8. Preparativos

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1 de mayo de 1998

Hogwarts

Llegar a Hogwarts había sido una completa aventura (comenzando con el hecho de haber tenido que idear un plan para entrar a Gringotts, puesto que salir había sido pura improvisación e instintos suicidas), pero lo habían logrado, había llegado a Hogsmeade y después con ayuda de un anciano, les facilito la entrada al colegio.

Y ahora es que se encontraba junto con Ron, Hermione y su padre, Harry; siendo guiados por un amigo de ellos, a través de un túnel que conectaba con la escuela. En el trayecto, Neville, les iba contando un poco acerca de cómo habían estado las cosas. Aparentemente ahora existía una especie de dictadura por parte del director y sus esbirros, pero que los alumnos se las arreglaban para crear una especie de resistencia.

— ¿No vamos... no estamos volviendo a Hogwarts? —La voz de Ron le regresó al presente, y esa pregunta solo había hecho que Daniel frunciera un poco el ceño y se preguntó si acaso no estarían cayendo en una trampa.

— Sí, claro. Ya verás. Casi hemos llegado.

Fue la respuesta de un muy sonriente Neville. Aquel chico le daba cierto grado de confianza, pero nunca estaba de más ser precavidos, por lo que discretamente, deslizó su varita entre sus dedos; al mismo tiempo que sentía a su peludo amigo moviéndose por detrás de su nuca para asomarse de entre sus cabellos y su gorro.

Doblaron una esquina en aquel túnel y llegaron al final del pasadizo. Había otros escalones que conducían hasta una puerta igual que la que había oculta detrás del retrato de Ariana. Neville la abrió y entró. Harry fue el que lo siguió de cerca y escuchó la jovial voz de su guía decir:

— ¡Miren quién ha venido! ¿No se los dije?

Daniel vio a Harry atravesar la puerta y después escuchó muchos gritos y exclamaciones de alegría. Solo entonces dejo salir una ligera exhalación y volvió a guardar su varita entre sus ropas.

Ron y Hermione también atravesaron esa puerta y eran igualmente recibidos por sus compañeros. Los tres eran abrazados y saludados como si fueran los campeones de una competencia o de la misma guerra por la que atravesaban. Daniel prefirió quedarse oculto un segundo entre las sombras, sin adentrarse a aquella sala, dejando que la atención se centrara en ellos y que él no llamase la atención de otros.

— ¿Y cuál es tu nombre? Tu rostro me recuerda a alguien —La voz de Neville le hizo girar el rostro y apartar la vista de su padre y sus amigos.

— Daniel Liam —Dijo y después añadió—. Estudie en casa, así que dudo que nos hayamos visto antes.

— ¿Cómo es que estas con ellos, si no eres estudiante? —Neville señaló al trio dorado.

— Objetivos en común, aunque con razones diferentes —La mirada de los dos se encontró hasta ese momento—. Ese cabrón de Voldemort, debe muchas y la muerte de mis padres esta entre esas cosas.

— Ya veo...

Neville decidió ya no preguntar más y confiar en el criterio de Harry, Ron y Hermione; después de todo, algo debió haber pasado como para que decidieran aceptar que alguien más se les uniera.

— ¡Denles espacio! ¡Fue suficiente! —Gritó Neville y el grupo que les rodeaba se alejó.

Hasta ese momento, pudieron tener una mejor percepción del lugar de donde estaban. Aquella enorme sala, se parecía a los cuartos que los sobrevivientes adaptaban para que la mayor cantidad de personas tuvieran un poco de "espacio personal". Tumbaban paredes en algunas ocasiones y colgaban hamacas en el techo y de pared a pared. La única diferencia, era que este refugio estaba limpio, más iluminado y no habían infectados tratando de ser salvados, y que decir, en este lugar no apestaba a muerte.

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