El vuelo fue tranquilo, igual que el aterrizaje, Mark daba vueltas de aquí para allá, buscando las cosas de su jefe y también las de Samantha. La chica lo estaba observando raro desde que iban en el avión, pero él no dijo nada. Al tener las maletas él guió a la pareja hacía afuera, donde un auto y un chófer lo esperaban. Subió rápidamente todas las cosas al maletero, y luego camino hasta subirse a el asiento del copiloto.
— ¿a donde desea ir señor?— preguntó una vez arriba.
— vamos a la casa de la señorita Samantha, la dejaremos allí, y luego iré a casa, tengo que darme una ducha y después ir a la oficina— apuntó Logan.
— claro señor— dijo Mark, mirando de reojo a Samantha, quién lo observaba directamente.
— por último, Mark— dijo Logan llamándolo y el nombrado lo miro por el retrovisor— desde mañana serás el chófer de Samantha, elije el auto que estimes conveniente y ese será solo para uso de ella, ¿quedó claro?
— por supuesto, entiendo señor— dijo Mark un poco confundido.
— Logan, ya te había dicho que eso es innecesario— reprochó Samantha.
— ya habíamos hablado de ésto, y todo quedó dicho en ese momento— respondió.
Mark solo escuchaba en silenció, al parecer Samantha y Logan habían formalizado su relación en Inglaterra, la chica le llamaba por su nombre de pila y Logan tenía cierto brillo en los ojos cuando la miraba, los ojos de un hombre enamorado.
Al llegar a casa de Samantha, lucy la esperaba en la entrada, apenas la vío bajar de el auto corrió hacía ella y la abrazó con fuerza.
— no sabes cuanto te extrañe, los días pasaban sumamente lentos, ya me estaba aburriendo de estar sola— le dijo Lucía a Samantha en medio del abrazo— Sr. Miller, muchísimas gracias por todo, no sabe lo agradecida que Samantha y yo estamos con usted por ésto— dijo una vez roto el abrazo.
— no te preocupes Lucía, estoy feliz de ayudar, ahora si me lo permiten, tengo que marcharme— dijo mientras observaba el reloj en su muñeca— adiós Lucía— dijo dándole un beso en la mejilla— adiós Samantha— dijo besandola y subiendose al auto.
— aquí tiene mi número señorita, puede llamarme a la hora que lo necesite y estaré aquí— le dijo Mark entregándole una tarjeta— adiós a ambas, que tengan un agradable día— dicho eso subió al auto y este partió rápidamente.
— tienes muchas cosas que explicar Samantha— dijo Lucía una vez vío el auto marcharse.
— si, lo sé, entremos por favor.
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— entonces, ahora eres una sumisa— dijo Lucía— ¿estas cien por ciento segura que eso es lo que quieres?— preguntó cepillandole el mojado pelo a Samantha, quien después de entrar a la casa fue a darse una ducha en donde se dijo a sí misma que lo mejor sería contarle absolutamente todo a su prima, así se ahorraría uno que otro problema.
— no estoy tan segura, pero al menos es lo que quiero, estoy harta de ser la chica tímida que se avergüenza por todo, quiero disfrutar de mi vida, de mi cuerpo, quiero disfrutar todo lo que pueda antes de que algo lo arruine— dijo Samantha seriamente.
— entonces, ¿ya te acostarte con él?– indagó lucy.
— un par de veces— dijo Samantha en voz baja.
— ¿fue tan terrible?— preguntó ahora sentándose frente a ella— ¿o por qué lo dices de ese modo?
— no soy tan abierta de mente como tú okey, me avergüenza hablar del tema.