4 MONTHS

capitulo 4: I need some time

Lisa POV

– Rosie... -susurré- Rosie... -la sacudí un poco- ¡Park Chaeyoung despierta ahora! -grité-

Ella se levantó rápidamente, tan rápido que hasta cayó al costado de su cama.

– ¡Lisa! ¿Qué está mal contigo? -gritó-

Se puso de pie y arreglo un poco su cabello.

– Son las siete Rosie

Rosé era una psicóloga reconocida en Florida que solía realizar terapia con distintos artistas.
Estaba felíz por ella ya que desde pequeña este siempre fue su sueño.

– ¿de verdad? -miró el reloj- Dios, debo haber bebido demasiado anoche -suspiró- gracias Lice.

Tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos.

– ve a ducharte y yo prepararé tu desayuno, ¿está bien?.

Asintió y besó me mejilla para dirigirse al cuarto de baño.

Bajé las escaleras aún en mi pijama, todavía faltaban dos horas para ver a Jennie por lo decidí quedarme con ropa cómoda.

Preparé café y jugo natural acompañados de pancakes con fresas y crema.
Era algo simple pero sabía que a Rosie le encantaba.

– Lisa, sin dudas eres la mejor

Llegó a la cocina y me abrazó por la espalda.

Nos dirigimos a la mesa juntas y comenzamos a desayunar.

– extrañaba esto -dije melancólica-

– yo también... -me miró- pero ya, dime ¿cómo te fue ayer?

– ayer... conseguí trabajo con Jennie, Jennie Kim -Sonreí- tuvimos una sesión de fotos en el parque y conoció a Alice que por cierto adoró.
Sé que ella parece fría y manipuladora pero realmente es una pequeña bebé que necesita ser cuidada.

– me parece fantástico amiga, pero recuerda que ella te contrató justamente por su boda

– Lo sé, créeme pero me conformo con solo ser amigas.
No sé por qué pero sentí que podía decirle todo, me sentí en confianza en el momento en el que interactuó con Ali.

– ¿Ali? ¿habló con alguien que no seas tú?

Asentí

– estoy oficialmente celosa, ¡Kim quiere robarme a mis chicas!

– vamos Rosie, sabes que tú eres la número uno ahora y por siempre

Acaricié el dorso de su mano

– eso espero porque no moriré sola, he dicho.

Reí mientras negaba con mi cabeza

– debo irme Lice -se puso de pie- hey, ¿puedo usar tu carro hoy?

Tomé las llaves que estaban en mi bolsillo y se las entregué.

– Gracias bebé, la motocicleta está en el garage por si quieres usarla.

Me puse de pie y la acompañé hasta la puerta.

– Adiós Rosie, cuídate, ¿sí?

– adiós, tú igual.

Al finalizar su frase, cerró la puerta detrás de ella.

Por mi parte recogí los platos que usamos y los lavé.