Zara
Jamas creí odiar a alguien además de mi padre, pero resultó ser que sí.
La mujer sentada del otro lado de la mesa, justo frente a mí era la culpable de mi odio. Desde que había llegado se había propuesto molestarme con Dylan, intentaba recibir alguna muestra de cariño por parte de él, pero él ni siquiera le daba la hora.
Lamento desilusionarte querida, pero estas quedando en ridículo.
Emma estaba a mi lado, diciéndome lo bien que le estaba yendo en la escuela y como esperaba que regresara pronto, con divagaciones le respondía. No podía quitar mi vista de la de ella, quien continuamente buscaba la manera de joder a Dylan.
—Hija— La voz molesta llama la atención de Emma haciéndola voltear— ¿Ya te presentó tu padre a su actual pareja?
De pronto la mesa cayó en un silencio incomodo, el rostro de Dylan se tornó rojo y si las miradas matarán Karen estaría justo ahora muerta.
—¿Cómo? — La confusión se mostraba en Emma, obviamente no sabía de qué hablaba su madre, dirigió su mirada hacia su padre— ¿Estas saliendo con alguien?
—Yo...— Dylan no sabe que decir, por lo que no responde nada
—Perdón que me meta, pero no creo que tenga algo de malo— Coloqué mi mano en su brazo tratando de tranquilizarla— Solo está rehaciendo tu vida, después de tu madre
—No me molesta— Responde— Solo que me sorprende que no me haya dicho nada
—No te había dicho porque no es algo serio—Responde Dylan
Por alguna extraña razón me ha molestado que haya dicho esto
—Tu padre tiene razón— Comenta de pronto Karen— Esta mujer no debe ser tan relevante por lo que no es necesario que te la presente— Lo dice con todo el veneno posible en su lengua.
Maldita víbora.
Por el rostro que ha puesto, supongo que a Emma no le ha parecido la respuesta de ambos, a mí tampoco.
Un nudo se crea en mi garganta, impidiendo el paso de más comida a mi sistema, coloco mis cubiertos sobre la mesa y levanto lentamente, todos dirigen su mirada hacia mí.
—Esto es algo familiar, voy a retirarme— Emma me detiene diciéndome que no hay problema, pero lo niego, logrando así irme a mi habitación temporal.
Me recuesto en la cama con la mirada al techo, mis pensamientos están revuelto y no sé ni que pensar con los pensamientos recientes que inundan mi cabeza.
¿Podría realmente querer un poquito a Dylan? Más allá de la atracción sexual que siento por él.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
—¿Pensabas contármelo algún día?— Espeta Emma molesta
A Karen le causaba satisfacción el ver como su hija le reprochaba a Dylan, quería decir que la mujer con la que salía su padre era la misma mujer con la que vivía
—No es algo serio— Respondió Dylan— Por eso no estaba en mis planes presentártela
—Yo tampoco lo haría, es como de tu edad— Comentó Karen de manera despreocupada, queriendo echar más leña al fuego
—¿Quieres callarte ya?— Le grita molesto, realmente estaba molesto porque las cosas se le estaban saliendo de las manos
—¿Qué? — Suelta Emma sorprendida— ¿Eres un Suggar Daddy?
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El placer de lo prohibido (EN EDICIÓN) || Placeres Prohibidos #1
RomanceLas manos de aquel hombre recorrían la figura femenina y es que la suavidad de su cuerpo hipnotizaba a cualquiera, su piel como el pétalo de una flor, fresca como el pasto con roció enloquecerían a cualquiera que la tocara, pero ella solo quería que...