~i ʆѳѵɛ yѳu ɱy ɓɑɓy~ {ĐΔĐĐ¥ ҜΞŇҜ ¥ØØŇҜØØҜ}

°Eigth°

Pocas horas después del inesperado encuentro con el chico JiMin, me sentía un poco estresado sin saber el porqué, mi pensamiento estaba bloqueado, me sentía algo triste y mal por la suerte del chico, pero las primeras palabras que escuché me rompieron el corazón.

«-¿Ya morí?-.»

Su voz estaba en susurro mirando con esperanzas hacia el techo.

«-¿Eres un ángel?... Por fin morí-»

Su sus ojos se cerraron y un sonrisa triste se vio reflejada en su rostro, me dolía.

Una lágrima se asomó por mi ojo izquierdo mientras estaba sentado en la cama de mi Daddy.

Sentí unos brazos envolver mi cintura acercándome al dueño de esos brazos.

-Daddy... ¿por qué ese chico tiene que sufrir así?- susurré limpiando mi lágrima para luego abrazarlo con fuerza.

-Bebé, la vida no se elige, unos tienen más suerte que otros- dijo acariciando mi cabeza apegándome a él.

-Daddy, ¿lo viste, verdad? Aparte de que esta en los huesos, tiene moretones y heridas por el cuerpo y apenas se puede mover- dije llorando un poco.

-Bebé, dime... ¿por qué te preocupa tanto?- su tono de voz era serio.

Sorbí mi nariz respirando hondo.

-No lo sé... Pero... Me acuerda un poco, sé lo que se siente estar en su lugar- dije recordando las cosas que tenía en común con JiMin.

-¿Me podrías contar lo que te pasó?- dijo en un susurro, me quedé en silencio debatiendo si en decirselo o no. Hubo unos segundos de silencio.

-Bueno, si no quieres, no lo digas, esta bien- dijo dandome un beso en la cabeza.

-Cuando era un bebé mis padres fueron asesinados por unos delincuentes una noche...

Comencé a contar quería resumir lo mejor posible.

-Siendo un bebé me quedé a la custodia de mi hermano, mientras él trabajaba yo estudiaba. En el instituto todos se burlaban de mí, solamente por ser como soy, me pegaban, me insultaban y humillaban, nadie quería ser mi amigo porque eso significaba que lo molestarían también...

Mi agarré a la camiseta de Daddy se hacía más fuerte y mis lagrimas rodaban por mis mejillas.

-Sufría de acoso sexual por las calles de delincuentes y en casa por amigos de mi hermano... Solo podía estar en paz en mi habitación encerrado, una madrugada uno de los mejores amigos de mi hermano derrumbó la puerta de mi habitación borracho e intentó violarme, suerte que ahí estaba mi hermano para ayudarme... No sé que hubiera hecho si ese hombre llegaba a hacerme algo; con el dinero que me daba mi hermano apenas me llegaba para comer una vez al día, habían veces en las que ni podía comer porque se lo gastaba todo... Hace poco el fue asesinado delante de mí por el hombre que me secuestró y me llevó al negocio donde me compró... La verdad me siento muy agradecido de que haya sido usted el que me comprara, por lo menos estoy sonriendo más.

Sonreí mirándolo a los ojos, él llevó su mano a mi cara y me secó las lágrimas acercando su rostro a mi cuello abrazándome con fuerza.

-Bebé, juro que te haré olvidar esas desgracias y solamente tendrás felicidad, lo juro- dijo suspirando en mi cuello.

Dejé de llorar y lo abracé, ya era hora de olvidar el pasado.