Decisión

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Su expresión se fue tornando dudosa, por lo menos ya no estaba molesta, eso me dio un aire de calma, hasta que ella preguntó:

-¿"Eres"? ¿A que te refieres con "eres"?-

Joder, no sabía que decir, no podía decirle "eres tu", además Regina estaba ahí, cualquier cosa podría decir, pero no habló, creo que se dio cuenta de que no necesitaba decir más, porque ya había causado el conflicto que tenía planeado.

-Hey, contéstame Marina, me molestaré contigo, explícate- enseguida me tronó los dedos, presionándome para que le contestara rápido.

Para mi suerte se me ocurrió, tal vez algo estúpido, algo de lo que me arrepentiría, pero no tenía otra salida, y si la había, no la veía:

-Eres... la única que no lo sabe, bueno de mis amigos- me arrepentiré, lo sé.

-La única que no sabe, ¿qué?

-Que tengo... pareja, ya tengo pareja

-¿En serio? Y me lo has escondido hasta ahora, dime quien es- Aime estaba algo emocionada

-Pues es... - miré de reojo a Regina, ella me devolvió la mirada con una sonrisa maliciosa.

-Es ella, es Regina- espero haber tenido una cara convincente cuando lo dije, aunque a Aime aun no se le quitaba la expresión de emoción de su cara, poco a poco empezó a cambiar, lentamente hasta que se quedó seria, y molesta me gritó:

-¡Me dijiste que no te gustaba! ¡Que dejara de pensar que te gustan las mujeres! ¡Que la acabas de conocer! ¡Me mentiste! ¡¿Por qué?! ¿Con qué fin? ¿Acaso no soy tu amiga? ¿No confías en mí? ¿Quién te cre...

-¡Basta! ¡Para! Ya te entendí, lo siento, perdóname por esconderte algo tan importante, tenía miedo de que me dejaras de hablar, por eso no te dije, discúlpame por pensar en cómo reaccionarías si te enterabas- le suplicaba perdón, ¿qué otra cosa podría hacer?

-Te pude haber aceptado, perdonado, pero no me dijiste, lo escondiste...

El silencio se prolongó.

-¿Y? ¿Cuanto llevan juntas?- preguntó arrogante.

Giré mi cabeza hacia Regina, preguntándole con la mirada "¿Qué digo?", a lo que ella rápidamente dijo:

-Llevamos una semana y media juntas- rezongó, le agradezco que haya contestado por mi, sin embargo, yo realmente no quería esta relación, y menos con alguien que acabo de conocer...

-Quiero saber si lo que dices es verdad- Aime interrumpió, como siempre, mis pensamientos.

-¿Qué quieres decir?- le contesté.

-Si, ¿cómo sé que no me estas mintiendo?

-Simplemente créeme, Aime ¿no confías en mi?

-Pues después de lo sucedido, ya no

-Mhp, ¿y qué quieres que haga para que me creas?

Silencio.

-Bésense, si hay algo entre ustedes no debe darles vergüenza demostrarse afecto frente a mi

-... pero... eso... en público...

-Bueno, eso me da a entender que me mientes- ya se le notaba algo molesta.

-Pero...- una suave mano, que después me percaté, era de Regina, me agarró la cara, la volteó hacia ella y me besó.

¡Dios!, sus labios eran más suaves de lo que había imaginado, aunque a ella no le pareció suficiente solo tocar mis labios, continuó moviendo los suyos, y ladeó su cabeza unas cuantas veces, hasta que se logró acomodar, rodeó con su brazo mi cintura, sentí su otra mano rozando mi mejilla; aquí debo añadir que ella es más alta que yo, lo cual hace que su cuerpo se amolde al el mío.

Empecé a sentir su lengua entrar en mi boca, la movía desesperadamente como si se fuera a acabar el momento, saboreaba su saliva y la mía y cómo se mezclaban, a pesar de sonar asqueroso, yo lo sentía tan bien, pareciese como si tuviera bastante experiencia, pero en ese momento eso no me importaba, estaba concentrada besándola, solo quería saborear más sus labios, su lengua la quería más adentro, me apretó más hacia ella con el brazo que ya me rodeaba la cintura, pude percibir como mi cuerpo perdía las fuerzas, ya estaba excitada, bastante caliente, no lo soportaba más, deseaba más, quería ir más lejos, sentir más placer que el de un beso, todo se empezó a esfumar, deje de oír a los que tenía alrededor, hasta este punto mantuve los ojos cerrados, y no planeaba abrirlos, me quería perder en este cielo de placer, pero Aime interrumpió, de nuevo.

-¡Es suficiente! Ya entendí- dicho esto salió del aula.

No es solo una historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora