Por mi mente solo pasaba la imagen de la sonrisa de Aime, y lo linda que es, recordaba cuando esa sonrisa se convertía en risas causadas por mi; momentos tan hermosos como esos, nadie me los daría excepto ella...
Al ver el ondeable cabello rojo delante de mis ojos, volví a mis sentidos, de modo que al ver la cara sonrojada de Regina, pensé que era hora de dar mi respuesta, no sin antes observarla detalladamente: ojos café oscuro, cabello rojo intenso, labios ligeramente delgados, nariz perfilada, los pómulos de sus mejillas algo regordetes lo que le daba un aire de ternura, ciertamente se adecuaba a mis gustos; además de que parecía que yo le gustaba mucho.
-Tengo que contestarle, tengo que contestarle...- esas palabras atemorizaban mi cabeza. Entonces ya a punto de responderle, aunque a decir verdad, no sabía con certeza lo que iba a salir de mi boca, Regina se me adelantó y dijo:
-Perdóname, no pensé que reaccionarías así, puedes tomarte el tiempo que quieras
-No, te contestaré ahora- respondí- en este momento no puedo aceptar tus sentimientos, porque me gusta alguien desde hace bastante tiempo, pero eso no significa que no me parezcas linda...
-¿linda?, no es suficiente parecerte linda- me susurró, yo no podía dejar de verla, ya que me parecía muy tierna
-¿A que te refieres con que no es suficiente? ¿qué más quieres?- le pregunté
-¿No es obvio?- me respondió con una pregunta, con lo que odio que me contesten así -quiero gustarte, así o más de lo que me gustas, pero desgraciadamente, ya tienes a alguien que te gusta- eso a mi me pareció una contestación algo frustrada de su parte, se le notaba angustiada.
El sonido del timbre me salvó, debíamos regresar a los salones, me estaba levantando, cuando ella arrastró la silla para atrás con sus piernas y me dijo muy decidida:
-Solo te advierto, que no me daré por vencida- dio la vuelta y se fue.
Me quedé a medio levantar de la silla, tuve que sacudir mi cabeza para regresar a mis sentidos, así que me dirigí al salón y al entrar me desconcerté al ver a Aime ahí sentada al lado de mi asiento (siempre nos sentamos juntas), según yo, ella no había venido, pero estaba ahí, viéndome. Me hizo una seña para que me sentara junto a ella, no me percaté de el momento en que empecé a mover mis pies y dirigirme hacia ella, esto me ocurre muy seguido, me pierdo en su mirada, pierdo mi noción del tiempo, siento como si hubiese pasado poco tiempo pero realmente pasa demasiado. Creo que es a lo que llaman amor, pero para mi ésta no es solo una historia de amor.
Volteé a ver hacia la ventana que tenía a mi derecha, la misma que tenía Aime a su espalda, y ahí estaba Regina observándola con una mirada penetrante, se volvió hacia mi, y levantó una ceja, como si quisiese preguntarme: -¿Es ella?-. Creo que Aime se dio cuenta de que estaba viendo detrás de ella y me preguntó:
-¿Qué estas viendo?- al tiempo que volteaba su cabeza para ver atrás, entonces antes de que la terminara de voltear, le dije:
-Observaba tu cabello, creo que está un poco despeinado- a lo que ella, algo apenada balbuceó en voz baja:
-¿En serio?- mientras se acomodaba el cabello.
Pensé: -Me he salvado de ésta- lo único que puedo hacer es evitar que ellas dos se encuentren, porque Regina le puede decir a Aime sobre mis sentimientos y nuestra amistad de años se vería afectada. Evitaré eso, tenga que hacer lo que tenga que hacer... No sabía lo que este pensamiento me llevaría a hacer.
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No es solo una historia de amor
RomantikSiempre la he admirado, toda la vida, me gusta, me encanta, es tan perfecta, sin embargo es mi mejor amiga, no puedo poner en riesgo nuestra amistad...No obstante, es imposible prevenir la llegada de otra mujer a mi vida, alguien que le dará un camb...