Al entrar en casa me dirijo directamente a mi habitación con la excusa de que Beverly y yo nos hemos pasado la noche contándonos cosas e historias y que he dormido muy poco. Cierro la puerta tras haber entrado y me dejo caer sentada sobre mi cama, me quito las botas, me tumbo y al poco tiempo me encuentro dormida.
Abro los ojos con pesadez. Me reincorporo y me percato de que he dormido todo el día al mirar la ventana y ver el cielo oscuro repleto de estrellas. Me cambio de ropa poniéndome mi pijama veraniego y salgo de mi habitación. Bajo al salón pero las luces y la televisión están apagadas, lo que quiere decir que, o mis padres han salido, o ya se han ido a la cama.
Me dirijo a la cocina para coger un bollo de chocolate y me siento en el sofá a ver la televisión ya que no tengo nada mejor que hacer. Me encontraba viendo un programa cuando escucho un ruido en la parte de arriba.
Mis padres se han despertado.
Apago el televisor y subo lo más sigilosamente que puedo hasta mi habitación para que no vean que estoy despierta. Al entrar cierro la puerta lentamente para hacer el menor ruido posible. Al girarme me sobresalto al ver a Henry de pie a los pies de mi cama.
-¿Pero qué demon...?-Intento exclamar pero este se acerca a mí con rapidez para callarme posando su mano sobre mi boca y haciéndome retroceder pegando mi espalda contra la puerta.
-Shh...
Al ver que permanezco callada aparta lentamente la mano.-¿Qué haces aquí?-Susurro frunciendo el ceño.
-Estaba aburrido.-Se encoge ligeramente de hombros.
-¿Y no se te ocurre otra cosa mejor que hacer que colarte por mi ventana?-Pregunto de forma fría, aunque en mis adentros se instala un zoológico y una bola de emoción.
-Las demás estaban dormidas.-Sonríe de lado.
-Qué pena.-Gruño.-Lástima que yo también me vaya a dormir ahora mismo.
-¿Ah sí?-Apoya una mano contra la puerta, a unos centímetros de mi rostro.
-Sí.-Asiento. Lo rodeo para dirigirme a mi cama.
-¿Y si no pudieras dormir?
-Te aseguro que sí.-Me tumbo de lado dándole la espalda.
-¿Pero y si no?-Noto que la cama se hunde ligeramente detrás de mí.
Oh. Dios. Mío.
-Henry sal de mi cama.-Me giro poniéndome boca arriba apoyándome con los codos. Se me acelera el corazón al verlo apoyado en mi cama con ambas manos y una rodilla.
-Está bien.-Asiente apartándose.-No pienso insistir más.-Lo miro echarse hacia atrás.-Si de verdad quieres que me vaya, está bien, me iré.
Se dirige a la ventana. No sé cómo puedo tener el coraje, pero él está aquí y justo está apoyándose en el alfeizar de mi ventana. No he podido evitarlo, ya no hay marcha atrás.
-Está bien.-Suelto.-Quédate.
Este para en seco.-¿Cómo se piden las cosas?-Bromea.
-No te lo pienso pedir de nuevo.-Digo manteniendo mi orgullo.
-Está bien, entonces...-Se gira en mi dirección.-¿Vas a dormir?
-No... no tengo sueño.-Admito algo avergonzada.
-Yo tampoco.-Confiesa acercándose de nuevo y, sin pedir permiso, tumbándose junto a mí con la espalda apoyada en el cabecero de la cama.
-¿Qué hacemos?-Murmuro para mí misma. Noto su mirada, lo miro. Su sonrisa me dice que ha malpensado mi pregunta, lo que hace que me ruborice.-Eres un pervertido.
ESTÁS LEYENDO
Srita Bowers
CasualeKim Dagger, una estudiante la cuál debe transladarse a otro pueblo. ¿El motivo? El bullying físico y psicológico, el acoso, etc, que recibía en su instituto. Pero no tarda en hacer amigos en su nuevo pueblo, Derry. Todos ellos han recibido críticas...