a kind of magic

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Los minutos que pasaban eran especiales, eran completamente suyos. Tenían una confianza increíble. Comieron entre pláticas sencillas pero con un significado importante, brindaron por ambos y continuaron las palabras hasta que cambiaron por besos. Jamás se cansarían porque lo hacían con toda la calma del mundo, además era su tiempo, era su momento, no podían querer otra cosa más. Estaban arriba del mantel a cuadros sin nada que cubriera sus cuerpos, la brisa era potente, el rubio pasó la mayor parte de su cuerpo por el de ella, quería protegerla de cualquier cosa por insignificante que fuera. La chica se movió para quedar de frente al amor de su vida.

—Tus ojos son hermosos, azules, enormes.

—Sólo los tengo para mirarte a ti.

La noche se hizo presente, pudieron ver el cielo lleno de estrellas desde aquella colina pero ya era el momento de bajar. Retornaron el camino a casa, la felicidad no podía expresarse en palabras.

En estos momentos puedo decir que soy feliz, soy feliz porque ella está a mi lado, no sabría qué hacer si algún día ya no lo esté más. Conduje de vuelta a casa con la música de la radio a un volumen no considerable, mi voz con la de ella juntas, era especial hacer esto. Quiero hacer cuanto pueda con Quira, quiero amarla, quiero esperar siempre por ella, quiero decirle que es lo más importante en mi vida, quiero decirle cada puta vez que la amo.

Pasamos por la calle donde grababamos, las luces seguían encendidas. Mierda, no fui a grabar. Me estacioné frente a aquel estudio, estaba nervioso hasta que ella tomo mi mano y dijo que todo estaría bien. Entramos y se escucharon voces altas maldiciendo a todo esplendor. Todo se calmó cuando nos vieron llegar. Las miradas estaban posadas en ambos y los rostros de los chicos denotaban cierta confusión. Hasta que recordé que mi mano estaba entrelazada con la de Quira, sonreí.

—¿Qué le hcisite al verdadero roger Taylor? –pregunta mirándome Brian con espanto y un tanto de carisma.

—Cómo que ustedes... –decía Deacy con algo que bien podría ser una sonrisa en formación.

—Hazle algo cariño, y no la cuentas –me dice Fred y yo sonrío.

—Es el amor de mi vida, jamás le haría daño.

drowse ☄ ; roger taylor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora