¿A él de niñero? , ni en sus sueños más jodidos. ¿Cómo era posible que el presidente le hubiera encargado cuidar de su hija? …mientras él era buenísimo desactivando bombas o armando alguno que otro punto de quiebre.
- ¡Hey Matthew! – gritó Sam desde la entrada del avión. – pero, ¿Qué mierda haces tú aquí?
- Lo mismo me pregunto yo. – murmuró Matthew. Para nada satisfecho. – no sé qué hice mal, en qué jodida cosa falle. No entiendo porque no estoy haya, junto a los demás.
- Ni yo. – Sam se encogió de brazos. Escondió la maleta de manos entre los asientos. - ¿sabes a donde vamos a parar con esto?
- Kapaa, Hawaii.
- ¿Y eso?
- Ideas del presidente.
Se volteó. Mientras miraba por la ventana, como aquellos carros verdes con manchas negras empezaban a alborotarse por el aeropuerto. Le jodía estar ahí…y no abajo, haciendo lo suyo.
- ¿Ya la viste? – Sam codeó el brazo de Matthew.
- ¿A quién?
- A la chica…- murmuró con cuidado. Mientras miraba disimuladamente para atrás. Una sonrisa se formó en sus labios, mientras asentía sigilosamente.
___________ rebuscaba algunas cosas entre sus maletines. Aquella falda le apretaba las caderas, subiendo hasta su abdomen. Y aquellas piernas, preciosas y largas, dejaban boquiabierto hasta al más santo. Traía el cabello largo, precioso. Ella era preciosa.
- Es la hija del presidente. – Sam sonrió. Aún con aquel pensamiento morboso en su mente. – Está buenísima, no me digas que no.
- No he dicho nada. – dijo sin quitarle la mirada. Disfrutando de aquella buena vista que tenía desde ahí. Disfrutando de aquella perfecta figura que veían sus ojos. Relamió sus labios, involuntariamente.
- Ves…al menos no todo es tan malo. – sonrió. Matthew volteó la cabeza, por fin. Concentrándose en pensar otra cosa. Basta de mujeres. Basta de esa mujer. La nación corría peligro, y él no iba a estar ahí. ¿Qué aventuras contaría? ¿Qué diría cuando le pregunten aquella la guerra?
La respuesta la conocía. Miró por el rabillo del ojo a aquella mujer que lo había dejado provocando. Era preciosa, realmente…las piernas lo decían todo, expuestas con aquellos tacones blancos. No quería ponerse a pensar que cosas pasarían en esos días…
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I'll Be Your Protector - Matthew Espinosa Y Tu
FanfictionMatthew se aclaró la garganta. - ¿ Matthew? - murmuró el presidente. - ¿Me mando a llamar, señor? - preguntó rigiendo bien su cuerpo. Con compostura. - Sí, sí...ven pasa. Abrió un poco más la puerta, y entró. Bajo la cabeza, sin querer ser indis...