°Eleven°

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Kookie, ¿y si vamos al parque de diversiones?— comentó repentinamente el pelinegro.

Me quedé mirándolo un rato, ¿Parque de diversiones?...

—Bebé, ¿esas bien?— soltó con leve preocupación al no escuchar una contestación.

Pero un grito de emoción hizo resonar sus tímpanos, me levanté y comencé a corretear hasta llegar hacia él, con un sonrisa en mis labios que no me cabía en la cara.

—¡Sí quiero ir, Daddy! ¡vamos, vamos, vamos!— y muchos "vamos" se repitieron en la frase, cada vez más aguda.

El mayor me tomó de los hombros para que me mantuviera quieto.

—Sí Bebé, vamos a ir, pero no hace falta gritar, ve a bañarte y cambiarte que vamos a pasar todo el día fuera— dijo con una sonrisa regalándome un tierno beso en mi frente.

Corriendo fui a hacerlo que me había dicho, después de 30 minutos, llegué al salón ya listo, con una camiseta negra, arriba de esta una chaqueta de cuero y pantalones vaqueros negros rotos por la rodilla y mis zapatillas blanco con negro.

Daddy me miró de arriba a abajo.

—Es nuevo, pero me gusta demasiado— dijo con una sonrisa acercándose a mi para darme un corto beso en los labios.

Una risueña risa salió de mi boca y fuimos a la puerta principal, salimos y caminamos al coche, nos subidos, Daddy arrancó para tiempo después salir de la propiedad de Daddy YoonGi.

Miraba por la ventana moviendo mis pies mientras tarareaba con una sonrisa.

Daddy llevaba su mirada fija en la carretera, así que mejor no le distraía y seguí mirando por la ventana.

Tiempo después, aproximadamente unos 20 minutos comencé a ver a lo lejos una noria, llena de luces y la montaña rusa, mis ojos se iluminaron al verlas y estando más ansioso, mordía mi labio para ahogar un grito de emisión.

—¿Ya habías ido a un parque de atracciones?— preguntó Daddy viendo ya aquel parque.

—No, pero he visto en las caricaturas que son muy divertidos— salté en mi asiento con una amplia sonrisa.

Escuché un leve suspiro por parte de Daddy,pero no le tomé importancia.

Al llegar, YoonGi Hyung estacionó el coche en uno de los parking libres que había, salimos y lo agarré de la mano para caminar entre la multitud de personas que había.

Fuimos hasta donde vendían los boletos para entrar, Daddy compró dos, con pase gratis a todo los juego que quisiera.

Con una sonrisa entramos y mis ojos brillaron de la ilusión al ver todo, era tan mágico, me encantaba, y eso que apenas había llegado.

—¿A cúal te quieres subir primero?— me preguntó Daddy con una sonrisa, a lo que comencé a ver cada juego.

—¡A la casa de los espejos!— dije leyendo el cartel del juego.

Fuimos hasta ahí, y enseñamos las pulseras que nos habían dado para dejarnos pasar a lo juegos, esperamos nuestro turno y al entrar no podía estar más emocionado.

—¡Hyung, mira esto!— grité frente a un espejo que me deformaba el cuerpo, teniendo la parte de arriba muy grande y la parte de abajo pequeña, me reí bastante cuando Daddy se acercó y se vio su reflejo deformado.

Me acerqué a uno que me deformó cara, entre risas y reflejos pasamos la casa, ya estaba bastante feliz.

Daddy, ¿Podemos ir ahí?— señalé algo avergonzado a la atracción que se llamaba "el túnel del amor".

Daddy río levemente, me tomó de la mano y caminamos hacía ahí, esperando nuestro turno, hasta subirnos a una barca en forma de cisne, este empezando a moverse hacia dentro del túnel.

Entre la oscuridad y la romántica  canción a piano que sonaba de los altavoces, agarré la mano de Daddy y me acerqué a él dandole un corto beso en los labios, pero él lo alargó más al agarrar mis mejillas y seguir en un tierno pero largo beso.

A lo lejos podíamos ver el final de túnel así que nos separamos, como si nada hubiera pasado.

Ya al dejar el túnel lejos fuimos a un puesto de hot dog, donde comimos. Estuvimos de juego en juego hasta que cayó la noche.

Con una sonrisa, fuimos al penúltimo juego en todo el parque, la montaña rusa.

Esperamos una larga fila de personas hasta que nos tocó subirnos.

La atracción comenzó lento, hasta dar con la pendiente, cuando comenzamos a bajar a una gran velocidad, escuché los gritos que YoonGi Hyung pegaba al sostenerse a la barra mientras sonreía, no podía decir nada, estaba igual que él, solamente que con los brazos levantados.

El juego se pasó bastante rápido, entre giros y pendientes, pendientes y giros.

—Daddy, nos falta la última— dije mirando el cielo ya oscurecido, las luces llenaban el entorno.

Lo agarré de la mano y fuimos a la noria, no había tantas personas, y gracias a esto pudimos subirnos rápido.

Mientras íbamos subiendo miraba todo el paisaje, recosté mi cabeza del hombro de mi mayor.

—Gracias por este maravilloso día, Daddy— sonreí bastante satisfecho.

—No lo agradezcas, desde que se fue JiMin, andas muy solo en casa, solo quería darte una alegría— confesó a lo que yo sonreí.

—Lo amo, Daddy— levanté su mano hasta mis labios dando un beso en el torso de la mano.

Él hizo lo mismo.

—Y yo a ti, Kookie.

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~•°Christ°•~

05/07/2019

~i ʆѳѵɛ yѳu ɱy ɓɑɓy~ {ĐΔĐĐ¥ ҜΞŇҜ ¥ØØŇҜØØҜ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora