Caminos Cruzados. [Terminada]

Capítulo 14. Flote.

Acariciaba los cabellos de la pequeña mientras le contaba una historia, le hablaba sobre sus viajes con ambos padres alrededor del mundo, los lugares tan hermosos, la cultura, las personas y la comida, todo lo que Ace le contaba a Tama era asombroso ante los ojos de la pequeña.
--¡también quiero conocer el mundo!--sonrió.
--cuando se de la oportunidad iremos juntos, como familia--Ace miro a la pequeña y sin darse cuenta jalo de las mejillas ajenas suavemente, eran como dos malvaviscos por lo cuál sonrió--. Perdón, ¿lo hice muy fuerte?
Tama negó--. Esta bien Onii-chan

Durante varios días se dedico a pasar tiempo con la menor y cuándo llegó el tiempo límite volvio a la universidad, sus clases seguían normales, sus compañeras de clase se mostraban alegres de tener a su amigo una vez más en clases.

Todo iba nuevamente de forma normal, era como si ese incidente con Sabo jamás hubiera pasado, de hecho era como si jamás se hubieran conocido, ya no hablaban el uno con el otro, eran como dos extraños con algo en común.

Eso penso hasta que cierto día, justamente en viernes, mientras Ace ayudaba a Rebecca con la entrega de unos documentos se encontro con el chico de cabellera rubia, pasó junto a él y no le sorprendio que actuará cómo si no lo conociera, es más, pensó que era normal...pero detuvo esos pensamientos cuando lo tomó del brazo.
--Ace, que bueno que te encuentro.
--¿encontrarme? Estuve en la universidad desde hace semanas...
--no lo sabía, quería hablar contigo pero mi teléfono se cayó en el agua y bueno...no se, ¿me podrías dar tu número de nuevo? No quería perder contacto contigo.
--¿tienes donde anotar?--en cuanto asintió el rubio comenzó a dictarle el número.
--gracias--sonrio.

Mientras ellos dos estaban hablando la chica de cabello rosa no pudo evitar lo más común que hacen las chicas de su edad, shipear hombres.

--tengo que irme....
--¿a donde?
--voy a ayudar a Rebecca con unos documentos.
--¿estarás muy ocupado? ¿A que hora estas libre?
--¿porque?
--queria salir contigo...
--¡oigan!--apareció en la conversación la chica de cabello rosa--Por mi no hay problema, Ace-kun ve.
--pero tienes que...
--esta bien, esta bien--sonrió animadamente--, puedo con esto...no es nada del otro mundo, vete ya.

Sabo sonrió y tomó del brazo al chico de pecas, caminaron juntos por un rato en completo silencio solo hasta que el teléfono del rubio comenzó a sonar, lo sacó de su bolsa trasera y miró la pantalla, era Koala.
--¿no vas a contestar?
El mayor negó y espero que en automático se rechazará la llamada para después apagarlo, sonrió y lo miro--. No es nada importante, ¿nos vamos ya?
--si pero, dijiste que...
--si, mi otro celular se cayó en el agua, este lo compre ayer y solo tengo de contacto a Koala--mostro el teléfono y era verdad, no era el mismo que solía usar cuando eran pareja.

Solo pudo asintir y seguirlo

--anoche--lo miro el de pecas--fui a tú casa.
--¿¡de verdad!?
--si, pero, te veías tan animado con esa niña ¿quien es?
--mi hermana menor, se llama Tama--sonrio y comenzó a mover sus manos con emoción--, sabe hacer unos dulces dango ¡súper deliciosos! Es muy mona y cada que come hace caritas lindas jajajaja
--vaya...me recuerda cuando Luffy era pequeño--lo miro y colocó su mano en el hombro ajeno--disfrutala ahora que puedes, el tiempo vuela y cuando crezca te ignorara.
--espero que no, si lo hace voy a llorar.
--bienvenido a mi mundo.

Ambos chicos estaban riendo y caminaron juntos.

Durante esa tarde se dedicaron a platicar en el restaurante familiar que estaba cerca de la Universidad, Sabo descubría cosas nuevas del chico pecoso, pero Ace ya sabía todo del contrario simplemente actuaba sorprendido cuando se enteraba de unas cosas.
--sabes, yo creo que pronto tendrás un buen perro...o una perra tal vez.
--jajajaja--rio mientras lo miraba con una sonrisa radiante, recordo aquella época cuando se conocieron, la primera vez que lo vio sonreír fue cuando lo descubrió, el día que ambos salieron de la cafetería para acordar un trato donde el mayor se aria pasar por su novio, el trato de amo/perro--, sí te soy sincero creo que ya tuve un perro, pero no puedo recordarlo, puede que era muy pequeño.
Sonrió y recordó el primer regalo, aquel brazalete de oro blanco bañado en tonos dorados con piedras preciosas el cuál aún usaba, cerró sus ojos y dejó caer su cabeza de golpe contra la mesa--. ¿¡Ace!? ¡¡Ace!!

Sabo estuvo alarmado por unos minutos intentando que el de pecas reaccionará, al paso de un par de minutos abrió sus ojos y con ambas palmas de sus manos froto su rostro.
--lo siento...--murmuró para después mirarlo--. Se llama narcolpecia.
--¿narcolepsia?
El chico lo miro, supuso que debía explicarle sobre su padecimiento, cerró sus ojos y busco una forma en la cuál explicarle.
--veamos...mi enfermedad hace que me quede dormido en cualquier momento, pero sólo son por lapsos, con medicamento es menos frecuente que ocurra.
--¿desde cuándo la tienes?
Desvío la mirada ¿estaría bien decirle lo del accidente? O ¿debería alterar un poco la realidad mintiendo?--desde niño.
El rubio se levanto un poco de la silla y se acercó a su acompañante, recargandose en la mesa para poder darle un beso en la frente. Los ojos de Ace se abrieron de golpe al mismo tiempo que el calor golpeaba con ferocidad sus mejillas.

Sabo se aparto de golpe y cubrió sus labios con su antebrazo, con una expresión de sorpresa.
--lo siento...
--no es nada...
--¡de verdad lo siento! Yo no soy así...yo soy normal, no suelo hacer esas cosas, no entiendo porque actúo así contigo yo, yo....
Ace se levantó y dejo el dinero en la mesa.

--dime, ¿que es normal para ti?

No espero una respuesta o reacción solo se fue del restaurante.

Camino por un tramo tranquilo, posteriormente mordió su labio inferior y corrio lo más rápido que sus piernas le permitían. Al llegar a su casa entró, lanzo sus zapatos mientras respiraba agitado, secando el sudor de su frente, se sento en la entrada dándole la espalda al corredor, cubrió su boca y soltó un largo suspiro, era como si su alma se fuera en esa acción.
Tembló, se abrazó a sí mismo y se mecio de adelante a atrás.
--¿Onii-chan?--se detuvo y sintió como Tama lo cubría con una toalla para poder abrazarlo, su espalda estaba completamente sudada y de esa forma podría.
Ace sonrió y tallo sus ojos con sus manos, se giro y acarició los cabellos de la niña.
--voy a bañarme y te llevaré por algo a la plaza ¿me esperarías?
--¡Si Onii-chan!

Retuvo su llanto sólo para ver feliz a la niña, debía mantenerse fuerte por ella.