndome tratando de hacer que pare.

—Y-ya— repetía mil veces mientras tartamudeaba por la  risa mientras me retorcía en sus brazos.

Daddy dejó de hacerme cosquillas para luego abrazarme y darme un beso en la frente, lo cual acepté con una gran sonrisa.

—Bebé, vamos, preparate o llegaremos tarde— dijo en un tono suave a lo que asentí y corrí al baño para terminar de arreglarme.

Escuché los pasos de Daddy saliendo de la habitación, me saqué toda y ropa y me di un rápido baño para luego ir a cambiarme.

Al terminar de colocarme lo zapatos ya estaba listo, un lindo short de color negro que casi me llegaba a las rodillas, una camisa blanca con unos tirantes y unos zapatos del mismo color que el pantalón.

Ya vestido, perfumado y peinado corro al salón donde estaba Daddy esperándome.

—Te ves bien, bebé— me elogio con un tono suave y lindo. —¿listo?

Asentí frenéticamente, iba a ser la primera vez en conocer a unos chicos en mi mismas condiciones.

El pelinegro me cogió de la mano y caminamos hacia su coche, me senté en el asiento del copiloto y Daddy en el del piloto.

Nos abrochamos los cinturones y el mayor comenzó a conducir por el jardín delantero para luego salir, el pálido puso música la cual trataba de bailar con una gran sonrisa y una que otra vez cantando alguna que me sabía.

El trayecto fue algo largo, pero no me disgustó, por el camino estaba entretenido viendo por la ventana o durmiendo por un corto periodo de tiempo.

Al llegar me emocioné, la casa era casi tan grande como la de Daddy pero con colores más llamativos.

~i ʆѳѵɛ yѳu ɱy ɓɑɓy~ {ĐΔĐĐ¥ ҜΞŇҜ ¥ØØŇҜØØҜ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora