Sentimientos

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Estábamos Aime y yo en clase de matemáticas, una de las pocas clases que me gustan, hace que me distraiga pensando y calculando, y así mi mente no me atormente haciéndome recordar la platica que tuve con Regina, no sabía lo que pasaba por esa loca cabeza, qué se proponía hacer, qué le haría a mi bella amiga y qué podría hacer yo en contra de ella.

Ya había pasado una hora, y sonó el timbre para el cambio de maestro, tenía tiempo para pensar en todo eso, pero Aime se volteó hacia mi y empezó a platicar conmigo

-¿Dónde estabas durante el descanso? Siempre estas en el salón cuando falto

-Salí con una amiga, ella me invitó a acompañarla- le contesté.

¿Amiga?, ¿acaso podría considerar a Regina como mi amiga?, tal vez para ella yo si lo sea, aunque quiera algo más, lo cual es obvio, pero lo único que se me ocurrió contestar era eso.

-¿Cómo se llama tu "amiga"?- su voz me sonó algo sarcástica, una vocecita en mi mente me gritaba: no le digas, no le digas, pero a pesar de oírla, no le hice caso y le contesté

-Regina, se llama Regina

-¿Regina? ¿Cómo es ella? Tal vez la conozco

Se que no debí describirla, porque se podría encontrar con ella y hablar, y ahí solo Dios sabe que diría Regina

-Pues es como de tu estatura, cabello ondulado color rojo, ojos café oscuro muy expresivos, como si pudieras hablar con ellos, su piel es blanca, sus dedos y labios delgados, aunque sus labios tienen un tono de rojo que dan ganas de comerlos...- me quedé callada, creo que he empezando a hablar de más.

-Parece que la conoces bastante bien, como si llevarás años conviviendo con ella- dijo Aime interrumpiendo el silencio

-No, para nada, hoy la conocí- contesté

-Pues si no la conoces de hace tiempo, pareciese que...

-¿Pareciese que, qué?

-Que te gusta o algo así, aunque creo que es imposible

No supe que responder, porque ni siquiera yo lo sabía, no sabía lo que sentía por Regina, pero si no decía algo rápido sospecharía, y no se si mi cara mostraba alguna expresión, pero Aime no me quitaba la mirada de encima

-¿Cómo crees que me guste una mujer? Soy mujer, no tiene sentido- solté una pequeña risa sarcástica

-Es que, como ya dije, parece que la conoces bien, la describiste muy detalladamente, resaltando los aspectos que te gustan, por eso lo pensé

-Pues saca ese pensamiento de tu cabeza, la única persona que me gusta e...- estuve a punto de decirle que ella me gusta, afortunadamente no lo hice, y terminé diciendo

-La persona que me gusta está en otra aula, no en el de Regina- lo dije algo molesta, cuando terminé de hablar, Aime arqueó su ceja, en forma de duda.

-Bueno, miente lo que quieras... Presta atención ya entró el maestro

¿Estaba molesta? ¿Por qué? ¿Qué le dije? ¿Se molestó porque le dije que me gusta alguien? No lo creo, es un pensamiento muy estúpido. Durante lo que quedó de la clase y en las dos siguientes no me dirigió la palabra, y cuando sonó la campana y Aime estaba guardando sus cosas para salir al receso -cabe destacar que en el colegio hay dos descansos-, vi una oportunidad para hablarle, pero, en ese preciso momento divisé a Regina en la puerta del salón, me llamó con esa dulce voz

-¡Marina! Vamos al descanso

Mierda, pensé, negué con la cabeza, haciéndole entender que no quería salir con ella, obviamente mi respuesta no le agradó, porque entró y se dirigió con paso firme hacia mi, se paró al lado mio y me susurró al oído:

-Si no quieres que le diga a tu "querida amiga" sobre lo que sientes por ella, ven conmigo

Tsk, mascullé. Ahora no puedo negarme, tendría que ir con ella, ya que si no iba corría el riesgo de que abriera la boca, pero no quería alejarme de Aime, quería aclarar las cosas con ella.

-Ya esperé mucho Marina, no me gusta que me hagan esperar- claramente Regina estaba enojada, a lo que ella añadió

-Creo que quieres que le diga a tu amiga, tu pequeño secreto...- volteé a ver a Aime y su rostro se mostraba dudoso, se volteó hacia mi preguntando

-¿Secreto? ¿Qué secreto? ¿Qué me escondes?

-¡Ah! ¿No lo sabes?, mira es que la persona que le gusta a Marina eres...- le tapé la boca a Regina, antes de que terminara de hablar, pero ya había dicho la palabra "eres", que hacía referencia a ella (Aime), y por lo visto le había quedado claro, su expresión en el rostro decía que no estaba sorprendida, sino molesta, y no molesta como normalmente lo hace, no, ésta cara era diferente hasta para mi...

¿Qué demonios? ¿Y ahora qué diré?

No es solo una historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora