Capítulo 41. Héroe.

733 76 25
                                    


El cuerpo inmóvil de su madre permanecía en el piso, la sangre seguía fluyendo de su cabeza, sin detenerse, mostrando como la vida se iba lentamente de su cuerpo dejando nada, no podía creer lo que podía ocurrir en una fracción de segundo, era aterrador.

--¡suéltame!--grito Ace mientras se movía con todas sus fuerzas, quería liberarse de los brazos de Marco quien lo tenía contra su voluntad--¡mamá!--grito.
--vamos, ya ríndete Ace. Se opuso a lo nuestro era lo correcto, ahora podremos estar juntos siempre--sonrió con malicia el rubio a lo que el pecoso lo miro con rabia.
--¡entiende que yo no te amo! ¡suéltame ahora mismo! Mi madre...necesita un médico ¡suéltame!
--jamas lo haré--acaricio su mejilla con una sonrisa--eres mío.

Por más que se negará, incluso si fuera obvio todo aquel repudor que sentía en esos instantes era imposible alejarlo, parecía que no tenía escapatoria, que todo se había terminado para él y que únicamente le quedaba rendirse.

--lo que vayas a hacer, ¡date prisa!--exigió Koala.
--no me apresures.

Cerró los ojos y escuchó algo romperse.

--lamento arruinar la fiesta pero--esa voz le daba paz y al abrirlos de nuevo estaba ahí la persona que más amaba, en el umbral de una puerta rota manteniendo una sonrisa la cuál se borró para dar paso a una expresión de seriedad total--, suelten a mi prometido--dijo finalmente Sabo.
--¿que haces tú aquí?
--Sabo-kun...
El rubio sonrió--vengo por lo que es mío.

¿Cuanto tiempo llevaba sin comer? Cerca de el día completo, no era mucho pero se sentía débil por ello, desvaneció.

Se hundía en el infinito mar, caía más y más escuchando los dulces cantos de las ballenas, la sensación cálida del agua recorrerle, sobretodo como lentamente la luz desaparecía dejándolo en la oscuridad, solo una vez más.

Ace...Ace....Ace...
Ace....Ace...
Ace...
--¡Ace!--abrio sus ojos de golpe, se encontraba en el piso de la sala--que bueno que despertaste.
--¿que paso?
--nada, tú mamá va rumbo al hospital en una ambulancia, Roger la acompaña
--¿y donde estan...?
--ya no te molestarán más, es lo único que te diré--sonrió para abrazarlo--me alegra tanto que estes bien...
Sus ojos, no pudo evitar romper en llanto en ese momento, pudo aferrarse a Sabo sentir su piel cerca, su calidez. Ahora estaba bien porque él estaba ahí.
--quiero ver a mamá...
--te llevaré al hospital--acaricio sus cabellos y le sonrió--pero antes quiero decirte algo muy importante.
--¿que es?
--después de esto quedará contigo si te quedas o vienes conmigo ¿entendido?--Ace asintió con la curiosidad viva--¿te casarias conmigo?

Dichas estas palabras le enseñó el anillo de compromiso que tanto había buscado, una argolla perfecta para la persona que más amaba. Sólo para él.
























¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Caminos Cruzados. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora