El último día

12. Aliado

Desde el momento en el que Percy había encontrado a Ginny en una de las posadas de Hogsmeade, la chica había sido severamente reprendida y debido a que Dean aún se encontraba recuperándose, era imposible que él la apoyara, sin embargo y luego de que Ginny se hiciera escuchar, les hizo saber acerca de lo que había escuchado de boca de Grayback.

Si en la Orden ya había cierta desconfianza entre sus miembros; al saber que había un soplón, esta se incrementó y los dedos señalando a sus compañeros no se hicieron esperar. Y ahora que habían convocado a una reunión para discutir aquello, todos trataban de averiguar quién era el espía, algunos alegaban que se trataban de los que aún se mantenían en el ministerio o de aquellos con rangos más bajos, ya que eso les permitía moverse con facilidad.

— ¿Es qué acaso no se dan cuenta? —Exclamó la pelirroja, irritada de tantos posibles culpables cuando para ella todo era bastante evidente como para que nadie más se hubiese dado cuenta antes— El escape de ustedes-ya-saben-quien en Hogwarts, no fue una coincidencia. Había alguien que lo alertó y estoy segura de que esa misma persona es quien le está ayudando en este momento.

— Eso fue un acto de cobardía. No creo que alguien le hubiese alertado —Meditó Kingsley—. No había alguien que hubiese podido hacerlo, no en medio de aquel duelo.

— ¡Malfoy! Él debió hacerlo —Contradijo la pelirroja— Solo piénsenlo por un momento.

— Es una acusación muy seria y a no ser de que tengas pruebas sólidas, no podemos guiarnos de la palabra de una niña —Dijo Fleur con el ceño fruncido, ganándose una mirada molesta de parte de Ginny y otra no muy contenta de Bill.

Los miembros de la Orden lo meditaron un segundo, algunos pensando que era ilógico que Draco Malfoy estuviese traicionando a Harry Potter, pues ya todos sabían que era su pareja y que había colaborado junto con sus padres para derrocar al Señor Tenebroso. Hacer una acusación como esa era como desconfiar del mismo Harry. Sin embargo, había un pequeño grupo que lo pensó desde otra perspectiva, una en la que al ser espían de Voldemort, fácilmente podrían obtener información de primera mano y al mismo tiempo estar resguardados de ataques de los carroñeros y de los aurores.

Esos últimos puntos se comenzaron a sacar a la luz y para muchos, eso explicaba muchas cosas respecto a los Malfoy, como el hecho de que en ningún momento los hubiesen buscado los esbirros de Voldemort y que no tuvieran en mente abandonar Londres por temor a sufrir las consecuencias al descubrirse traidores. Luego estaba Severus, que había sido descubierto sospechosamente y que los Malfoy se mostrarán caritativos para tratar de salvarlo.

Poco a poco aquella idea no se les hacía tan descabellada y que la posibilidad de que Draco Malfoy fuera un doble espía del-que-no-debe-ser-nombrado, para enmendar el error de ayudar a la Orden y ser perdonados, se les hacía más razonable.

— ¿Se dan cuenta de qué están sospechando de Draco Malfoy, él que nos ha ayudado bastante en esta guerra y que, por si lo habían olvidado, es novio de Harry? —Preguntó escéptico George.

— Puede que solo sea una fachada para no levantar sospechas —Razonó Lee Jornadan.

— ¡Exacto! —Concordó Ginny con una sonrisa de satisfacción.

— ¡Lee!... —George giró a verlo con los ojos bien abiertos.

— Es solo una posibilidad —Se encogió de hombros, sin retractarse de sus palabras—. Cualquiera puede ser culpable hasta no demostrarse lo contrario ¿Y qué prefieren? ¿Aclarar estas cosas con Malfoy directamente y ponerle fin? ¿O esperar a que el mortifago nos delate a todos como lo hizo con Dean?