Capítulo 33. Arrastre.

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Los chicos se miraron entre si unos instantes para posteriormente mirar ahora con duda a sus padres, los dos hombres se mostraban serios pero la ira llamente de sus ojos los delataba, algo andaba mal.

--¿papá?--preguntó Ace mientras miraba a Gold.
--padre...--se acerco Sabo a Dragon.

El hombre tatuado se limitó a dejar aquella documentación en el sofá con sumo cuidado mientras miraba serio al hombre de bigote frondoso--con razón se me hacía conocido, tiene toda tu cara--comentó.
--¿envidia?--sonrió ahora Gold--porque no te veo ningún sólo pelo rubio.

Ace suspiró con alivio, eran amigos.

--la cara de estupido siempre la tuviste, veo que es un rasgo característico que tu hijo heredó--aquella situación se volvía más extraña.
--¡no tienes derecho a meterte con mi hijo! Maldición, debí notar el apellido desde el principio pero eres tan poca cosa que lo olvide--el mayor tomo a Ace del brazo y lo jaló.
--¿papá..?
--Sabo--el rubio miro a su padre--no quiero volver a saber que tienes algo que ver con este chico, preferiría mil veces a Koala antes que a este...
--¡Ja!--rio Roger--Ace estas mucho mejor con Marco, pensándolo bien es mejor partido. Nos vamos

--¡No! ¡no puedo creer que digas eso! ¡mamá di algo!--la mujer sólo desvió la mirada y en ese precisó instante todo se desvaneció ante los ojos del moreno, su alegría comenzaba a irse--¡Sabo!
El rubio extendio su mano con la intención de tomar a Ace pero Dragon lo detuvo con una expresión fría y con una voz que helaba la sangre--salgan ahora mismo, Sabo alejate de él.

--no tienes que mencionarlo, ya nos ibamos.

El pecoso pataleo, extendió su mano intentando tomar la de su pareja pero era imposible, ambos cada vez se alejaban más y más hasta que las llemas de sus dedos se tocaron solamente una vez más, se rozaron piel con piel sólo un instante antes de alejarse.

--¿¡Porque dijiste eso padre!?--reclamó.
--negocios son negocios.

Aquellos dos océanos mostraron la obvia sorpresa en las palabras que soltó el hombre que lo crió.

Salió corriendo de la casa, no permitiría que su felicidad se fuera por el caño, los negocios de su padre eran punto y aparte de su vida sentimental, no eran sus problemas todo lo que hubiera ocurrido en un pasado entre ambos padres, ellos eran dos personas distintas que no tenían la culpa de nada, tenían derecho a ser felices con la persona que desearán, ellos dos se encontraron y sus sentimientos prevalecieron apesar de todos aquellos sucesos desafortunados, apesar de tanta lluvia llegó la calma cuando sus labios se unieron.

Corría tan rápido que había logrado alcanzar el auto, estaba detrás de el--¡Ace!
Grito su nombre a lo que de inmediato el chico que estaba sentado en la parte de atrás sacó su cabeza por la ventana.
--maldición mete la cabeza--pero su padre lo obligó a regresar a su asiento, Sabo estaba cansado, pero no podía rendirse.

Y cuando finalmente su mano tocó el auto todo se volvió oscuro.











--¡perdón por llegar tarde!--anuncio el pequeño monito entrando con un cono de algodón de azucar acompañado de su novio quien tenía unas orejas de oso polar en la cabeza--¿aún no llegan?
--nadie tenía que venir--dijo Dragon llamando la atención de la pareja--¿se divirtieron?
--¡si!--salto Luffy mientras Law se quitaba las orejillas--Torao y yo subimos a todos los juegos fue ¡Genial!
Mientras Luffy le narraba lo ocurrido en el parque de diversiones al cuál acudieron desde que abrió a las 6:00 am Law miró detenidamente a su suegro, este se notaba tenso cómo si regresará de unos recuerdos desagradables, pero aquel análisis se detuvo en cuanto vio a dos guaruras entrar con Sabo en brazos quien se notaba inconsciente.
--¿que le paso a Sabo-ya?
--salió a correr, pero parece que se cansó.
--¿salió a correr en ropas formales?--preguntó Luffy ahora.
--si--sonrió--, ya sabes que tu hermano siempre viste así, después de todo no ibamos a tener visita.

Caminos Cruzados. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora