AN ETERNAL LONGING

1 (SPANISH)

Arthit,

Ven inmediatamente a mi oficina.

Arthit suspiró mientras observaba el escueto mensaje que su jefe acababa de mandarle a su cuenta de correo.

"Otra vez...", se dijo mientras pensaba qué podría haber ocurrido en esta ocasión, " mientras no sea que ha visto de nuevo una cucaracha..."

Y es que el joven aún recordaba aquella tarde en la que, cinco minutos antes de que terminara su turno en la empresa, su jefe le había llamado por un asunto urgente.

Si.

Un asunto urgente que consistió en perseguir por la habitación a una pequeña cucarachita que había entrado al cuarto, nadie sabía como.

Media hora le llevó encargarse de ella.

Y ahora...

Arthit miró de reojo el reloj de pared de su oficina.

"Un cuarto de hora para que finalice el turno de tarde...", pensó mientras apagaba la pantalla del ordenador y se levantaba de su silla, "Ni que lo hiciera a posta".

Pero no.

El no era de esos...

"Aunque hace más de tres años que no le veías", se recordó el joven mientras abandonaba su pequeña oficina en el segundo piso y se dirigía hacia el ascensor que llevaba al área ejecutiva, "puede que haya cambiado". 

Y es que, desde aquella tarde, Kongpob no había vuelto a aparecer en su vida.

"Como si fuera a hacerlo... después de lo que pasó..."

FLASHBACK...

- "¡CÓMO HAS PODIDO HACERME ÉSTO!" - exclamó Kongpob mientras salía del dormitorio que habían compartido por más de cinco años.

En sus manos llevaba una maleta y varias bolsas con ropa y algunos objetos personales.

- "Kong... por favor..." - musitó Arthit con un hilo de voz - "Escúchame... yo no..."

Pero el joven, con el rostro completamente rojo y las mejillas húmedas a causa de las lágrimas, negó con  la cabeza mientras se dirigía hacia la puerta del piso.

- "No quiero saber nada... ¡no hay nada que puedas hacer o decir!" - exclamó Kongpob mientras abría la puerta de la vivienda con tanta fuerza que ésta golpeó contra la pared generando un fuerte sonido en el silencioso pasillo - "¡DESAPARECE DE MI VIDA!".

FIN DEL FLASHBACK...

Sus amigos sin duda le habían contado acerca de él y lo bien que le había estado yendo en el extranjero y cómo, ahora que se había instalado en Tailandia, las empresas de su familia habían crecido inconmesurablemente.

Su vida era, sin lugar a dudas, perfecta salvo por el pequeño detalle de que aún era soltero.

"Aunque no por mucho", según decían las malas lenguas y las miles de fotografías y vídeos que, casi diariamente, ocupaban las primeras planas de las revistas y programas del corazón.