Capitulo 12

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- ¿Aló? – Matthew respondió el móvil. 

- Buenas tardes Matthew. – respondió el presidente, con aquel tono autoritario que Matthew podía reconocer. – llamaba para saber… ¿Cómo está mi hija? – murmuró. Muy pegado al teléfono.

- Ah… - recuerdos. Sueños. ___________ en la ducha…junto a él…- bien, sí, bien señor. No ha pasado nada desde que hemos venido aquí. El lugar parece seguro – mintió, pues había tenido que agregar unos cuantos sensores de seguridad.

- Qué bueno. Me alegra. Y ella… ¿Cómo lo está tomando?

- Todo…todo fluye normal. – cerró los ojos. Como le jodía mentirle al presidente, aquella persona que había confiado en él, para esa misión. Para cuidarla a ella. A su hija, lo más preciado que tenía. ¿Cómo contarle que hace unas horas había tomado una ducha con ella? – dígame. ¿Cómo está todo por allá?

- Es un infierno. Un maldito infierno generalizo. Bueno, Matthew, me voy…ojala que todo acabe rápido…- se le encogió el corazón. Que todo acabe rápido. Todo. Incluso ____________. ¿Cómo mierda es que empezaba a ilusionarse tanto? ¿Por qué? Joder, Matthew nunca fue así. ¿Por qué ahora? ¿Por qué con ella?

- Lo mismo pienso. – respondió entrecortado.

- Suerte Espinosa, lo llamaré constantemente. – colgó. Matthew aún traía el móvil pegado a su oído. Y…es que el presidente le había brindado información que…vamos, él ya sabía. 

____________ se iría. Desaparecería. Cuando toda esa jodida guerra se acabara, se olvidaría de él. Para siempre. Mientras que él…apenas y podía dejar de pensar en ella. ¿Cómo lo iba a pensar así? Mierda…empezaba a creer que estaba…

Dejó el teléfono sobre la mesa de noche. Abrió la puerta. Y encontró a Sam vigilando muy armado la puerta principal de la casa.

- ¿Qué pasó?

- Escuché cosas. Mierda Matthew, esta jodida casa es más grande que la mismísima casa blanca.

- ¿Dónde? – preguntó. Y escuchó también, perplejo, aquellos pasos en el segundo piso. Se asomó por la terraza a observar que era lo que sucedía por el balcón. Corrió directo hasta su habitación. Cogiendo su arma, aquella Carabina CZ 550 que siempre lo acompañaba. – Sam, ve por ____________. – le ordenó en susurros. - yo voy a subir.
Sam caminó hasta el pasillo, donde solamente se ubicaba la habitación de _________, por seguridad todos dormían en su solo piso. Abrió la puerta, y se volteó a mirar a Matthew.

- No está. – el corazón de Matthew empezó a helarse. Mierda, ¿de nuevo? otro susto de esos y en verdad terminaría por darle algo.

Sam recorrió las habitaciones del primer piso, mientras que Matthew seguía pendiente de los movimientos arriba.

- Debe ser ella quién está arriba. – recalcó Sam. Y espero a que los ruidos delataran la verdad. Gritos. _____________. Mierda, sí, _____________. Pasos y más pasos se escucharon en el segundo piso de aquella casa de madera, podía escucharse todo. Alguien estaba arriba, alguien aparte de ______________.

Ambos se miraron, al escuchar los gritos de __________ ahí arriba. Matthew le quitó el seguro a la Carabina. No dudaría en volarle la cabeza a quien mierda se haya atrevido a tocarla. Los dos subieron lentamente hasta el segundo piso, pegados a la pared, sin hacer demasiado ruido. El jodido silencio no permitía que ninguno de los dos pueda saber dónde _____________ se encontraba ahora. Matthew palpó la pared, encontrando el interruptor para encender las luces. ¿Pero cómo saber que encontraría después de eso?

- Hazlo. – murmuró Sam. Matthew asintió, encendió las luces.

Dios…no se podía creer lo que veía. Un ruso de dos metros y medio tenía a ____________ cogida del cuello. Apuntándole la sien. Maldijo para sus adentro. Descargó la carabina, al igual que Sam, apuntándole a él. Al menos estaba solo, pero ¿cómo? , ¿Cómo es que de pronto aparecían más y más Rusos? , algo andaba mal. Algo, y él sabía perfectamente qué. Estaba distraído, como nunca en su puta vida de militar.

- Suéltala, maldito hijo de puta. – farfulló Matthew. Sin temor a disparar. Sam corrió hasta los pasillos del segundo piso, cerciorándose de que solo había un jodido ruso ahí.

___________ sollozaba atrapada en los brazos de ese jodido hijo de puta. Tenía los ojos cerrados. Despeinada, lloriqueando, quejándose, traía el rostro cubierto por una fina capa de sudor, aun así para Matthew era la mujer más hermosa que sus ojos habían visto jamás, __________ lo miró a , el miedo más profundo se había instalado en ella, pero no duró tanto como pensaba… Matthew estaba con ella. 

- ¡Que la sueltes! – gritó. La piel empezaba a erizársele, demasiado. __________...por Dios eran tan inocente, indefensa, lo necesitaba.

- No camines…- le susurró entrecortado, a Matthew, con el arma temblando entre sus manos. Besó el cabello de ___________, oliéndolo, jodido perfume, cuanto le hubiera gustado encontrarla sola, era un verdadero desperdicio asesinarla sin antes a verla probado. – no camines o la ma…
Matthew le disparó en la pierna, dos, tres veces. __________ cayó al piso. De rodillas, sus lágrimas no dejaban de caer. Otra vez, otra vez lloraba. Y por el descuido de Matthew. 
El ruso cayó de cuclillas, al suelo, descargó el arma y le apuntó a Matthew pero este le disparó dos veces más en el pecho, antes de que aquel ruso pueda hacer lo mismo. Lo quería muerto. Miró a ____________aún sentada en el suelo, sin palabras que decir, sin nada que contar. Solo lloraba. Y como le jodía verla así.

- Tranquila…- se inclinó. A abrazarla, a besarla, a cuidarla. Palpó sus labios sobre los de ella, lentamente, ni siquiera supo por qué, se supone que no lo haría más, pero en cambio solo lo hizo. Sintió ese jodido sentimiento impulsivo que __________ lograba en él. – ya acabó.

- No sé…no sé cómo entraron aquí…- murmuró _______ con dificultad. Matthew la abrazó más fuerte. No se podía imaginar que a ella le sucediera algo. Sam apareció por detrás. Sopló la parte final de su arma, y los vio ahí… ¿Cuándo se iba a imaginar ese tipo de escenas con Matthew Espinosa? …sonrió mientras se aclaraba la garganta, Matthew volteó a verlo.

- ¿Era ruso?

- Sí. – frotó los brazos de ___________. Mientras ella descansaba sobre su torso.

- ¿Y le hizo algo? – Matthew miró a ___________, esperando una respuesta.

- N…o…estoy bien. – dijo sin dejar las lágrimas.

- Ven, vamos. – besó su frente y la cargó entre sus brazos, ____________ era liviana, livianísima. Rodeó el cuello de Matthew, mientras lo besaba delicadamente. Y a él…como le hubiera gustado corresponderle el beso…pero entonces recordó de nuevo las palabras del presidente, del padre de ____________. - ¿Estás seguro de que no hay nadie más aquí? – le preguntó a Sam.

- Seguro. – dijo él sin dejar de sonreír, por lo gracioso que se veía Matthew en todo eso. Si los ojos no le mentían, estaba enamorado. 

I'll Be Your Protector - Matthew Espinosa Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora