Si nos ponemos a contar los años, aproximadamente son cuatro. ¿De qué estoy hablando? Del tiempo que llevo enamorada de Aime, tal vez desde ahí debo de comenzar la platica.
-Aime, la verdad es que me llevas gustando desde hace ya bastante tiempo
-¿De verdad?
-Sí, no tengo razones para mentirte sobre ello
-¿Cuánto tiempo?
-Hace cuatro años, más o menos
-¿cuatro años? Pero si hace cinco años que nos conocemos
-Así es preciosa, al año siguiente empecé a desarrollar sentimientos hacia ti
Su expresión mostraba que estaba sorprendida por la noticia, pero no había articulado palabra alguna.
-Pero, ¿por qué no me dijiste nada?
-¿Tu pregunta va en serio?
-Sí, de verdad, ¿por qué no dijiste nada?
-Antes de contestarte eso, quiero que me respondas algo, ¿hace cuanto te gusto?
-Pues hace como un año
-He ahí tu respuesta del por qué no te dije desde antes
-¿Qué? No entiendo
-Mira es que...
¡RING!
La campana para salir de clases. Carajo, siempre que estoy a punto de decir algo importante pasa esto, y lo peor es que todo este lío y en menos de una semana.
-¿Por qué no vamos a tomar un café y me sigues contando?
Estaba despistada pensando en el poco tiempo que tenía para hablar con ella que casi no oí lo que me dijo.
-Perdona Aime, estaba en la luna pensando, ¿qué me dijiste?
-¿Por qué no vamos por un café?
-Claro, cómo no lo pensé antes, lo siento, sabes lo idiota que soy
-Así es lo sé, te conozco como la palma de mi mano
-Sí, cómo no- dije sarcásticamente
-Vale Marina, vamos
Cargamos nuestras respectivas mochilas en nuestras espaldas, para dirigirnos a la salida de la escuela, en el camino íbamos calladas, como si supiéramos a donde nos dirigiamos.
Cerca de llegar a la entrada principal, sentí una mano en mi hombro, volteé rápidamente mi cabeza hacia atrás, para darme la sorpresa de que Regina estaba ahí. Sin saber que decir, me quedé en silencio observándola.
-Pareces sorprendida Marina- musitó Regina
No dije nada, estaba estupefacta, tal vez tenía algo que decirle pero ahora todo se borró.
-Solo estoy aquí para recodarte que tienes hasta mañana al final de clases
-S-si, lo sé
-Bueno, entonces, me despido, adiós Aime-diciendo esto, se marchó.
Tampoco Aime habló con ella, pero inmediatamente, después de que se fue, me preguntó drásticamente.
-¿De qué hablaba esa estúpida?
-Es una larga historia, viene al final de la historia pendiente
Sin decir más, fuimos a un Starbucks que nos quedaba cerca, al llegar escogimos una mesa cerca del aire acondicionado, ya que había mucho calor. Dejé que ella se parará primero a escoger, vi que compró un Macchiato Double Caramel. Cuando ella regresó, era mi turno ir a comprar, yo escogí un Macchiato Marble Mocha. Algo que me gustaba de nuestra amistad, era que compartíamos gustos, tal vez no eran idénticos pero eran parecidos.
Regresé a la mesa, teniendo en mente que tenía que contarle a detalles todo, no sabía cómo iba a decirle, pero tenía que hacerlo. Me senté, y esperé a que le dé un trago a su bebida, entonces hablé.
-Aime
-¿Hmm?- exclamó con la espuma en sus labios
-Jajaja- reí al tiempo que le limpiaba la cara, y ella tímidamente la trataba de esconder
-¿Ya me contarás?
-Sí, ahora si Aime. La razón por la cual no te dije nada, era por miedo
-¿Miedo?
-Miedo, a que me dejarás de hablar, a que me ignoraras, en otras palabras, a que nuestra amistad se esfumara
-¿Me veo tan egoísta?
-No, jaja, es solo que pues al principio no te conocía como ahora te conozco. Guarde mis sentimientos por ti, y me daban celos cuando veía a un hombre coquetear contigo
-¡Ah! Por eso es que los alejabas, o te ibas
-Así es, me molestaba, y si los alejaba a veces te molestabas. Bueno, en fin, este año había decidido que te lo diría pero aún permanecía ese miedo, fue entonces cuando conocí a...
-Por favor no menciones su nombre, me causa repugnancia el solo escucharlo
-Bueno, ella. El día que faltaste me fue a ver al salón, y habló conmigo, me pidió que saliéramos juntas al descanso, entonces empezamos a hablar, hasta que llegó el momento culminante de la conversación, tímidamente me preguntó por mis preferencias sexuales, al contestarle, ella se me confesó, pero no sabía que responderle, así que solo le dije que era linda, entre muchas cosas más.
-Así que por parte es mi culpa por faltar a las primeras horas
-No, por supuesto que no, es mía por aceptarla
-Da igual, si hubiera estado ahí, tal vez no estarías en la posición en la que estas
-Si lo pones de esa manera, si ella no me hubiese hablado, si tu hubieses llegado, jamás habría ganado la confianza para decirte lo que siento
Aime se inmutó, no me dijo más y tomó otro sorbo de su Macchiato, al igual que yo.
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No es solo una historia de amor
RomantizmSiempre la he admirado, toda la vida, me gusta, me encanta, es tan perfecta, sin embargo es mi mejor amiga, no puedo poner en riesgo nuestra amistad...No obstante, es imposible prevenir la llegada de otra mujer a mi vida, alguien que le dará un camb...