Capítulo 19. Inquieto.

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Ace caminaba lentamente por los pasillos ahora desolados de la universidad, soltó un largo suspiro porque quería hacer creer a su mente que era lo correcto.

Si sus acciones eran correctas ¿porque le dolían tanto? Las palabras tan dulces de Sabo, aquella pasión desbordante que ambos tenían, la ternura al tocarse y el cariño ¿aún seguía enamorado? Era obvio que si, amar tanto es increíble, le era soprendente que llegará a amar con tanta fuerza y desespero a alguien pero simplemente no podía, había visto hace unos instantes lo que su presencia ocasionaba en el chico de cabellera rubia, simplemente lo que menos quería era causarle dolor, para ello tenía que alejarse.

Era lo mejor.

Camino hacía su casa, iba lento y sin ganas, en dado caso que llegarán sus padres antes de lo previsto inventaria que se lastimo la mano con algo en la escuela.

Aun debía saber que le paso a Marco, pero no le importaba mucho eso. Saco su celular y miro la hora, seguramente el cirujano ya había terminado su turno por lo cual lo llamo.
--necesito que vengas por favor, y en tu auto, no quiero caminar.

Espero justamente fuera de la universidad a la llegada del doctor, en cuanto llego le indicó que entrará cosa que hizo de inmediato.
--¿que te paso ahora?--dijo molesto.
--no importa, pero...quiero hablar contigo.
--cuentamelo todo, soy el doctor de corazones.
--¿lo dices por ser cardiólogo verdad?--suspiro el ojeroso--bueno, bueno...Sabo y yo estuvimos a poco de tener sexo hoy
--¿¡que!?
--¡si! Pero, se puso mal, comenzó con dolores en la cabeza, lo deje descansar y me fui, creo que lo mejor es olvidarme de él.
--vuelves a decir eso y te golpeo--encendio el auto y comenzo la marcha--, escucha, si Sabo esta así es porque le estan llegando recuerdos, con lo que te hizo o alcanzo a hacer antes del episodio de jaquecas, estoy seguro que en un par de días recordará.
--¿y si no son días?
--le doy cuatro meses entonces.



A la mañana siguiente en la Universidad, Sabo fue llamado a la oficina del director, basto con un argumento simple, como que aquel hombre intento abusar de un compañero que es amigo suyo y meramente lo defendió, como esto no le basto al director el chico de cabellera rubia dejo sobre la mesa una cantidad bastante generosa, el hombre aceptó, e hizo de cuenta que aquel accidente nunca paso.

Sabo siguió con sus clases normales pero tenía unas enormes ganas de ir a ver al chico de cabellera negra, aunque no podía, no era el momento.

Tenía un plan perfecto y este era que, cuando llegara Koala a su tan acostumbrada visita mañanera hablaría seriamente con ella. La conoce desde que son niños pero eso no significaba que por ello la amaría, aún no terminaba de comprender lo ocurrido, no sabía como es que acabaron como pareja, primero le pediría que le contara el ¿como pasó? Después de oir lo que tuviera en mente la chica de gorro le diría lo que de verdad pensaba, lo que sentía.

Desde que conoció a Ace era como si un espacio vacío dentro de su ser se complementará, como si su simple existencia fuera quien lo salvara de todo, era lo mejor, y su todo que pudo encontrar. Terminaría con Koala por Ace, para que finalmente vaya con él, lo tome de la mano y sonría.

Porque a su lado era de verdad feliz.

Espero paciente durante ese día a la llegada de la chica castaña pero no llegaba, por más que quisiera que en esos momentos apareciera parecia que el universo conspiraba en su contra.

No podía llamarla, no tenía celular en esos momentos porque ella se lo llevó, tampoco podía ir a verla, Tiger seguramente se enojaría, no le gustan las visitas, ¿llamarle de otro teléfono? Era buena idea pero no recordaba el número. Por ello existe la opción de contactos en el móvil.

Estaba ansioso, estaba inquieto, necesitaba que ella llegará pronto, para así poderle dar un fin.

Caminos Cruzados. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora