Seis días antes de la tragedia

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Alfred miró una última vez su reloj y se volvió a repetir que él aparecería pronto. Tamborileando sus dedos nervioso, sentando en la acera del cine, arregló aquellas hebras rubias rebeldes y las aplanó a un lado con una sonrisa. Mismo gesto que sentía no se despegaría de él en todo el día.

El británico apareció por fin,apresurado, con el cabello enredado y la corbata mal puesta dentro del suéter, pero sin dejar de ser tan hermoso. Cuando el rubio lo identificó se puso en pie con una radiantes sonrisa. Solo pudo pensar en cuanto los ojos verdes lo miraron, que si por algún momento dudó de su sexualidad, ahí llegaba el británico con esa ternura aplastante a arruinarlo todo.

— Lo siento...no sé en qué momento se me hizo tarde...yo nunca llego atrasado, no sé como..

— Admito que si me sorprendió de su parte presidente — murmuró riendo con una mirada azul juguetona que en ese momento Arthur detestó.— ,acaba de romper su intachable racha de puntualidad.

— Tú también me sorprendiste Jones, quién diría que podrías llegar puntual.— se cruzó de brazos devolviendo la ácida sonrisa.— Supongo que si quieres,  eres capaz.

— Siéntete halagado. — guiño el ojo con una sonrisa perenne en los labios.— No con cualquiera soy tan puntual.

— Claro.—  alzó las cejas con un sarcasmo mordaz y terminó de acomodar su corbata correctamente.— ¿Y qué se supone vamos a ver?

— De hecho..no pensé en eso,— una risa nerviosa se filtró en la sonrisa de perlas.— ¡vamos a ver que hay en la cartelera!

— ¿Y que harás si no hay suficientes entradas? — se cruzó de brazos en un tono tan adusto que Alfred no le pudo tomar con seriedad. Comenzó a adelantarse a llegar frente a los enormes panfletos que exponían las películas.— Realmente es una irresponsabili-

— ¡Mira se está estrenando El Exorcista!— apuntó tan ruidoso como lo era en clases. Arthur avanzó los pasos que le faltaban para llegar a su lado y mirar más detenidamente aquellas letras en rojo. Arthur tuvo que admitir que aquel eterno oscuro del que emergía el sacerdote de la portada logró atraparlo.

— Veamos esa.— sugirió el británico con voz liviana.— Es decir, he escuchado que es muy buena.

— ¿Por qué no mejor esta? — a Alfred se le despojaron las ganas de ver el Exorcista en cuanto leyó la sinopsis debajo.— Es de Robin Hood.

— Alfred. Son dibujos animados*.

— ¿Y eso qué tiene que ver?

— Agh, como sea, de todos modos, ¿por qué no llega nadie más? — Arthur barría el lugar con ojos nerviosos y los brazos a los costados.— ¿no somos los dos, o si?

Tragó saliva con la mirada todavía perdida entre las lineas que dibujaba al zorro animado de Robin Hood. A veces resultaba terrible pensar que una idea tan sencilla y cándida como una salida al cine podía resultar traidora si no era con una chica; pues no era viable decir que quería que fuese una cita solo entre ellos y por eso lo había invitado. ¡Sería desastroso! Tampoco era correcto aquel revoltijo en el corazón cada vez que pensaba en ello como una cita.— Se supone que Kiku también vendría pero creo que...no..vendrá...— mordió su labio esperando pintar una buena expresión de preocupación en el rostro con aquella tonta mentira.

— Ya veo..

— ¿Qué tal esta de Locura de Verano*?— saltó Alfred con otro comentario esta vez recorriendo más allá frente a otro panfleto en la que se veía muchos rostros sonrientes.

Arthur esta vez no se acercó a leer la sinopsis, simplemente se quedó allí parado, todavía frente al panfleto con letras grandes del exorcista.— Veamos El Exorcista.

Soy El Héroe Que No Necesitas (UsUk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora