31 (SPANISH)

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UN PAR DE DÍAS DESPUÉS....

Nam gruñó levemente mientras observaba a los técnicos de la tienda pasar sus datos personales del viejo aparato al nuevo móvil que había tenido que comprarse.

Hacía ya varios días de aquel momento en el que, en un arranque de ira, había destrozado el viejo teléfono y, una vez más, se maldijo por su estupidez. 

Y es que, al no tener el aparato, no había podido ponerse en contacto con Arthit... ni siquiera revisar si el joven había mandado un mensaje o había intentado llamarla...

- "Sólo espero que haya cumplido su promesa, porque si no....", se dijo la joven mientras sacaba su billetera y pagaba por el nuevo teléfono.

Unos segundos después, no bien había salido del establecimiento, se sentó en el primer asiento libre del centro comercial que pudo encontrar y revisó su historial...


Nada...

¡No había nada!

"No debí confiar en su palabra...", se dijo con fiereza, "¡En qué diantres estaba pensando!"


Y es que hacía ya un par de días de su conversación con Arthit y, todas y cada una de las veces que había llamado a la oficina donde trabajaba, había obtenido la misma respuesta.


Arthit está en su puesto...

El joven Rojnapat está en una reunión...

Ha terminado ya su turno...


¡Pero nada de que fuera ha marcharse ni, mucho menos, de que ya lo hubiera hecho!

"Y pensar que se había hecho pasar incluso por un familiar para obtener más información... ¡pero nada!"

Lo que significaba... que ese maldito de Arthit no pensaba renunciar como le había prometido.

¡Que no iba a alejarse de Kongpob!.

- "Pues... ya sabes lo que te espera" - murmuró la joven mientras pensaba en el contenido de uno de los cajones de su dormitorio donde..., en su estuche, guardaba la pistola de su padre.

Una pistola engrasada y... lista para disparar.

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Mientras una joven sonreía, planeando su siguiente movimiento, Arthit suspiraba desde detrás de la pantalla de ordenador que ocupaba gran parte del escritorio de su nueva oficina...

El joven, sin duda, tenía sus ojos puestos en los números y cifras del informe que estaba revisando. Sin embargo, su mente estaba en otra cosa... En un asunto que, desde hacía varios días, no podía quitarse de la cabeza..




FLASHBACK

- "No.. no te preocupes Nam" - murmuró Arthit con un hilo de voz en un rostro que, a pesar de que lo intentaba ocultar, era la misma imagen de la desolación - "yo... lo he entendido. De.. de todas formas pensaba cambiar de trabajo, yo..."

Namtarn, con una amplia sonrisa en sus labios, tomó las manos del joven entre las suyas.

-"Gracias... en serio y... espero que tu también puedas encontrar a alguien más" - dijo mientras se despedía de Arthit - "¡te mandaré una invitación para la boda!"

- "¿Boda?" - preguntó, de repente, una voz a sus espaldas - "¿Quién se casa?"

Allí, mirándolos fijamente, estaba la Señora Rojnapat. A su lado, y con una leve mueca en su hermoso rostro, se encontraba Aura.

Ésta le sonrió y le saludó con una de sus manitas mientras dejaba la bolsa en el suelo de la sala de estar. 

Sin embargo Arthit, aún sintiéndose en shock además de destrozado, apenas si pudo asentir levemente con su cabeza.

Aura dejó de sonreír y, con gesto serio, se acercó corriendo a su padre y se tiró a sus brazos, separándolo así de la joven a la que no conocía pero que, sin duda, no le gustaba nada.

FIN DEL FLASHBACK


- "No se que voy a hacer..." - murmuró Arthit con un hilo de voz mientras dejaba caer su rostro sobre uno de sus brazos.

Y es que, desde la visita de Namtarn, por su mente pasaban un millar de ideas...

Por un lado, le había prometido a la joven que iba a marcharse de la empresa pero... por otro lado... su contrato estaba en vigor y, si se iba por cuenta propia, tendría que pagar una penalización de la que no podía hacerse cargo.

Además...

¿Y si no encontraba trabajo?

¿Cómo iban a mantenerse, tanto él como Aura?

"No.. no puedo arriesgarme", se dijo Arthit mientras sacaba su cartera y observaba la pequeña foto que llevaba allí y en la que su hija, con una sonrisa, mostraba un enorme conejo de peluche que su tío Knott le había regalado por su cumpleaños.

El joven sonrió levemente mientras pasaba un dedo por el rostro de la niña.

- "Le prometí a tu madre que te protegería.. que serías lo primero para mí" - susurró a la fotografía - "no puedo ponerte en riesgo, ni siquiera por Namtarn".

Tras lo cual, el joven volvió a guardar su cartera y, con gesto decidido, continuó revisando el documento que, en pocas horas, debía entregar en presidencia.





MÁS TARDE....

Arthit golpeó la puerta de la oficina de Presidencia mientras que, extrañamente, notaba la mirada de la secretaria de Kong en su espalda.

Por unos minutos había pensado que había algún problema o que Kong, como muchas otras veces, estaba reunido con alguien... con alguien como... ¡ como esa bailarina del otro día!

Sin embargo, cuando la puerta se abrió y pudo entrar en la oficina, observó con sorpresa que Kongpob estaba sentado frente a su mesa y que

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Sin embargo, cuando la puerta se abrió y pudo entrar en la oficina, observó con sorpresa que Kongpob estaba sentado frente a su mesa y que... delante suyo, había un café y un vaso de su leche rosada favorita.

- "Pasa" - dijo el joven con una leve sonrisa mientras le indicaba el asiento vacío que estaba enfrente suya.

- "Yo... he traído el informe" - murmuró Arthit mientras se acercaba, lentamente, para finalmente sentarse en el sitio que le había dicho.

Kongpob sonrió y, con gesto indolente, acercó una mano para tomar la carpeta con el informe.

Arthit se lo tendió pero... para su sorpresa, Kongpob pasó del documento para, por el contrario, agarrar la muñeca del joven entre sus dedos y comenzar, sensualmente, a acariciar la pálida y delicada piel que estaba a su disposición.

- "¿No crees que es hora de que hablemos de lo que pasó la otra noche entre nosotros?" - preguntó Kong sin hacer caso del ruido que la carpeta del informe hizo al caer sobre la mesa.

- " La....¿La otra noche?...."

AN ETERNAL LONGINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora