Cuando finalmente salieron de casa (despidiéndose de Felicia y de Samuel al paso), Mark los esperaba a ambos apoyado en la puerta del auto, apenas los vio cambió su postura a una recta y más seria, abrió con educación la puerta para Samantha y soltó un discreto "luces bien", la chica le sonrió a modo de respuesta, Logan subió por cuenta propia.
– ¿a donde señor?– preguntó Mark una vez sentado en el asiento del piloto.
– llevanos al restaurant la joya, mackencie #527– respondió este con voz neutra.
– por su puesto señor– Mark activo el GPS y tecleo la dirección, la distancia era considerable, 21km, poco más de 3 horas. Samantha a su vez miraba a Logan sorprendida.
– señ... Logan, por mucho dinero que tenga, no creo que sea necesario ir a un restaurant tan... Lujoso.
– Sammy, este es tu regalo, tu recompensa– dijo con voz suave.
– ¿y como sabe siquiera que he seguido su orden?
– ¿lo haz hecho?– sus miradas se conectaron y Samantha pudo sentir una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo, deteniéndose en aquella zona baja tan sensible. Más no tenia nada que esconder, siguió las órdenes al pie de la letra, no te tocó y aún que, aún no estaba segura de no llevar ropa interior, no lo pensó dos veces y solo puso el vestido sobre su cuerpo, y eso a Logan le constaba, la había visto. Samantha antes de salir solo se puso unas medias, para protegerse de frío clima de Inglaterra.
– lo hize.
– te creo– le respondió sonriendole.
Faltaba una cuadra para llegar y una ligera lluvia comenzó a caer sobre la ciudad, Logan tenía la vista perdida en la pantalla de su celular, Samantha comprendió que aún que no estuviera en Estados Unidos el trabajo lo seguía a donde fuera que fuese, se sorprendió a sí misma mirándolo atentamente, Logan era guapo, bastante, pero lo que destacaba de él no era eso, sino la forma segura en la que se desenvolvia, su mirada penetrante, y esa superioridad de dominante que desprendía por cada poro de su piel.
Al llegar al restaurant, Mark se bajó del vehículo y le abrió la puerta a Samantha, Logan como siempre bajo por su cuenta. Al entrar al lugar la chica abrió su boca en un gesto de sorpresa, parecía una niña pequeña que iba por primera vez, Logan sonrió sin dejarselo notar a Samantha, un chico joven se acerco a ellos.
– buenas noches, ¿tienen reservación?– fue lo único que pregunto. Logan sacó su identificación y se la tendió al joven, sin decir palabra, Samantha frunció el ceño– confirmado–dijo el joven volviendo junto a ellos luego de unos minutos– síganme por favor– los llevo a una mesa apartada, un par de plantas de gran tamaño impedían parcialmente la vista de las demás mesas hacia esa– sobre la mesa están las cartas, yo seré su mesero esta noche, mi nombre es Connor,volveré en 5 minutos o pueden levantar la mano y vendré antes– dicho eso miro de reojo a Samantha quien solo le sonrió amable, la vista del joven bajo a sus pechos, que aún que pequeños, se notaban por sobre la tela del vestido al no llevar nada más debajo, y se marchó rápidamente.
– ¿es siempre tan descortés con las personas?– dijo Samantha de forma brusca.
– me vas a decir que ni viste como te miraba, puede que sea cliché Samantha, pero no me gusta que miren lo que es mío.
– usted fue el que me pidió venir así.
– pero eso no le da el derecho de mirarte como si fueras cualquier cosa, eres una mujer, mi mujer, y por ende tienen que respetarte– Samantha no replicó más, esas palabras se clavaron como dagas en su pecho, mi mujer, eso había dicho, y sonaba tan dulce saliendo de sus labios, más no le dio vueltas al asunto y miro por la ventana la bella vista que la ciudad le brindaba. Luego de unos minutos volvió a hablar.
– es hermoso.
– a mi madre le gustaba mucho venir aquí– dijo Logan perdido mirando la ventana. Samantha lo miro con atención, insitandolo a seguir hablando–mi madre falleció hace años, por culpa de un descuido, nadie tuvo la culpa pero me sentí responsable por años, le dije que...
– señor, señorita, estan listos para ordenar– la vista de Samantha bruscamente se fue a la de Connor, el mesero, estaba molesta por la interrupción y también porque ni si quiera se había detenido a mirar la carta.
– dos platos de pasta y quiero la recomendación de la casa para el vino, eso es todo– dijo Logan, la chica se sintió feliz al no tener que decidir por su cuenta el platillo, ya que, ella nunca había comido en un lugar así.
Se demoraron no más de 10 minutos en traer lo solicitado, Samantha y Logan se sumieron en un tranquilo y acogedor silencio para comer, no se decían palabra pero la compañía de uno con el otro les agradaba, cuando terminaron de comer Logan le insistió a Samantha que bebiera un poco de vino, ella al probarlo hizo una mueca de desagrado.
– no entiendo que es lo agradable en eso– dijo señalando la copa.
– no todo tiene porque ser agradable Samantha, en este caso es por la elegancia y sofisticacion de tener una copa de vino en las manos, el poder que infunde es impresionante– la chica no pudo replicar, ya que, se encontraba perdida en las caricias que Logan le brindaba a la copa, Samantha sabia lo que Logan hacia, la estaba seduciendo sin siquiera decir una palabra.
– ¿Samantha?
– ¿si señor?
– ven aquí– la chica dudosa se levantó de la mesa, observó las otras para ver si alguien seguía sus movimientos, pero no encontró a nadie– girate y ponte de rodillas.
– señor
– Samantha– la chica con mucho cuidado le dio la espalda y se puso de rodillas, algunos curiosos y curiosas ya tenían la vista sobre ella, la chica sintió como Logan buscaba algo entre sus ropas, sintió también, el abrir de una pequeña caja, y en ese momento su mente comenzó a volar en diferentes direcciones y sintió algo cálido en su interior, Logan tocó sutilmente sus hombros y pasó sus brazos por delante de ella, ella un collar, se notaba fino, la cadena era delgada, elegante, tenía tres círculos ovalados fusionados estre si mediante una estela en cada círculo, dentro de cada uno, perlas transparentes de color verde acúa, y dentro de cada una de estas una letra casi imperseptible.
– ¿l. B. M?– preguntó Samantha.
– Logan Bartolomé Miller, es tu primer collar de sumisa, lo llevaras durante un tiempo, este collar de iniciación es bastante común en el mundo bdsm, así que cualquier persona que conozca su significado sabrá lo que eres y de paso que me perteneces, que ya tienes dueño, así que nadie se acercara a ti o intentará hacerte algo– Samantha asintió no muy convencida– ponte de pie, nos vamos, iremos a resolver tu problema– los ojos de samantha se encendieron y el deceo en su interior también, se levanto de prisa, Logan también se levantó y dejaron el dinero sobre la mesa con una buena propina y se marcharon sin más.
– ¿donde iremos? – indagó Samantha entusiasmada, parada en la salida esperando que Mark llegara a recogerlos.
– no te lo diré pero te aseguro que te gustará.
El auto se estaciono frente a ellos, y Samantha mordió sus labios.
– te aseguro que mañana recordarás muy bien esta noche– murmuró cerca de el oído se Samantha, su aliento cálido chocó contra su piel, ella suspiro y subieron al auto.
Samantha estaba segura de que así sería.