La Sumisa {2019} [bdsm]

VII

Samantha se encontraba sentada a los pies de la cama, con las manos entrelazadas entre sí, mordiendose el labio nerviosa, con su pijama ya puesto. Tocaron levemente la puerta y ella se sobresaltó. Se acerco a la puerta y la abrió con cautela.

– ¿Sam estas lista?– preguntó Logan al ver a Samantha con su ropa de dormir.

– ¿para que?– preguntó a la defensiva.

– para dormir Sam– y la señaló– ya te cambiaste.

– oh, lo siento, me encuentro un poco... Nerviosa– se disculpó.

Logan se dio la vuelta, camino de espaldas a una pequeña maleta que se encontraba junto a la de Sam. La abrió y sacó una polera gris y pantalón azul, seguramente su pijama pensó Samantha. Logan sin pudor alguno desabrocho su camisa y se la quito, la chica sintió sus mejillas sonrojarse y aparto la vista.

– vamos, no puede ser tan malo– murmuró Logan. Sam volvió a girarse, miro directamente el rostro que se encontraba frente a ella todavía sonrojada. No dijo nada, un silencio bastante intenso se instaló entre ellos, tal vez hubieran estado así toda la noche, de no ser por una fuerte turbulencia que hizo que ambos cayeran al suelo, Sam golpeándose la rodilla y logan sin problemas– ¡¿Samantha?!.

– auch– la chica se levantó apoyándose de la cama, logan llegó hasta ella y la ayudó a sentarse– estoy bien– dijo un poco agitada.

– no, no lo estas, mira– señaló la rodilla sangrante de la chica– esta saliendo mucha sangre, esperame aquí, iré por el botiquín– dijo para salir rápidamente por la puerta, sin darle a Samantha la oportunidad de aclarar que solo fue un pequeño golpe, que le hizo una leve herida, y por eso una gota de sangre bajaba por su pierna, la chica sonrió, el Señor Miller tenía serios problemas al ver sangre. Él volvió minutos después con el botiquín en sus manos, sin decir nada se arrodillo frente a Samantha, abrió la pequeña caja y sacó un mini frasco con lo que la chica creyó era agua, pero al contacto con su piel ardió, se le escapo un jadeo– es alcohol, para que no se infecte la herida.

– dudo mucho que una herida tan pequeña pueda infectarse– dijo con una sonrisa ladeada.

– yo no diría eso, cuando menos lo esperes estarán amputandote la pierna– corrigió.

Samantha abrió los ojos como platos– es chiste, ¿verdad?

– por su puesto que si, listo– sonrió orgulloso de su trabajo, había vendado la herida de Sam, si es que podía llamarse herida.

– muchas gracias Logan– murmuró la chica.

– escuchame, dejaremos algo en claro, frente a las personas tenemos una relación como cualquier otra, por eso debes tutearme y llamarme por mi nombre, lo mismo haré yo llamandote Sam, pero si estamos a solas, quiero que te refieras a mí como Señor o Señor Miller, y yo me referiré a ti como Samantha, ¿entendido?

– si, Señor– pronunció Samantha un poco preocupada, esperaba no olvidar aquello.

– ahora señorita, haga el favor de acostarse– el Señor Miller apuntó la cama. Sam dudosa hizo lo que le pidieron, destapó la cama y entró en ella con la máxima sutileza de la que era capaz, una vez acostada, volvió a taparse, mordió su labio nerviosa.

– el piloto dijo que hay mal clima, pero nada de lo que preocuparse– dijo Logan caminando alrededor de la cama, como un león asechando su presa.

– oh– fue lo único que pronunció Samantha en respuesta.

Logan siguió su camino, Sam cerró un momento sus ojos esperando a que se acostara a su lado, miles de posibles escenarios pasaron por su mente, y el peor de todos era en donde rechazaba a el Señor Miller y el jet daba media vuelta para volver a Chicago, moría de nervios pero se sorprendió al abrir los ojos y encontrarse a Logan sentado en una especie de sofá.